El Gobierno normaliza la relación con el PSOE y ya ve posible la investidura

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Juan Carlos Hidalgo | EFE

Javier Fernández confirma que llamó a Mariano Rajoy para que le aclarara su posición

08 oct 2016 . Actualizado a las 13:59 h.

«El diálogo institucional es bueno, estamos todos obligados a colaborar para lograr un objetivo claro: que España tenga Gobierno». Mariano Rajoy está convencido de que el giro emprendido por Javier Fernández, presidente de la gestora del PSOE, desbloqueará su investidura. Y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, dejó claro con esa frase que el Ejecutivo está dispuesto a ponérselo fácil al líder accidental de los socialistas en la complicada tarea de convencer a su partido de que pase de un no rotundo a Rajoy, que hasta ahora casi nadie en el PSOE discutía, a una abstención. La número dos del Gobierno ofreció la «máxima colaboración» a Fernández y enmarcó en la «normalidad» el hecho de que él y Rajoy hayan hablado ya en dos ocasiones, a pesar de que el mandato del comité federal socialista de oponerse a la investidura del líder del PP siga vigente.

La consigna en Moncloa es dejar claro que el PP no apuesta por unas terceras elecciones, por más que, según los sondeos, pudieran darle la mayoría absoluta junto a Ciudadanos, y que no pone condiciones, aunque, según la vicepresidenta, Rajoy trabajará «para lograr la estabilidad de un Gobierno que pueda asentar la recuperación y salir definitivamente de la crisis».

El discurso oficial es que el PP sigue reclamando un «Gobierno de coalición», aunque nadie en el Ejecutivo lo considera posible a estas alturas. Se trata en realidad de una estrategia de presión a los socialistas de cara al futuro, para garantizarse la estabilidad porque, según aseguró Sáenz de Santamaría, el resultado de las elecciones lleva a «una legislatura de corte colaborativo para trabajar por el país en un momento que es muy importante».

Fernández augura disciplina

Pese a no tener ningún mandato de su partido en ese sentido, Javier Fernández trabaja ya con Rajoy en una solución que ponga fin al bloqueo político, pero tratando a la vez de evitar que aumente la fractura en el PSOE. El viernes, el presidente de la gestora reconoció que el pasado jueves llamó al líder popular para «aclarar» las «declaraciones cruzadas» de dirigentes del PP que pedían a los socialistas que, además de abstenerse en la investidura, garantizaran la estabilidad del futuro Gobierno. «Convenía aclararlo y por eso le llamé y hablamos», señaló, aunque precisó que «en ningún caso el PSOE se está planteando darle al PP una gobernabilidad que consta de dos cosas: investidura y estabilidad».

Aunque las relaciones entre el Gobierno en funciones y el PSOE, que estaban cortocircuitadas con Pedro Sánchez como líder de los socialistas, se han normalizado desde la llegada de Fernández a la dirección de la gestora, el presidente asturiano tiene grandes dificultades para conseguir una posición unánime en su partido, incluso entre los críticos a Sánchez, en torno a la necesidad de que el PSOE se abstenga. De momento, no hay fecha para el comité federal que debería tomar esa decisión, y que es ahora la pieza clave para poner en marcha el calendario de la posible investidura de Rajoy. Lo que sí adelantó Fernández es que la postura que se fije será asumida «con la misma disciplina que ha habido siempre» por todo el grupo parlamentario socialista. Una declaración que, sin embargo, cuestionan los afines a Pedro Sánchez, algunos de los cuales han adelantado ya que, aunque el comité federal ordene lo contrario, votarán en contra de Rajoy.