Mariano Rajoy dice que no autorizará un referendo que rompa «la unidad de España»

R. G. MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Fútbol gaélico en la Moncloa. El primer ministro irlandés Enda Kenny entregó a Rajoy una camiseta con su nombre de la selección gallega de fútbol gaélico, que quedó en tercer lugar en el mundial
Fútbol gaélico en la Moncloa. El primer ministro irlandés Enda Kenny entregó a Rajoy una camiseta con su nombre de la selección gallega de fútbol gaélico, que quedó en tercer lugar en el mundial Sergio Barrenechea | efe

Se empeña en no dar por roto el diálogo y confía en que Puigdemont no soporte el vértigo de lanzarse a una consulta ilegal

13 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Quiero decir con meridiana claridad, porque no tiene ningún sentido llevarnos a engaño, que no voy a autorizar la celebración de ningún referendo que afecte a la unidad de España, la soberanía nacional y la igualdad de los españoles». Cuarenta y ocho horas después de la estéril reunión entre los vicepresidentes de los Gobierno central y de Cataluña, Mariano Rajoy fue rotundo sobre sus nulas intenciones de permitir la consulta secesionista, ni pactada ni unilateral ni en toda España ni solo en Cataluña.

A pesar de la rotunda discrepancia en el asunto medular del conflicto catalán, como pudieron constatar cara a cara Soraya Sáenz de Santamaría y Oriol Junqueras, el presidente del Gobierno se empeñó en no dar por roto el diálogo con la Generalitat. «No ha fracasado», aseguró en una comparecencia en la Moncloa con el primer ministro irlandés, Enda Kenny, en la que también se comprometió a no cejar en el empeño. Carles Puigdemont tampoco arroja la toalla y quiere pisar la Moncloa antes de final de mes.

El problema es que Rajoy quiere hablar de todo menos de la consulta soberanista y el presidente catalán solo quiere tratar del referendo. Así las cosas, ninguno de los dos quiere aparecer como responsable de la ruptura de los endebles puentes que quedan en pie y se muestran como los adalides del diálogo. El jefe del Ejecutivo central argumentó una vez más que no puede autorizar la consulta porque la Constitución se lo impide, y, además, no cree que sea una solución al conflicto. Rajoy confía en que Puigdemont no soporte el vértigo de lanzarse a un referendo ilegal, un órdago que buscan Esquerra y la CUP, y quiera zanjar el pulso con unas nuevas elecciones en Cataluña en las que él no sería el candidato del PDECat.