Atornillado al «no es no»

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Provincias donde el PSOE superó el 30 % del apoyo en las generales
La Voz

Sánchez intenta jugar su última baza: presentarse como el abanderado del rechazo a Rajoy frente a los críticos

01 oct 2016 . Actualizado a las 08:40 h.

La estrategia que explicitó anoche Pedro Sánchez es clara: envolverse en la bandera del «no es no» a Mariano Rajoy y colocar a los críticos en el bando de los que quieren facilitar el Gobierno a la derecha, lo que, según él, sería catastrófico para España. En su huida hacia adelante, solo le queda encomendarse al no frente a la operación encabezada por Susana Díaz para derribarlo. Parece un contrasentido, pero Rajoy se ha convertido en su última baza para justificar su resistencia numantina.

La táctica

Obvia el desastre electoral. Desde su primera aparición tras el naufragio electoral en las elecciones vascas y gallegas, Pedro Sánchez ha actuado como si eso no hubiera sucedido. No ha hecho ni siquiera un análisis por encima sobre las causas de la espectacular caída. Precisamente la principal razón que esgrimen sus oponentes para apartarlo son las sucesivas derrotas electorales, hasta seis consecutivas, que han sufrido los socialistas bajo su mandato. La última que lo hizo explícitamente fue la presidenta andaluza. El secretario general sabe que es muy difícil no asumir responsabilidades políticas en este apartado y, por tanto, prefiere obviarlo.

La investidura

Abstención o no. Su objetivo es centrar la disputa en un solo punto: la abstención o no a Mariano Rajoy. Mientras los críticos van avanzando, aunque con pies de plomo -como ayer hicieron el presidente asturiano, Javier Fernández, y el diputado Eduardo Madina-, hacia la abstención, dejar gobernar a Rajoy y así evitar el mal mayor de las terceras elecciones ante la imposibilidad de formar un Gobierno alternativo, Sánchez se atornilla al no. Cree que esa es la posición que defienden mayoritariamente los militantes, que son los que a la postre deciden el liderazgo en las primarias, y los votantes socialistas. Haya primarias el 23 de octubre, como pretende, o más tarde, como quieren los afines a Susana Díaz, se presentará como el abanderado del no. Aunque se vea forzado a dimitir, como dijo ayer, si el comité federal pasa del no a la abstención, todavía piensa que le quedaría la última bala de volver a competir por la secretaría general de los socialistas.

Sin vuelta atrás

Situación insostenible. Sánchez está dispuesto a resistir, en lo que ha demostrado ser un consumado especialista. Pero el problema de fondo para él es que pretender mantenerse al frente del PSOE con, al menos medio partido en contra, entre ellos todos los exsecretarios generales y seis de los siete presidentes autonómicos, es misión imposible. ¿Cómo se puede dirigir en esas condiciones un partido? El enfrentamiento ha llegado hasta tal punto que Sánchez ya no puede ser secretario general de todos los socialistas, sino solo de uno de los dos bandos en disputa. Otra cosa es que quizás Susana Díaz tampoco lo pueda ser tras su operación para echar al secretario general mediante la dimisión en bloque de media ejecutiva antes de que se reuniera el comité federal.