Sánchez reduce el debate a un sí o no a Rajoy y dimitirá si el partido permite gobernar al PP

Gonzalo Bareño Canosa
GONZALO BAREÑO MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Pinto&Chinto

Los críticos de la comisión de garantías dan por disuelta la ejecutiva, que se declara «en funciones»

01 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Pedro Sánchez mantiene el pulso hasta el último segundo y el PSOE se dirige hoy, por tanto, hacia un choque de trenes de impredecible resultado. El secretario general, al que los críticos no reconocen ya como tal, se refirió ayer al comité federal que los socialistas celebrarán hoy como un simple plebiscito en torno a si el PSOE debe dejar gobernar o no a Mariano Rajoy. Se presentó como el garante del no y advirtió de que, en caso de que su partido optara por la abstención en la investidura, dimitirá. «Si el comité federal decide que hay que pasar a la abstención, no puedo administrar una decisión que no comparto», señaló, y pidió directamente que hoy se decida «si se monta una gestora o si deciden los militantes». «Se puede pensar en España y en el PSOE a la vez», alegó también.

Pero, aunque Sánchez pretenda reducir el debate de hoy a un sí o no a Rajoy, los críticos no aceptarán ninguna votación en ese sentido e insistirán en que lo único que debe decidir el comité federal, dado que la ejecutiva está disuelta, es la formación de una gestora que debe fijar los plazos de un congreso, en el que decidirán todos los militantes, y la posición que debe adoptar el partido en la investidura de Rajoy. En ese caso, Sánchez no tendría oportunidad de dimitir, porque estaría ya cesado. Todos los esfuerzos realizados ayer para encontrar una solución consensuada habrían fracasado. Por tanto, críticos y afines a Sánchez acuden hoy a dos comités federales distintos y con diferentes órdenes del día, lo que garantiza una larga discusión sobre cuestiones de forma.

Lo que queda de la ejecutiva, que se denomina a sí misma «ejecutiva en funciones», convocó ayer al comité federal con solo dos puntos en el orden del día: dar cuenta de las dimisiones en la ejecutiva y aprobar el calendario del próximo congreso federal. Los críticos, sin embargo, insisten en que esa nueva convocatoria del comité federal es nula por estar hecha por una ejecutiva que ya estaba disuelta, y solo aceptan el orden del día de la reunión que estaba convocada con anterioridad, también para hoy.

El hecho clave que impidió el acercamiento fue la negativa de los partidarios de Sánchez a convocar ayer mismo a la comisión de garantías para que dirimiera el punto central del debate: si la ejecutiva sigue al mando del partido tras las 17 dimisiones o si está disuelta. La presidenta de esta comisión, Pilar Celáa, afín a Sánchez, decidió ayer convocar este órgano, pero para después de que se celebre el comité federal. Y no para estudiar el conflicto que plantean los críticos, sino para ordenar la recogida de avales para las primarias, dando así por hecho que hoy triunfará las tesis y el calendario de Pedro Sánchez, que prevé primarias el 23 de octubre y congreso extraordinario el 12 y 13 de noviembre.

Votaciones previas decisivas

Sin embargo, los tres miembros críticos de la comisión emitieron un dictamen, en ausencia de los otros dos integrantes, en el que declaran disuelta la ejecutiva, destacan que sus propios integrantes dicen estar en funciones», figura que «no está contemplada», y ven «conveniente» que se designe una gestora, como es «práctica habitual» en el partido. Establecen además que cualquier resolución adoptada en funciones «carece absolutamente de cualquier validez estatutaria y es nula de pleno derecho».

En este momento, cualquier decisión que haya que tomar en el partido será impugnada por una de las dos partes, y por eso el comité federal de hoy se antoja caótico. Suponiendo que, a pesar de todo esto, los dos sectores llegaran a un acuerdo para celebrar un comité federal cuyos resultados y votaciones ambas partes se comprometieran a acatar, ya en las cuestiones previas quedará claro cuál de los dos grupos tiene la mayoría. Lo primero que debería hacerse es votar cuál es el orden del día y la composición de la mesa, a cuya presidencia los críticos presentarán a Verónica Pérez, mano derecha de Susana Díaz. Si los críticos consiguen imponerse en estas dos votaciones, quedará claro que los afines a Sánchez están en minoría.

A partir de aquí, lo que pueda suceder es una incógnita. Si los seguidores de Sánchez comprueban que están en minoría, tratarán de conseguir que hoy mismo se vote directamente si el PSOE debe abstenerse o no en la investidura de Rajoy. Una maniobra que obligaría a los críticos, que eluden por todos los medios plantear el debate en esos términos, a retratarse si quieren ganar la votación y que tratarán de evitar alegando que ese tema no está en el orden del día. La votación que parece como más probable es la de si se aprueba o no el calendario para el congreso que planta Sánchez. Y está por ver si, en caso de perderla, Sánchez dimitirá.

Dos escenarios de futuro en función de lo que suceda hoy en el comité federal

O abstención de los socialistas en la investidura de Rajoy, o nuevas elecciones. Si logra imponer su calendario, con primarias el 23 de octubre, Sánchez se aseguraría su continuidad al frente del PSOE y su candidatura en las próximas elecciones. Los socialistas mantendrían su no a Rajoy y Sánchez sería el candidato del PSOE el 18 de diciembre. En el segundo escenario, el de que los críticos se impusieran y tumbaran el calendario propuesto por Sánchez e impusieran que el congreso del PSOE no se celebre hasta que la gobernabilidad de España quede resuelta, se constituiría una gestora, que sería la encargada de decidir qué postura debe adoptar el PSOE en una hipotética investidura de Rajoy. Si deja gobernar al PP, el congreso se podría celebrar inmediatamente después de la formación de Gobierno. Si la gestora mantiene el no a Rajoy, los socialistas tendrían que celebrar unas elecciones primarias para elegir a su candidato en las elecciones de diciembre. Y, solo cuando tras esos comicios hubiera Gobierno, se celebraría el congreso, ya en el 2017.

Refuerzo policial en los alrededores de Ferraz ante la posibilidad de enfrentamientos

La Delegación del Gobierno comenzó ayer con cinco furgones policiales el refuerzo de agentes en los alrededores de la sede del PSOE en la calle Ferraz de Madrid, para garantizar la seguridad de los militantes que acudan hoy al comité federal y de los ciudadanos que pasen por la zona, tal y como solicitó el propio partido «ante la posibilidad de enfrentamientos» y que de haya congregados que «intenten influir en las diferentes delegaciones».

El departamento de seguridad del PSOE adoptó esa decisión a raíz de los mensajes escritos en redes sociales en los que se instaba a acudir a la calle Ferraz, y que algunas agrupaciones, como la del PSC de Tarrasa, anunciaran que habían fletado un autobús para ir a apoyar a Pedro Sánchez. Finalmente fue anulado después de que la ejecutiva «en funciones» llamase a las bases a que no se dejen llevar por la exaltación como ocurrió en Valencia, donde un grupo acudió el jueves frente a la sede del PSPV para pedir la dimisión del presidente Ximo Puig. La ejecutiva apeló ayer a la «serenidad» y a la «prudencia» de los militantes y les pidió que no respondan a los llamamientos para concentrarse ante la sede para mostrar su apoyo a Sánchez.