El PP eleva la presión y advierte que Rajoy solo irá a la investidura si puede ganarla

alfonso torices MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Zipi | Efe

El rey inicia hoy la ronda de consultas bajo la amenaza de un nuevo bloqueo político

26 jul 2016 . Actualizado a las 08:57 h.

España lleva siete meses con un Gobierno en funciones y nada indica por el momento que esta situación inédita en democracia y muy infrecuente en Europa tenga una solución inmediata. La víspera de que el rey inicie la primera ronda de contactos con los responsables de los partidos en el Congreso para tratar de cumplir su obligación constitucional de proponer un candidato a la Moncloa, Mariano Rajoy, el aspirante lógico que debería designar don Felipe como colofón, dejó claro, a través de los portavoces del PP, que no está dispuesto a presentarse a la investidura en tanto no cuente con apoyos parlamentarios suficientes para superarla, votos de los que por ahora carece. «Sería absurdo», zanjó el portavoz popular en el Congreso, Rafael Hernando.

La decisión de Rajoy no solo apunta a que la investidura ya no podrá celebrarse en las fechas que él mismo anticipó días atrás -entre el 2 y el 5 de agosto-, sino que hace más que probable que la ronda institucional que el rey realizará entre este martes y el jueves termine en fracaso, por proseguir el bloqueo político, que de mantenerse así podría llevar a unas terceras elecciones a finales de año.

El líder del PP, a diferencia de lo que hizo en marzo pasado Pedro Sánchez, no está dispuesto a someterse al debate solo para poner en marcha el «reloj constitucional» -el que permitiría volver a disolver la legislatura si dos meses después de la primera votación fallida en el Congreso no hubiese Gobierno-, y solo ira a la investidura si sabe que, además de con los 137 apoyos seguros del PP, cuenta con el sí de los 32 diputados de Ciudadanos, lo que está convencido que arrastraría al PSOE a concederle, aunque sea a regañadientes, la abstención que lo convertiría de nuevo en presidente.

Posturas inamovibles

Sin embargo, los portavoces autorizados de la formación naranja y de los socialistas se reafirmaron ayer en que el jueves comunicarán a don Felipe que sus posturas siguen inamovibles, los primeros en la abstención y los segundo en el no. Los socialistas no contemplan dar apoyo alguno al PP y exigen al líder conservador que busque el acuerdo necesario en el centroderecha -Ciudadanos, Convergència, Coalición Canaria y PNV-, y Rivera asegura que ya ha cumplido con la cuota de responsabilidad que le tocaba con España al pasar del no a la abstención.

Si ninguno de los tres -Rajoy, Albert Rivera y Sánchez- mueve su posición antes del jueves, el rey no tendría más que dos opciones al término de la ronda con las 14 formaciones, todas las presentes en el Parlamento salvo Esquerra y Bildu, que se han excluido. O considerar que el bloqueo político no le permite proponer aspirante alguno a la Moncloa, por lo que daría a los partidos un tiempo para que tratasen de ponerse de acuerdo antes de volver a convocarlos, o, pese a todo, proponer como candidato a la investidura a Rajoy, como responsable de la formación que ganó las elecciones, con el riesgo cierto de que, como ya ocurrió en la primera ronda celebrada en febrero pasado, el líder del PP rechazase su propuesta.

Habría una tercera posibilidad, la misma que utilizó Sánchez la pasada legislatura. Que Rajoy acepte la propuesta de don Felipe y negocie con la presidenta del Congreso el tiempo que necesita para buscar los apoyos antes de que se ponga fecha a la investidura. Sin embargo, es muy improbable, porque el líder del PP aún no sabe si será capaz en algún momento de mover las posturas de PSOE y Ciudadanos y no está dispuesto a acudir al Congreso para ser derrotado.

Rajoy tiene la intención de continuar con sus llamadas de teléfono y contactos hasta el jueves, pero si no logra mover la postura de Rivera o de Sánchez, parece apostar por la primera opción, que el rey no proponga candidato y que se abra un período de «reflexión» entre todos los partidos para comprobar si es posible iniciar las negociaciones que hasta ahora Sánchez y Rivera le han negado. Así lo confirmaron tanto Hernando como su ministro de Justicia, Rafael Catalá. Coincidieron en que si el acuerdo de investidura no es posible antes del jueves «habrá que dar tiempo» a los partidos y al diálogo. Si el rey optase por dar tiempo, la investidura quedaría ya sin fecha de referencia, pero el PP trataría de presionar a los partidos para que no se retrasase más allá de finales de agosto, porque, en caso contrario, ni podrían aprobarse Presupuestos ni tomar medidas para cumplir con las exigencias a España de la UE. Cuenta, además, con que haga mella en socialistas y Ciudadanos la presión política y social al reavivarse el fantasma de unas terceras elecciones.

Convergència y PNV apuran las conversaciones en busca de grupos propios en el Senado

Contra reloj. Los contactos a varias bandas en el Senado se han multiplicado en los últimos días. Los parlamentarios de Convergència y del PNV negocian todavía el préstamo de senadores de otras formaciones para constituirse en grupos propios. El plazo acaba hoy a las 20 horas y, aunque los acuerdos no están cerrados, tanto catalanes como vascos dan por hecho que podrán contar con grupos en la Cámara alta, con las ventajas económicas y de visibilidad que ello conlleva.

El reglamento del Senado es claro: solo pueden constituirse como grupos los partidos que tengan diez senadores. Y solo cumplen estas condiciones PP, PSOE, ERC y Unidos Podemos. El PNV tiene seis y CDC, cuatro. Pero la tradición parlamentaria es flexible y se permite ceder senadores que, tras la constitución del grupo, vuelven a su formación.

Los nacionalistas vascos, que en la anterior legislatura consiguieron fichar a tres senadores del Grupo Mixto, ahora apuestan por el apoyo del PP, con el que ha habido sintonía para la composición de la Mesa del Senado. Los populares, por el contrario, no se plantean ceder senadores a Convergència. Esta apuesta por lograr dos de ERC (que tiene doce) y confían en que el PSOE les ceda otros cuatro.

El único partido que rechaza trasvase de señorías es Unidos Podemos (12 senadores), que está enfrascada en lograr grupo propio para sus componentes (En Comú, En Marea y Compromís). Esta tarea se presenta más difícil que la de los nacionalistas, ya que la Mesa del Senado ya rechazó esta petición la pasada legislatura. Tendría que ceder al menos uno a sus confluencias, que suman nueve. En Común cuenta con cinco senadores; En Marea, con uno; y Compromís, con tres.