PDeCAT busca silenciar el debate sucesorio mientras resurge el nombre de Artur Mas

cristian reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

ALBERT GEA | reuters

Puigdemont comunicó a lo suyos que no tiene intención de repetir como presidente de la Generalitat

10 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Carles Puigdemont cumple hoy su primer año al frente del Gobierno catalán con todo por hacer en lo que se refiere al referendo sobre la independencia. Puigdemont tiene nueve meses para culminar el proceso y si lo consigue, se marchará a su casa de Gerona. Así lo expresó el viernes pasado y lo trasladó ayer de manera oficial a la cúpula de su partido. Puigdemont comunicó a lo suyos que no tiene intención de repetir como presidente de la Generalitat, por lo que el PDeCAT tiene que empezar a buscar un candidato. Según los planes de Junts pel Sí y la CUP, los nacionalistas tendrían como plazo máximo hasta final de año para encontrar un sustituto. La hoja de ruta secesionista establece que la consulta podría celebrarse en septiembre, más tarde se declararía la independencia y como muy tarde en marzo del 2018 se convocarían elecciones. Eso sí, nadie puede garantizar que la consulta soberanista vaya a tener lugar, ni se puede descartar que podría adelantarse a julio, de ahí que en otoño podría haber comicios al Parlamento catalán.

Pendiente de juicio

El anuncio de Puigdemont ha descolocado a los dirigentes de su partido, que ayer cruzaron mensajes contradictorios. Así, mientras la número tres, Marta Pascal, insistió en hacer una llamada a cerrar filas, eludir el debate sucesorio y focalizar los mensajes solo en el referendo, la vicepresidenta del PDeCAT y consejera de la Presidencia, Neus Munté, volvió a situar a Artur Mas en la terna de los posibles aspirantes. Sería un «grandísimo candidato», dijo. El exmandatario catalán nunca ha descartado su regreso a la primera línea, aunque en su entorno aseguran que no tiene intención de volver. El líder nacionalista, que ahora preside el PDeCAT, aparece de nuevo en las quinielas, que encabezan la propia Munté, Mercè Conesa o Santi Vila. Pero la opción de Mas tiene el problema de que el 6 de febrero se sentará en el banquillo por el caso 9N y podría ser inhabilitado.

La oposición cargó contra las dudas en el PDeCAT y el posible regreso de Mas. «Se acerca un fin de ciclo y se verán obligados a convocar elecciones dentro de poco», afirmaron en Ciudadanos. Para el PSC, el anuncio de Puigdemont de que dentro de un año no será presidente es la «crónica de una muerte anunciada» y la vuelta de Mas pondría en evidencia que el proceso ha entrado en un «bucle». El PP, mientras, aseguró que el actual jefe del Ejecutivo no repetirá por «miedo al descalabro electoral».