Las otras víctimas del asesino de la peregrina Denise Thiem

EFE

ESPAÑA

J.Casares | efe

Cuando Miguel Ángel Muñoz Blas fue detenido en septiembre del 2015 se negó a dar muestras de ADN. Hizo lo mismo un año antes, tras la denuncia de una mujer alemana que fue atacada delante de su vivienda

21 mar 2017 . Actualizado a las 13:13 h.

En septiembre del 2015, Miguel Ángel Muñoz Blas, se negó a dar muestras de su ADN cuando fue detenido por el asesinato de la peregrina Denise Pikka. Ya se había cerrado en banda un año antes, tras la denuncia de una mujer alemana que fue atacada delante de su vivienda. Así lo testificó este martes en el juicio que se celebra en la Audiencia de León contra Muñoz Blas un agente adscrito al grupo de Policía Científica de Comisaría de Astorga que participó en la investigación.

La peregrina alemana denunció en la Comisaría de Astorga en septiembre del 2014 una agresión por parte de un hombre que actuó encapuchado. Declaró que pudo librarse tras forcejear con él y «darle una patada en los genitales». Tras la denuncia, Muñoz Blas fue detenido, dado que las gafas de la mujer fueron halladas muy próximas a su vivienda. Además, su descripción coincidía con las que dio la víctima de su agresor (un hombre delgado de 1,70 metros de estatura). No obstante, dado su agresor había actuado «encapuchado», la peregrina alemana no pudo reconocerlo con certeza, por lo que la juez que instruyó las diligencias dejó a Muñoz Blas en libertad sin cargos, no sin antes negarse él a que le tomaran muestras de ADN.

Esta mujer había detallado que su agresor trató de hacerle daño con una pistola de descargas eléctricas y precisó que, cuando se dirigió hacia ella, llevaba en la manos unos prismáticos, que dejó posteriormente en el suelo. También, que llegó a ofrecerle 50 euros por si el móvil de la agresión era el robo, y que llegó a la zona de la vivienda del acusado confundida por unas falsas flechas indicadoras del Camino de Santiago que habían sido retiradas cuando, posteriormente, regresó con la Policía al lugar.

Previamente, en mayo del 2014, otra peregrina, en este caso de nacionalidad china, denunció haber sido víctima de un incidente similar. En el mismo lugar. 

Además de este agente, este martes prestaron declaración en el juicio otros policías que registraron la vivienda del acusado el 30 de abril del 2015, 25 días después de la desaparición de la peregrina, cuando Muñoz Blas ya se había convertido en el principal sospechoso al ir cerrando los investigadores otras hipótesis.

Todos los agentes coincidieron en señalar que el acusado se mostró en todo momento tranquilo y que incluso colaboró con los agentes en el registro. El segundo registro de la vivienda se produjo el 10 de septiembre del 2015, en este caso después de forzar la puerta, ya que Muñoz Blas había abandonado la zona supuestamente huyendo por la presión a la que se vio sometido por las numerosas batidas que estaban teniendo lugar en la comarca para tratar de localizar el cuerpo de la peregrina.

Algunos de estos agentes también estuvieron presentes cuando el autor confeso del crimen les condujo hasta el lugar donde estaba el cadáver de la peregrina tras ser detenido en Grandas de Salime (Asturias). Explicaron que le costó orientarse, pero que finalmente les guió hasta el cuerpo, que se encontraba semienterrado en un paraje de difícil acceso entre las localidades leonesas de Santa Catalina de Somoza y San Martín de Agostedo, a unos 2,5 kilómetros de su casa en línea recta.

Con las declaraciones de este martes concluye la prueba testifical de los policías y guardias civiles que participaron en la investigación y la detención del acusado. La vista se reanudará el miércoles con más pruebas testificales, en este caso de personas cercanas al acusado y familiares y vecinos de la zona.