La niña que ya no juega sola

CH. A. MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Chema Moya | efe

La historia de una de las cuatro víctimas del pederasta de Ciudad Lineal

19 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

A veces, parece que todo ha pasado y de pronto, como pequeños signos aparentemente indescifrables, aparecen los rastros del horror. En la manera en la que una madre grita el nombre de su hija Marta cuando la pierde de vista en el parque. También en la manera en que el dependiente del chino de la calle Luis Ruiz de Madrid escucha que el reportero viene preguntando por su hija y dice que no y sacude la cabeza con espanto. De esa puerta de esa tienda, en esa misma acera ancha sembrada de árboles escorados, Antonio Ortiz se llevó a su hija de seis años, menuda, alegre, simpática, para expandir los límites del mal en un piso de Hortaleza.

Ortiz estaba sentado este martes en el banquillo de la Audiencia Provincial de Madrid por los crímenes contra cuatro pequeñas, pero el «hombre malo» sigue suelto en el recuerdo. «Dios sabe lo que le pudo hacer a esa criatura... Tenemos que vivir con esa imagen, pero es muy duro», dice Carmen, su madre. Tras una angustiosa búsqueda, la localizaron con vida. Cuando le enseñaron una foto de Ortiz meses después, confirmó: «Es el hombre malo». Algo terrible se había roto. Pasó dos semanas ingresada y después, cuando volvió al barrio, la criatura ya no era la misma. Durante meses, no salía de la tienda. Dos años después, ha logrado recuperar la sonrisa. Lo que no puede es jugar sola. Nadie lo hace ya en el barrio.