El PSOE descarta abstenerse para permitir un Gobierno del PP tras el 26J

nuria vega MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Jero Morales | Efe

La dirección cierra también la posibilidad de una gran coalición con los populares

01 jun 2016 . Actualizado a las 08:11 h.

Desde el viernes, el PP se aferra a la promesa formulada por el secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, ante el Círculo de Economía en Sitges: «No habrá unas terceras elecciones». Y dado que el entendimiento con Podemos es extremadamente complicado, los populares han querido intuir en esa reflexión que el PSOE podría llegar a abstenerse para que gobierne Rajoy. Pedro Sánchez, sin embargo, quiso zanjar ayer un debate dudosamente provechoso para su partido en precampaña. «No me lo planteo, lo descarto», sentenció en un foro organizado por un diario madrileño, desterrando así del relato de precampaña la posibilidad de favorecer de manera indirecta que el PP se mantenga en el poder.

Ni abstención ni coalición, añadió Antonio Hernando. El portavoz parlamentario del PSOE en el Congreso advirtió de que su formación concurre a los comicios para ser «la alternativa al PP», y esa es la razón por la que, según los socialistas, Rajoy trata de ningunear a Sánchez al tiempo que extiende la idea de que Podemos va camino de convertirse en la fuerza hegemónica de la izquierda.

«¿Es posible que el PSOE entre en un Gobierno con el PP o que el PSOE facilite la investidura de Rajoy por activa o por pasiva, es decir, mediante el voto o la abstención? No. Nosotros no nos presentamos a las elecciones para eso, sino para ser la alternativa al PP», afirmó Hernando en un programa radiofónico. Según el portavoz del PSOE en el Congreso, va a ser necesario un acuerdo tras el 26 de junio, pero advirtió de que «nadie parta de la base de que va a haber una gran coalición, porque para eso ya lo habríamos hecho, detalló el dirigente socialista, que estableció el objetivo del PSOE tras el 26J en volver a sentarse a hablar «a izquierda y derecha» con partidos como Podemos, Ciudadanos y PNV para intentar hacer posible un gobierno de cambio.

Reforma electoral

Las posiciones encontradas no distrajeron ayer, sin embargo, al PP de su intento de extraer de PSOE y Ciudadanos el compromiso de permitir que gobierne el partido más votado. La campaña emprendida por los populares tan solo sirve por ahora para señalar a ambas formaciones como culpables de impedir que Rajoy constituyera un Ejecutivo tras el 20D. Pero anticipa el problema con el que podría encontrarse el presidente el día después de los comicios. «Hay una manera muy fácil de evitar otras elecciones y es que todos nos comprometamos a respetar la decisión de los españoles», exhortó la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.

El problema para el PP es que el sistema parlamentario no establece que tenga que gobernar necesariamente aquel partido con un mayor número de respaldos en las urnas, sino el que más escaños logre sumar a su proyecto. «El PSOE solo se acuerda de esta regla cuando pierde», protestó el vicesecretario de Comunicación de los populares. Pablo Casado se mostró partidario, además, de abordar una reforma electoral que evite en el futuro los bloqueos.

Varias fuentes de la dirección del partido descartaron, sin embargo, que el PP esté pensando en una modificación para garantizar por ley lo que se le ha resistido en la práctica: el Gobierno de la primera fuerza política.

Rajoy advierte a Rivera que será el candidato si gana los comicios

Con la confianza de quien se ve ganador de las elecciones, Mariano Rajoy calcula que la investidura del próximo presidente del Gobierno podría celebrarse incluso antes de que concluya julio, lo que supondría haber resuelto en treinta días el entuerto de los últimos cinco meses. Pero nada está escrito, ni tan siquiera que las negociaciones vayan a fluir esta vez como no lo hicieron tras el 20D. Los partidos, por ahora, no parecen dispuestos a replantearse sus líneas rojas. Tampoco el presidente, que, como legítimo cabeza de cartel del PP, se niega a retirar su candidatura para facilitar un acuerdo con Ciudadanos en caso de que los populares vuelvan a ser la primera fuerza del país.

«Que alguien con 40 escaños quiera decirle a alguien con 123 que se tiene que ir, me parece dudosamente democrático», replicó Rajoy a Albert Rivera en una entrevista en televisión. El líder de Ciudadanos sigue sin ver en el jefe del Ejecutivo al dirigente que se necesita para esta nueva etapa política. Pero la candidatura de los populares a la presidencia del Gobierno es, al menos a día de hoy, innegociable. Si «los españoles dicen que es el PP el que tiene que gobernar», el líder del partido conservador no se plantea dar un paso atrás y conceder su cabeza en aras de un acuerdo de gobernabilidad con Ciudadanos.

El veto de Rivera es, sin embargo, tan posible como que el PSOE se niegue de nuevo a dialogar con el PP para afianzar a Rajoy en la Moncloa. La suma de estos factores desmontaría los planes del presidente, quien aspira a conseguir su segunda legislatura con el apoyo activo o pasivo de las dos formaciones que ve como socios potenciales tras el 26J.

El líder socialista no dimitirá aunque su partido sea superado por el de Iglesias

Está incómodo cuando se le pregunta por su futuro al frente del PSOE si el 26 de junio obtiene peores resultados que el 20 de diciembre, pero si eso ocurre y su partido se convierte en tercera fuerza, Pedro Sánchez dice que su intención es presentarse a la reelección como secretario general del PSOE. Al líder socialista le gustaría no tocar el tema, al menos hasta después de los comicios. Pero la contestación interna a sus propuestas y el desacuerdo con su campaña es cada vez más notorio. Sánchez, sin embargo, afirma que piensa seguir tras el congreso que celebrará el PSOE probablemente en septiembre. «Estoy al principio de mi mandato», afirmó ayer, y a renglón seguido se quejó: «Solo llevo 23 meses como secretario general del PSOE y a nadie [de sus antecesores] se le ha preguntado tanto por su futuro como a mí». Los proyectos políticos, añadió, «necesitan madurar y reposar».