Un año sin urnas, pero decisivo para los grandes partidos

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

José Antonio García Cordero | EFE

En apenas una semana, Ciudadanos, PP y Podemos celebran sus congresos nacionales, y el PSOE lo hará poco después

09 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras el atracón de citas electorales del 2015 y el 2016, en el 2017 no habrá urnas -en principio- pero será un año decisivo para las principales fuerzas políticas. En apenas una semana, la que va del 4 al 11 de febrero, Ciudadanos, PP y Podemos celebran sus congresos nacionales. Y el PSOE lo hará poco después, probablemente en junio. En Ciudadanos, el liderazgo de Albert Rivera no está en juego, aunque por primera vez se oyen voces pidiendo más democracia interna. Rivera llegará al congreso del 4 de febrero ya reelegido, por lo que las claves de la cita serán la redefinición del partido, que pasará de declararse «socialdemócrata» a llamarse «liberal progresista», y el debate sobre si los naranjas deben entrar en gobiernos autonómicos donde son decisivos o limitarse a apoyar a los ejecutivos desde fuera, como hasta ahora. Más convulso se presenta el congreso de Podemos el 11 de febrero. La batalla entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón ha abierto heridas que no serán fáciles de curar. Está por ver todavía si será un congreso a cara de perro con tres listas (pablistas, errejonistas y anticapitalistas) o si al final habrá acuerdo integrador. De fondo, el debate entre un Podemos incendiario, radical y callejero (Iglesias) o uno más moderado, transversal y posibilista (Errejón).

Ese mismo fin de semana, pero sin conflictos, celebra su cónclave el PP. Con Rajoy indiscutido, la única incógnita es si Dolores de Cospedal seguirá como secretaria general -que parece que sí-, y hasta donde llegará la regeneración y el aumento de la participación de la militancia, en donde habrá avances moderados.

Pero quizá el congreso más decisivo será el que celebre el PSOE, inmerso en su mayor crisis desde hace décadas. Parece claro que la andaluza Susana Díaz optará a la secretaría general, pero está por ver si Pedro Sánchez consuma su desafío y le hace frente, o si al final se conforma con una cuota de poder para los suyos que podría cerrar el congreso en falso. De cómo termine el cónclave socialista dependerá no solo el futuro del partido, sino el de España. Si el PSOE recupera la unidad y se hace fuerte, podría tratar de forzar unas nuevas elecciones generales.