La «policía política» de Interior trabajó en un centenar de casos sin control judicial

melchor saiz-pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido
El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido Fernando Alvarado | efe

Zoido reclama sin éxito los informes realizados en la etapa de Fernández-Díaz

28 mar 2019 . Actualizado a las 15:50 h.

No fueron solo investigaciones sobre casos sin resolver ni tampoco únicamente pesquisas sobre Marta del Castillo, el 11M o el chivatazo a ETA, como ha dicho el ex número dos de la Policía Eugenio Pino. La denominada policía política de Interior trabajó desde el principio del 2012 hasta mediados del 2016 en más de cien casos sin ningún control judicial y reportando exclusivamente a Pino, hombre de confianza en el cuerpo del exministro Jorge Fernández Díaz.

Así lo han confirmado en los últimos días diferentes funcionarios que formaron parte de ese equipo a los actuales responsables de Interior, que investigan el paradero de los informes redactados por la Brigada de Análisis y Revisión de Casos (BARC), la unidad policial bajo sospecha por haber sido utilizada para airear trapos sucios de oponentes políticos y para indagar sobre asuntos turbios. Los responsables del departamento que dirige ahora Juan Ignacio Zoido no se dan por vencidos. El nuevo número dos de la policía, Florentino Villabona, por orden expresa del ministro, ha exigido a los antiguos responsables de la BARC esos informes elaborados al margen de la autoridad judicial y que nadie en la policía dice saber dónde están.

Los hombres de Villabona solo han conseguido saber que toda la documentación que generó la brigada secreta estuvo custodiada en los ordenadores de la unidad de Asuntos Internos de la policía en una del barrio de Chamberí, en el corazón de Madrid y lejos del centro neurálgico del cuerpo, en la sede de Canillas. Pero allí, al parecer, ya no hay nada. O eso le han contado a Villabona y a Zoido. Esos papeles comprometedores estuvieron bajo el control de Asuntos Internos porque el propio Pino, para mantener el secretismo de las pesquisas de la BARC, la incardinó dentro del organigrama de esa unidad.

Disolución

Hasta abril del 2015, el máximo responsable de Asuntos Internos fue el comisario Marcelino Martín-Blas, hoy archienemigo de Eugenio Pino en las guerras que sacuden al cuerpo, pero entonces era un hombre de su absoluta confianza. Los nuevos responsables de la policía no han conseguido informes, pero comienzan a hacerse una idea del trabajo de la BARC, disuelta la pasada semana por orden de Villabona.

Aunque la brigada usó como tapadera la revisión de casos sin resolver y, en teoría, estaba dedicada a esclarecer unos 400 asesinatos sin autor conocido, la BARC jamás arrojó luz sobre uno de esos sumarios. De Marta del Castillo, según fuentes de Interior, no llegó a elaborarse ningún informe. Sobre el 11M se investigó la denomina mochila de Vallecas (la que no estalló) para intentar implicar a viejos mandos policiales, pero no se llegó a nada. Y del caso Faisán, el documento -que tampoco se ha encontrado- apuntaba a altos responsables de la seguridad del Estado en el Gobierno de Rodríguez Zapatero de estar detrás del chivatazo. Solo en dos ocasiones, por la información con la que cuenta Interior por el momento, la BARC estuvo supervisada por un juez, en el caso de Marta del Castillo y en el caso Macedonia, una supuesta red de narcotráfico en Cataluña que implicaba a varios cuerpos policiales. El resto del centenar de casos no contaba con ningún respaldo judicial. Los hombres de Pino llegaron a investigar de forma secreta a Luis Bárcenas, tras volver a ser imputado por el caso Gürtel en el 2012. También indagaron sobre falsas cuentas en el extranjero del líder de Podemos, Pablo Iglesias.