El PSOE exhibe unidad para tratar de contrarrestar el avance de Podemos

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Agencias

Sánchez asegura que si los socialistas no ganan el 26J no habrá cambio en España

23 may 2016 . Actualizado a las 08:37 h.

Dar imagen de división interna suele ser letal en las urnas. Por eso el PSOE hizo el domingo una exhibición de unidad en torno a su candidato, Pedro Sánchez, en su primer gran acto de precampaña. Ahí estaban todos, los dirigentes del pasado y los actuales, los críticos y los afines, Susana Díaz y los demás barones, el «Gobierno en la sombra» en pleno y Eduardo Madina. Unidos en el momento más crítico del partido para tratar de revertir el avance de Unidos Podemos que prevén las encuestas, que haría perder a los socialistas la hegemonía de la izquierda después de casi 40 años. Solo faltaron Felipe González, que dejó un mensaje grabado, y Emiliano García-Page, ocupado en la gestión del incendio de Seseña.

En presencia de Susana Díaz, que se lo había reclamado varias veces, Sánchez aseguró que sale a ganar las elecciones, que presentó como un plebiscito sobre el cambio, que solo garantiza su partido. «El cambio no tiene intermediarios, la garantía de cambio es decir sí al PSOE», sostuvo. Aseguró que si los socialistas vencen el 26J en una semana habrá un Gobierno «progresista dialogante, limpio y social» y se comprometió a «ser generoso, todo lo que no han sido conmigo», un mensaje dirigido a Podemos. «Sabemos ya que si el PSOE no gana las elecciones no habría cambio», remachó.

El líder socialista ironizó sobre la alianza de Iglesias con más de una docena de fuerzas de izquierda, que contrapuso con las cuatro letras del PSOE. «Al paso que van algunos se van a tener que presentar con papeletas apaisadas», se burló.

El secretario general quiso escenificar la unidad del partido con menciones personales elogiando la gestión de los ex secretarios generales José Luis Rodríguez Zapatero, al que calificó como «un gran presidente», y Alfredo Pérez Rubalcaba, y a cada uno de los barones, a los que iba estrechando la mano mientras destacaba su gestión. También hizo subir al escenario al «alcalde de alcaldes», como llamó a Abel Caballero.

En esta ocasión no parafraseó la famosa frase de Adolfo Suárez puedo prometer y prometo, sino que defendió el proyecto socialdemócrata del PSOE frente al de Mariano Rajoy, al que acusó de utilizar la prohibición de las esteladas para ocultar el «multazo» de Bruselas por el incumplimiento del déficit.

Sánchez aseguró que no quiere que al PSOE se le vote por «miedo o por rencor, sino por ilusión de hacer un país mejor», una referencia velada al PP y a Unidos Podemos. Negó que el 26J sea una segunda vuelta, como sostiene Pablo Iglesias, sino que son nuevas elecciones y auguró que los que bloquearon el cambio, en alusión a Podemos, «lo pagarán en las urnas». En su mensaje, González aseguró que «cuatro años más de Gobierno de Rajoy es una tortura inmerecida para los ciudadanos»,

En su intervención, el portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, Ángel Gabilondo, aprovechó que estaba la plana mayor del PSOE para leer la cartilla a los que intrigan contra Sánchez y reclamarles lealtad con su «único» candidato el 26J.