Rajoy quiere que los altos cargos no sean diputados para asegurar las votaciones

Nuria vega MADRID / COLPISA

ESPAÑA

benito ordoñez

El Gobierno se completará hoy con los nombramientos en las secretarías de Estado

11 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Mariano Rajoy termina de cerrar hoy el organigrama del Ejecutivo para este mandato con el nombramiento del segundo nivel de su equipo gubernamental, el de los secretarios de Estado. Aunque algunas de las designaciones quedarán pendientes para próximos encuentros, el grueso de la composición de la cúpula de los ministerios se someterá a la aprobación en el Consejo de Ministros, encargado de dejar prácticamente cerrado el esqueleto del Gobierno que la próxima semana se incorporará a su agenda habitual y a la rutina parlamentaria.

No suelen figurar en las quinielas del partido, pero los secretarios y subsecretarios de Estado, que se reúnen con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, cada miércoles para examinar los asuntos que se remiten al Consejo de Ministros, constituyen una cantera política de dirigentes susceptibles de saltar a la primera línea en las crisis de Gobierno. De ahí llegaron, por ejemplo, Íñigo Méndez de Vigo, que era secretario de Estado para la UE, y Rafael Catalá, que se ocupaba el mismo rango del área de Planificación y Estructuras en Fomento; o el actual titular de Energía, Álvaro Nadal, que fue jefe de la Oficina Económica de la Moncloa.

Según se estableció en el real decreto publicado en el BOE del pasado día 3, serán 25 las secretarías de Estado integradas en los 13 ministerios del Gobierno para las que habrá que buscar un dirigente. Y aunque se esperan novedades, todo apunta a que en muchas áreas se impondrá la filosofía de la continuidad que impregna el proyecto de Rajoy. Quizá el puesto que más expectación genera es el del secretario de Estado de Administraciones Territoriales, de nueva creación y bajo la dirección de la vicepresidenta del Gobierno, cuya influencia llega hasta los altos cargos de otros departamentos, sobre todo, en Empleo, Hacienda y Energía, encabezados por sorayos como Fátima Báñez, Cristóbal Montoro y Álvaro Nadal, que ejercieron la oposición junto ella en el Congreso durante el último mandato de José Luis Rodríguez Zapatero.

Prioridad al Parlamento

Además, de la número dos de Rajoy depende orgánicamente la Secretaría de Estado de Relaciones con las Cortes, en manos de José Luis Ayllón y una pieza clave en esta legislatura en minoría en la que todos los proyectos deberán ser negociados en el Parlamento.

Los exiguos 137 apoyos con los que cuenta Mariano Rajoy en la Cámara baja obligan, además, a los representantes del PP a no dejar vacante ni un solo escaño en las votaciones de los martes y los jueves. Así que cobra más sentido que nunca la práctica habitual de exigir a los nuevos secretarios de Estado, salvo al de Relaciones con las Cortes, que pasen a ocuparse de sus funciones en el Gobierno y dimitan como parlamentarios para ser relevados por diputados con plena dedicación, aunque legalmente ambas tareas sean compatibles.

Fuentes del Ejecutivo avanzan que, una vez culminado el proceso de nombramientos, todos los integrantes del segundo nivel abandonarán la Cámara. No se procederá del mismo modo con los ministros, aunque sí se les pedirá que prioricen su asistencia a los plenos de los martes y los jueves, y que solo se ausenten de las sesiones de control. Aunque los miércoles no se vota, en la Moncloa entienden que se trata de un gesto de respeto a la oposición y a los partidos con los que el Gobierno tendrá que negociar sus iniciativas. Nueve de los sillones de la bancada azul están ocupados por ministros que son a su vez diputados. También cuentan con acta el presidente y Sáenz de Santamaría. En realidad, solo los titulares de Exteriores, Alfonso Dastis; Economía, Luis de Guindos; y Fomento, Íñigo de la Serna, están fuera del Parlamento.