Sánchez se muestra impertérrito ante las presiones para que mueva ficha

ANDER AZPIROZ MADRID / COLPISA

ESPAÑA

j. j. guillén efe

El socialista se enroca en el no a Rajoy y agita el fantasma del regreso a las urnas

15 ago 2016 . Actualizado a las 11:13 h.

Al PSOE le llueven los cantos de sirena a derecha e izquierda y corre el riesgo de acabar ahogado. PP, Ciudadanos y Unidos Podemos insisten en que la pelota está en su tejado y en que lo que suceda de aquí a final de año será responsabilidad suya. Unos le urgen a permitir un Gobierno de Rajoy para superar el bloqueo político y otros a dar el paso de conformar una mayoría progresista en la que los independentistas catalanes resultan imprescindibles. Y, repiten sus adversarios políticos, si el PSOE no se decanta por una de estas dos opciones, habrá terceras elecciones, un escenario que nadie quiere. Los socialistas están obligados a elegir entre cuatro opciones:

abstención a la primera

Una opción casi descartada. Pese a la presión de dirigentes históricos, con Felipe González a la cabeza, Sánchez y su círculo más cercano no se cansan de repetir que «no es no» y que si Rajoy quiere ser investido busque apoyos en la derecha. El secretario general ha defendido desde la noche electoral el voto en contra de Rajoy y nada apunta a que vaya a cambiar de posición, ni siquiera ante la presión a la que se verá sometido durante las próximas semanas. Pero no está claro que pueda rectificar.

abstenerse a la segunda

Tras ver el fracaso de Rajoy. Si Mariano Rajoy fracasa en un primer intento se pondría en marcha el «reloj de la democracia», fórmula con la que Sánchez se refiere al plazo de dos meses hasta la convocatoria automática de unas terceras elecciones. En ese tiempo pueden pasar cosas, y una de las que podrían hacer cambiar de opinión al PSOE es que el PP presentase un candidato distinto a Rajoy. Ahí sí, los socialistas podrían tener una salida airosa ante sus bases. Al menos, podrían decir que jubilaron al presidente que más recortes ha acometido en la historia de España. Aunque el candidato del PP no tiene intención de irse y salir por la puerta de atrás.

Una mayoría alternativa

Una coalición de izquierda. Podemos ya ha anunciado que sería «muy flexible» con el PSOE en las negociaciones para formar una coalición. El problema es que los socialistas y Unidos Podemos apenas reúnen 156 diputados, 20 menos de la mayoría absoluta. Para alcanzarla necesitan del apoyo de independentistas catalanes y nacionalistas vascos. El PNV y el Partido Demócrata Catalán (antigua Convergència) han avanzado que estarían dispuestos a negociar con Sánchez. Esquerra, en cambio, se mantiene firme en su reivindicación de que a cambio de su apoyo a la investidura se convoque un referendo en Cataluña. Aunque Sánchez se ha mostrado ambiguo sobre la posibilidad de buscar una mayoría progresista si Rajoy fracasa, en Ferraz se da por descartada esta posibilidad.

terceras elecciones

Confiar en un cambio de voto. El PSOE mantiene que una nueva repetición de las elecciones sería una pésima noticia. Pero si no pacta, no quedará más opción que un regreso a las urnas. Pese al fracaso que supondría la convocatoria electoral, el PSOE ha visto como el CIS de la pasada semana lo situaba como el único de los cuatro grandes partidos que cosecharía unos mejores resultados. La opinión de que a la tercera el PSOE podría convertirse en una seria alternativa al PP ha calado en algunos sectores socialistas. En junio, el PSOE consiguió sobreponerse al anunciado sorpasso de Unidos Podemos. Esta coalición pasa por sus momentos más bajos, lo que invita a pensar que el PSOE podría recuperar votos de la izquierda.

Ferraz da por descartada la posibilidad de una coalición de izquierda

Rajoy aprieta y advierte que unas terceras elecciones serían «una magnífica forma de hacer el ridículo todos»

Por segundo día consecutivo, Mariano Rajoy, presidente en funciones, atendió ayer a los periodistas al final de su caminata matinal en Pontevedra, de puente festivo. El objetivo, apretar a Pedro Sánchez, a quien apunta como único responsable de abrir la posibilidad de una nueva vuelta a las urnas. Esa «sería una magnífica forma de que hiciésemos el ridículo todos. El crédito de España quedaría muy dañado», señaló ayer Rajoy ante el fantasma de las terceras elecciones. «Desde luego, el Partido Popular va a tener una postura constructiva, pero los demás, aunque las hayan perdido, también tienen que tener una postura constructiva», subrayó tras finalizar el habitual paseo matutino de su descanso en Pontevedra.

La llave de la legislatura

El candidato del PP a la Presidencia del Gobierno no quiere tener que fijar una fecha para la investidura sin saber si hay opción de que el PSOE le dé las abstenciones precisas para ganar la votación. En la misma línea, el vicesecretario de Organización del PP, Pablo Casado, pidió ayer a Sánchez que sea un «hombre de Estado», facilite la investidura y anteponga los intereses de España, «incluso los de su propio partido, a los suyos propios», dijo en un acto en San Sebastián.

Casado recordó al PSOE que tiene «la llave para desbloquear esta legislatura» y por ello espera que los socialistas se unan a las negociaciones para poder conformar Gobierno «cuanto antes». Casado opina que «el paso dado por Ciudadanos demuestra que es un partido responsable».

También los de Rivera aumentaron ayer la presión sobre Sánchez con vistas a despejar la incertidumbre política. Ciudadanos instó al líder socialista a dejar empezar la legislatura como la fórmula para imponer a Rajoy desde el Congreso cambios y reformas que no podrá evitar con un Gobierno en minoría.