Puigdemont desprecia la oferta de diálogo del Gobierno sobre Cataluña

cristian reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

ANDREU DALMAU | Efe

El presidente de la Generalitat insiste en que la celebración del referendo es innegociable

01 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente catalán sigue sin moverse ni un ápice y desprecia la oferta de diálogo del Gobierno de Rajoy al considerar la celebración del referendo independentista un tema innegociable. Puigdemont ha acogido con escepticismo la oferta de rehacer puentes lanzada la semana pasada por la vicepresidenta del Gobierno en su visita a Barcelona y reiterada de nuevo ayer, porque entiende que se trata más de una operación de maquillaje, un nuevo canto de sirena para romper la cohesión entre Junts pel Sí y la CUP, que una intención real de buscar una solución en Cataluña. Puigdemont, sin ir más lejos, acusó al Ejecutivo de Rajoy de no tener ninguna voluntad de diálogo, sino de querer «diluir» las reclamaciones soberanistas con un discurso pactista que esconde la intransigencia política de siempre.

Pero el presidente de la Generalitat no quiere cerrarse puertas, y a pesar de seguir manteniendo el referendo como un tema innegociable, sigue poniendo reglas para que produzca un diálogo en el que no parece creer. Una de esas condiciones es que los encuentros sean bilaterales, no en el marco de foros, como la conferencia de presidentes en la que están representadas las demás comunidades. Las conversaciones, según Puigdemont, no pueden tener condiciones previas para que se pueda hablar de todo, y en el todo entra el referendo que los independentistas quieren celebrar en septiembre del 2017 y que aún tratan de pactar con Madrid. El jefe del Ejecutivo catalán mantiene que el derecho de negociar de tú a tú se lo ha ganado Cataluña en las urnas y tras cuatro años de movilizaciones en la calle. Puigdemont, en definitiva, pide «gestos» a Rajoy porque un «anuncio de diálogo» como el que se ha hecho «no es diálogo».

El proceso y las consecuencias penales que acarrea son el gran obstáculo para que se materialice el deshielo. Las fuerzas secesionistas critican al Gobierno que exprese su voluntad de hablar y al mismo tiempo mantenga lo que consideró «el asedio judicial al soberanismo». Un recelo que es recíproco, porque el Gobierno de Rajoy reprocha a Puigdemont que apele al diálogo cuando solo plantea contratos de adhesión bajo la amenaza de que en 2017 habrá «referendo o referendo».

Las posibilidades

Puigdemont ha coincidido en dos ocasiones en los últimos tiempos con la vicepresidenta del Gobierno: hace quince días compartieron mesa y mantel, junto al rey, en unos premios de la patronal catalana Fomento, y la semana pasada asistieron a la toma de posesión del lendakari Iñigo Urkullu en Guernica. Ayer, Soraya Sáenz de Santamaría volvió a reiterar la propuesta de diálogo al Ejecutivo de Puigdemont, pero siempre dentro de la legalidad. Mañana, continuarán con las maniobras de aproximación, en un encuentro entre el presidente catalán y el nuevo delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo. Además, Oriol Junqueras acudirá hoy a la convocatoria del Consejo de Política Fiscal y Financiera, que por primera vez presidirá Soraya Sáenz de Santamaría. El presidente de la Generalitat, en cambio, sigue sin querer acudir a la conferencia de presidentes prevista para enero.

El PP confirma que el Ejecutivo impugnará la partida prevista para la consulta

El portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Rafael Hernando, confirmó ayer de que el Gobierno actuará si, tras la tramitación de los Presupuestos para el 2017 aprobados por la Generalitat catalana, el Parlamento ratifica la partida prevista para la celebración de un referendo de independencia en septiembre del año que viene. En declaraciones en los pasillos de la Cámara baja, Hernando calificó de «muy desafortunada» la inclusión de esa partida de seis millones en las cuentas catalanas para la convocatoria de la consulta que tiene prometida, y mostró su deseo de que eso «se enmiende» durante la tramitación en el Parlamento.

Pero ya ha adelantado que si se mantiene esa previsión presupuestaria, se «obligaría» al Gobierno de Mariano Rajoy a «actuar». «A ver si todos hacemos esfuerzos para hacer las cosas correctamente en el ámbito de nuestras competencias, sin echar más leña al fuego», reclamó.

También, el presidente del grupo del PPC en el Parlamento catalán, Xavier García Albiol, instó a Puigdemont, a no quedarse quieto «como una estatua» ante las «señales» enviadas por el Gobierno en favor del «diálogo». García Albiol fue muy crítico con los presupuestos aprobados por el Ejecutivo catalán, por «hacer cargar el precio de la independencia sobre la clase media catalana». Además, afirmó que Puigdemont debe ser consciente de que «mientras gobierne el Partido Popular en España no se va a celebrar ningún referendo para romper con el resto del Estado».