Iglesias derrota por la mínima a Errejón, que sale reforzado de cara a Vistalegre II

ESPAÑA

Paco Campos | EFE

El número dos asegura que está dispuesto a dar la batalla de las ideas hasta el final

23 dic 2016 . Actualizado a las 10:11 h.

Por la mínima. Pablo Iglesias derrotó a Íñigo Errejón en su primer duelo al máximo nivel. Pero la consulta sobre el sistema de votación que se empleará en la asamblea ciudadana de Podemos, conocida como Vistalegre II, demuestra hasta qué punto es profunda la división de Podemos en dos bloques con una fuerza similar, pablistas y errejonistas, con una corriente importante, Anticapitalistas, que puede hacer de contrapeso y árbitro entre ambos. La propuesta del secretario general logró el 41,57 % de los votos (40.830 en total); la de su número dos, el 39,12 % (38.419); y la de Anticapitalistas, el 10,50 % (10.212 votos). Era la primera vez que Iglesias y Errejón median sus fuerzas directamente ante la militancia, aunque ya lo hicieran con sus propios candidatos en Madrid, donde el pablista Ramón Espinar derrotó a la errejonista Rita Maestre por menos de 2.000 votos.

Revés político para Iglesias

Con esta victoria pírrica, Iglesias impone su sistema de votación, que consiste en decidir a la vez los documentos políticos y organizativos y la lista de los candidatos de la dirección, pero Errejón sale políticamente reforzado. El líder de Podemos, a quien nadie discute su reelección como secretario general, se queda muy lejos de lograr el respaldo de la mitad de la militancia a su propuesta, a pesar de que el aparato del partido, con su secretario de Organización, Pablo Echenique, al frente ha trabajado en su favor.

Seis de cada diez militantes le han dado la espalda, lo que supone un claro revés político para Iglesias, que había presentando la consulta como un plebiscito sobre su figura y que queda debilitado de cara a una posible negociación previa para llegar a un acuerdo que integre al errejonismo y evite un choque de trenes en Vistalegre II. Ahora Iglesias deberá andarse con pies de plomo, buscar acuerdos y tener en cuenta la contestación interna sin precedentes a un líder que hasta ahora había ganado las consultas internas de forma aplastante y dirigido la organización con mano de hierro.

Ni vencedores ni vencidos

Tras conocerse los resultados, Iglesias publicó este tuit: «En la consulta no hay vencedores ni vencidos. Todas las propuestas eran buenas y ha ganado Podemos. Trabajaré por la unidad y la pluralidad». «Nos están pidiendo a voces llegar a acuerdos y me voy a dejar la piel en ello», aseguró luego en rueda de prensa. «Quiero tener a Errejón y a Miguel Urbán a mi lado, a ellos y a las ideas que representan», aseguró, al tiempo que dejaba claro que ambos le habían transmitido su apoyo para repetir como secretario general. «A partir de ahora toca abrir un debate político en el que no pensemos en clave de corriente sino de España y ahí puede haber posiciones diferentes que se agrupen», añadió.

Por su parte, Errejón, que compareció visiblemente satisfecho, afirmó que su propuesta había obtenido un «magnífico resultado por la fuerza demostrada» y destacó el «enorme peso» de los que quieren más democracia y proporcionalidad en Podemos. Para Errejón, el mandato de los militantes ha sido «salir de la lógica de los plebiscitos y del todo o nada» -una clara alusión a Iglesias- y trasladar que hay dos proyectos mayoritarios muy igualados que deben entenderse. «La gente nos está pidiendo entendimiento y acuerdo, no uniformidad», dijo el secretario político. Añadió que el acuerdo está más cerca tras la votación de las bases, pero dejó claro que está dispuesto a dar «la batalla de las ideas hasta el final». Aunque añadió que no está en discusión el liderazgo de Iglesias, al que pidió que tenga en cuenta las propuestas perdedoras, ya que han obtenido casi el 60 % de los votos.

Con las fuerzas tan igualadas entre pablistas y errejonistas, los Anticapitalistas, más próximos a Iglesias en términos ideológicos pero cercanos a Errejón en el modelo organizativo, se convierten en árbitros de la situación.

Las bases dejan tocado al secretario general, que está obligado a pactar

Nadie esperaba un resultado tan ajustado en una consulta supuestamente técnica sobre la forma de votar en Vistalegre II, que en realidad escondía un duelo directo de alto voltaje político entre Iglesias y Errejón. Y menos que nadie los pablistas, que ayer no ocultaban su decepción. El veredicto de los militantes deja tocado al secretario general y refuerza a su número dos y máximo rival interno. El órdago que lanzó el primero al someter a votación las reglas del juego de la próxima asamblea de Podemos ha estado a punto de costarle muy caro, ya que una derrota habría hecho muy difícil su continuidad al frente del partido. Los errejonistas han hecho una demostración de fuerza frente a los pablistas, que estaban prestos para laminarlos.

Ahora el secretario político está en mejores condiciones para dar lo que llama la «batalla de las ideas», aunque reitera que no disputará el liderazgo a Iglesias. Defenderá su proyecto de un Podemos en el que el secretario general tenga menos poder, con mayor democracia interna y descentralización, que trate de lograr el apoyo electoral de los que faltan y haga hincapié en el trabajo parlamentario. Un proyecto más moderado frente al giro radical e izquierdista que propugna ahora Iglesias tras sus veleidades socialdemócratas, que apuesta por priorizar la lucha en la calle (cavar trincheras en la sociedad) sobre la labor institucional, que considera no puede cambiar las cosas. El reto de Iglesias, obligado ahora a pactar y a la defensiva, es buscar una síntesis entre ambas propuestas, que son antagónicas en aspectos fundamentales, o dejar abiertas las heridas después de Vistalegre II, lo que abocaría a una dañina división interna.