Puigdemont responde al diálogo del Gobierno con una cumbre secesionista

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

QUIQUE GARCÍA | EFE

Convoca a los soberanistas a una reunión el próximo día 23 para preparar el referendo

09 dic 2016 . Actualizado a las 07:36 h.

Mariano Rajoy ha comenzado la legislatura con un cambio de política respecto a Cataluña. Al menos en las formas. El presidente apuesta ahora por el diálogo para enfrentarse al desafío independentista. Como protagonista de esta nueva etapa ha elegido a Soraya Sáenz de Santamaría. La vicepresidenta, a cargo también de la cartera clave de Administraciones Territoriales, ha abierto despacho en Barcelona, lo que indica que el Gobierno quiere incrementar su presencia en la sociedad catalana y recomponer los puentes prácticamente rotos con las autoridades. El ministro de Justicia, Rafael Catalá, lo confirmó ayer. «Todos los miembros del Gobierno tenemos incorporada ya en nuestra agenda y vamos a dedicarle todavía más atención y más tiempo a la presencia en Cataluña, a la negociación con nuestros colegas», afirmó.

Disgusto en la Generalitat

Pero la primera actuación de la vicepresidenta, sus reuniones del miércoles con la líder de Ciudadanos en el Parlamento catalán, Inés Arrimadas, y el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, fue recibida con enorme desagrado por la Generalitat, cuyos dirigentes mostraron su «extrañeza» por el hecho de que haya hablado antes con la oposición que con el vicepresidente Oriol Junqueras, quien le remitió una carta el pasado 21 de noviembre para invitarla a una reunión en Barcelona e iniciar así un «diálogo fluido». También hay pendiente un encuentro entre Rajoy y el presidente catalán, Carles Puigdemont.

En todo caso, el cambio de actitud del Gobierno, que sigue fijando como línea roja de la llamada operación diálogo su rechazo frontal al referendo secesionista, no ha hecho variar los planes del presidente catalán. Su apuesta es «referendo o referendo». Y lo ha vuelto a dejar claro. Puigdemont convocó este jueves a todas las fuerzas que apoyan la celebración de una consulta -Junts pel Sí, la CUP, Catalunya sí que es Pot y Barcelona en Comú, de Ada Colau-, así como a entidades económicas, sociales y culturales a una cumbre el próximo día 23, cuyo objetivo será encarrilar la celebración del refrendo en septiembre del 2017. Puigdemont presidirá, junto con la presidenta de la cámara, Carme Forcadell, este encuentro en el Parlamento catalán.

La cumbre tendrá lugar dos días después de que la Cámara catalana, según lo previsto, dé luz verde a la tramitación de los Presupuestos de la Generalitat con el voto de Junts pel Sí y la CUP. En el último debate de política general, ambos grupos acordaron celebrar antes de finalizar el año este encuentro para llegar a un consenso sobre el referendo. Los anticapitalistas habían exigido al presidente que convocara esa cumbre, pero este quería garantías de que darían su visto bueno a las cuentas públicas. Con la convocatoria de la macrorreunión, el presidente catalán trataba también de recomponer las relaciones con la CUP.

«Hemos perdido la confianza»

La diputada de los antisistema Anna Gabriel criticó en una entrevista publicada ayer en El Punt Avui la gestión que Junts pel Sí (la coalición de la antigua Convergència y ERC que gobierna Cataluña) está llevando a cabo del referendo. «No están haciendo las cosas bien. Quieren crear el estado de opinión de que si se hace el referendo es por culpa de la CUP», aseguró. Gabriel denunció que vincular la celebración de la consulta a la aprobación de los Presupuestos «es un chantaje a mucha gente». «Hemos perdido la confianza» en el Gobierno catalán, afirmó.

Puigdemont quiere alcanzar un consenso entre las fuerzas soberanistas sobre el referendo, que se prevé para el 17 o el 24 de septiembre, y la pregunta que se formulará, que en teoría será más simple que la que Artur Mas propuso para el 9 de noviembre. Su objetivo es sumar a Podemos y a Ada Colau, que defienden un referendo pactado con el Gobierno, a las tesis de Junts pel Sí y la CUP, que proponen que la votación se celebre tenga o no el aval de Madrid.

Por otra parte, el secretario de organización del PSC, Salvador Illa, emplazó ayer a Puigdemont a abandonar la unilateralidad y a seguir la «vía vasca» del pacto entre el PNV y el PSE, llegando a un acuerdo con el PSC.