La ambigüedad del PSC en torno al derecho a decidir agrandó la brecha del partido

G. B. MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

TONI ALBIR | EFE

Los socialistas de Cataluña, liderados entonces por Pere Navarro, apoyaron en el 2012 el derecho a decidir al plantear un referendo «claro»

23 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En la crisis que puede desembocar en la ruptura de la disciplina de voto en la sesión de investidura, en caso de que se imponga la opción de una abstención de todo el grupo, juega un papel importante la ambigua posición que ha ido manteniendo el PSC en torno al desafío independentista lanzado por los partidos soberanistas catalanes. Los socialistas de Cataluña, liderados entonces por Pere Navarro, apoyaron en el 2012 el derecho a decidir al plantear un referendo «claro» y defender que todas las comunidades pudieran «asumir claramente la posibilidad de consultas de carácter territorializado, modificando a ese respecto el actual artículo 92 de la Constitución». En febrero del 2013, el PSC rompió la disciplina de voto en el Congreso al votar a favor de una propuesta de CiU que defendía el derecho a decidir. Algo que no tuvo más consecuencia que 600 euros de multa. Poco después, en julio del 2103, con Rubalcaba todavía al frente, el PSOE aprobó la llamada Declaración de Granada, que asumía algunas de las tesis el PSC y planteaba una reforma federal de la Constitución, pero rechazaba el derecho a decidir. Esa declaración fue asumida por los socialistas catalanes, hasta el punto de que Navarro la calificó de «histórica», lo que parecía zanjar el debate. Pero con la llegada de Miquel Iceta al liderazgo del PSC en el 2014 se inició un nuevo giro. El nuevo líder del PSOE defendió la «vía canadiense» para decidir sobre la independencia. El hecho de que, con esas tesis, Iceta se convirtiera en uno de los máximos valedores de Pedro Sánchez agrandó la desconfianza de los críticos hacia el secretario general.