Los forenses confirman que Imram sufrió una brutal paliza antes de morir

Europa press OVIEDO

ESPAÑA

Fadila Chardoud y David Fuentes durante la primera sesión del juicio
Fadila Chardoud y David Fuentes durante la primera sesión del juicio J.L.Cereijido

Consideran que a pesar de estar bajo el consumo de las drogas los acusados sabían lo que hacían

24 feb 2017 . Actualizado a las 14:05 h.

Los forenses han asegurado que el niño, cuyo cadáver fue hallado en el interior de una maleta en la zona de La Argañosa de Oviedo en 2014, fue golpeado con gran violencia el día de su muerte. «La cabeza tenía dos zonas muy afectadas como consecuencia de haber sido golpeado contra el suelo y la pared en al menos dos ocasiones».

Desvelan además que el pequeño no tenía capacidad para defenderse al no poder caminar debido a una fractura de fémur que los doctores datan de al menos tres o cuatro semanas antes de su muerte. También destacan una fractura de una costilla fruto de maltrato que sufrió el niño días antes de que acabasen con su vida y de una quemadura en un muslo. Han dejado claro que el niño estuvo con la pierna rota durante un mes sin que ninguno de los dos acusados lo llevase al médico. «El pequeño tuvo que llorar mucho porque la fractura era importante. Tenía una pierna mas corta que otra debido a la lesión».

Los dos acusados, Fadila C., madre del menor asesinado, y de su padrastro, David F. escucharon toda la declaración de los forenses con la mirada clavada en el suelo. Este viernes se ha desarrollado la quinta sesión del juicio que se celebra que la Audiencia Provincial de Asturias. Al iniciar se reprodujo, a petición de la letrada de Fadila C., la llamada que el acusado David F. realizó al 112 desde León para entregarse a la policía y otra grabación en la que una de las vecinas alertaba al 112 al escuchar muchos gritos y frases como «no me pegues, no me pegues».

Los médicos forenses manifestaron que la muerte del niño fue una «muerte violenta de naturaleza homicida» y con lesiones muy graves que afectaron a órganos vitales, tales como el cerebro, y que mayoría de estas lesiones estaban en la parte frontal del cuerpo, cabeza, tronco y extremidades. Los especialistas concluyen que el niño sufrió fuertes golpes y zarandeos que desplazaron la masa cerebral dentro de la cavidad craneal. «Una vez que vieron que le habían causado la muerte al pequeño intentaron reanimarlo practicándole el boca a boca y al comprobar que no podían hacer nada pensaron en como deshacerse del cadáver», apunta el doctor César Luis Conti.

A preguntas del jurado sobre si sólo la fuerza de un hombre pudo haber causado la muerte del menor, los doctores coincidieron en que «por el tamaño del niño, menor de 2 años, y con la capacidad de defensa nula, cualquiera de los dos acusados pudo haberle golpeado así hasta llegar a la muerte». En cuanto a la relación de pareja entre los acusados, los forenses sostienen que la mujer no tiene físicamente signos de ser maltratada y que tampoco presenta un «síndrome psíquico de mujer maltratada».

Informes psicológicos

Respecto al estudio psicológico de los acusados. Señalan que David F. es consumidor habitual de cocaína y cannabis, y que presenta un trastorno de la personalidad. «Tiene personalidad dual, trastorno de emociones y trastorno de personalidad de tipo antisocial, pero en ningún momento afecta a las capacidades volitivas», señala Conti. Añade además que es una persona «con muy baja autoestima» que consume alcohol y drogas para ser mas sociable. «David F. tiene una conducta organizada y centrada en consumir. Él sabe lo que tiene que hacer para consumir, estaba centrado en lo que quiere y a lo que va y él asume la gravedad del muchacho», añade Conti. 

Respecto a Fadila C., los forenses coinciden en decir que también era consumidora habitual de droga , aunque los análisis «no reflejan consumos excesivos». Los expertos explican que la acusada se muestra «distante del acontecimiento» y que se queda muda y comienza a llorar al hablarle de su hijo «como forma defensiva de pantalla para no contar absolutamente nada».

Fadila finge su dolor de duelo

Los psicólogos Ramón Villalta y Carlos Castellano, fueron más allá, y aseguraron que Fadila C. tiene un «temperamento duro y frío» y que en todo momento ha fingido el dolor por la muerte de su hijo para conseguir un atenuante o eximente. «No tiene síntomas de depresión ni de ansiedad. Su forma de actuar no es la típica de una persona a la que han asesinado a su hijo».

Sostienen que en la prisión se comporta como una reclusa más y que le fue retirada la vigilancia por posible suicido al comprobar que su comportamiento no tiene un cuadro clásico que pueda llevar a quitarse la vida. «Sus reacciones emocionales desaparecen en un segundo. Pasa del llanto a la risa en nada», apuntan los expertos. «Nos llama la atención que una chica en esas circunstancias pida tener una relación íntima en prisión con otro interno al poco de ingresas en la cárcel», añaden.

Los psicólogos demuestran el desapego de Fadila con su hijo muerto al dar toda la ropa del pequeño tras su muerte. Explican que las personas guardan los enseres de los seres queridos para recordarlos y no se deshacen de sus cosas nada más morir, afirman.