«Deplorables, claustrofóbicos, masificados»

melchor saiz-pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Quique García | Efe

Hay instalaciones que no tienen ni retretes y a los internos se les encierra con candados, denuncia una jueza

06 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Un auto judicial sin precedentes en la historia de la extranjería española», en palabras de uno de los juristas de inmigración más reconocidos del país. Una insólita resolución judicial en la que la titular del Juzgado de Instrucción 1 de Algeciras (Cádiz), Belén Barranco Arévalo, se despacha a modo contra el Ministerio del Interior por la situación en la que mantiene a centenares de extracomunitarios en dos de los más importantes centros de internamiento de extranjeros (CIE) de España, el de Algeciras y el de Tarifa. La magistrada, que visitó ambas instalaciones en octubre y noviembre pasados, no ahorra adjetivos para describir lo que ha visto. «Deplorables, claustrofóbicos, absolutamente masificados». Se trata, explican los expertos, de «graves deficiencias» que afectan a los centros de toda España, pero por primera vez no son las ONG o los propios inmigrantes los que las denuncian con palabras gruesas.

Según Barranco, las deficiencias de los dos centros ocupa varios párrafos: «Ausencia de espacios lúdicos; ausencia absoluta de luminosidad en las habitaciones de los internos, motivada por la presencia de rejas de hierro y por la inexistencia de luz artificial; o ausencia de muda de ropa interior», entre otras.

Peligro

Pero, lo que parece preocupar más a la jueza es el peligro que corren los inmigrantes ya que son encerrados en sus habitaciones con candados. El panorama de las instalaciones de Algeciras es desolador. Habla de que todo el espacio lúdico es una «estantería-biblioteca» [sic], «que presenta un aspecto deplorable y decadente, con más libros por el suelo que por los propios estantes». «Los patios de recreo son claustrofóbicos [...] ocupan el espacio de tres Ford Fiesta aparcados a lo ancho y cuatro turismos de la misma marca a lo largo». La situación de los patios de las mujeres es todavía peor porque, según la jueza, no cabrían ni cuatro coches.

Para Belén Barranco, la presencia de «mamparas de cristal y hierro» en la sala de comunicaciones «es más propia de un régimen carcelario y penitenciario que de un centro de internamiento donde no está restringido el derecho de comunicación». En Algeciras, además, los internos de algunos módulos solo tienen duchas colectivas.

Defecar en público

En Tarifa, según la magistrada, la situación es aún peor. En algunos casos duermen en cada habitación hasta 24 personas tumbadas en literas. Pero quizás la situación más degradante que describe Barranco es la de los baños. No hay ni retretes ni lavabo. «Existe tan solo un boquete en el suelo recubierto de aluminio donde defecar y miccionar, y donde quien pretenda usarlo queda expuesto a la vista de sus restantes compañeros. En Tarifa ni siquiera hay un «espacio concreto y reservado» para que los internos puedan recibir visitas. Los encuentros se realizan en unos bancos en un pasillo, se lamenta la jueza en su insólito auto.