Pedro Sánchez convoca a los barones del PSOE a un acto para reafirmar su liderazgo

Paula de las Heras / Colpisa MADRID

ESPAÑA

Kai Foersterling | EFE

Intentará resarcirse de su fría proclamación como candidato a presidir el Gobierno

20 may 2016 . Actualizado a las 09:26 h.

Pedro Sánchez tiene una ocasión para resarcirse del sobrio acto en el que el PSOE le proclamó como su candidato a la Presidencia del Gobierno. La dirección del partido ha llamado a rebato a los secretarios generales de la formación para que, este domingo sí, asistan todos a la Nave Boetticher de Madrid, un recinto preparado para la celebración de eventos que poco tiene que ver con el sencillo pabellón municipal de Móstoles en el que, el pasado sábado, oficializó el reinicio de su batalla por la Moncloa de la mano de Susana Díaz.

Aquella intervención sirvió para que el cuestionado secretario general y su principal rival interna, la presidenta de la Junta de Andalucía, escenificaran la tregua orgánica a la que se entregarán hasta el día después de las elecciones. Pero -al margen de que Díaz aprovechara para advertir a Sánchez de que solo si gana podrá gobernar- el intento de presumir de unidad interna hizo aguas por varios frentes. Ni al Comité Federal que aprobó las listas electorales ni al acto posterior asistieron barones más bien críticos como el presidente valenciano, Ximo Puig, con el que Sánchez tuvo un duro enfrentamiento a cuenta de su veto a una candidatura con Podemos para el Senado; el extremeño Guillermo Fernández Vara, al que Ferraz reprocha haber reabierto el debate sobre el liderazgo en plena precampaña, o el castellano-manchego Emiliano García-Page, volcado en el control del fuego en el vertedero de Seseña. Y además fallaron por distintos motivos dirigentes afines como la balear Francina Armengol, el catalán Miquel Iceta y el castellano-leonés Luis Tudanca.

Ahora la mayoría de los líderes territoriales aseguran que, salvo problemas de última hora, acudirán a la cita. Lo hará, desde luego, Fernández Vara y, en principio, también Puig. Sánchez viajó ayer a Valencia para tratar de dar por zanjado, al menos de cara al público, el encontronazo que protagonizaron la semana pasada y, durante la presentación de un documento de apoyo a la mejora de la financiación autonómica y a inversiones en el Corredor Mediterráneo, definió al dirigente autonómico como «un extraordinario compañero y un extraordinario presidente de la Generalitat que defiende con pasión a sus vecinos». «El PSOE no es un cuartel; hay debate y mucho. Y, luego, nos ponemos a trabajar», alegó.

El domingo está prevista también, según fuentes socialistas, la presencia de los exsecretarios generales José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba, desde hace meses distanciados con Sánchez. Felipe González ha excusado su presencia porque se encuentra fuera. Pero, en todo caso, la lista de convocados da una idea de lo que se pretende: activar el músculo socialista en un momento delicado y visibilizar que el PSOE tiene estructura para resistir los intentos de Podemos de desbancarle como partido hegemónico de la izquierda y alternativa al PP.

Reunión de trabajo

Los militantes ya han recibido la convocatoria para que se pongan en contacto con sus agrupaciones provinciales o sus federaciones y se organicen los autobuses desde distintos puntos de España; aunque con cautela Ferraz habla de una asistencia de apenas 1.500 personas. En todo caso, la reunión no se limita al consabido discurso de Sánchez y a la presentación de las candidaturas del partido. Antes, se celebrarán de forma paralela varias reuniones de los miembros del comité de estrategia electoral con sus homólogos provinciales.

La idea es que el secretario de Organización, César Luena, Antonio Hernando, Oscar López, Adriana Lastra, Antonio Pradas, María González Veracruz, entre otros, fijen la línea argumental de la campaña y arenguen a los cuadros para que se pongan las pilas en las cinco semanas que quedan por delante antes de la cita con las urnas. Si algo preocupa a los socialistas es el desánimo que se detecta en las bases y en el electorado en general.

Robles deja de ser magistrada del Supremo y lo atribuye a una venganza de Lesmes

La Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) acordó ayer declarar a la magistrada Margarita Robles en la situación administrativa de excedencia voluntaria, tal y como ella había solicitado para presentarse a las elecciones por el PSOE en Madrid, si bien celebró una segunda votación sobre los efectos de esta excedencia para que ello suponga la pérdida de su condición de magistrada del Tribunal Supremo.

Ratificaron esta consideración el presidente del alto organismo y del CGPJ, Carlos Lesmes, y los vocales Mar Cabrejas, Nuria Díaz y Gerardo Martínez Tristán; y en contra los vocales Álvaro Cuesta, Rafael Mozo y Pilar Sepúlveda.

Fuentes jurídicas señalaron a Europa Press que Robles ha perdido la plaza que ostentaba en la Sala Tercera de lo Contencioso-Administrativo del alto tribunal, y que de volver al Tribunal Supremo no está muy claro qué lugar debería ocupar. En todo caso, explicaron que este asunto le corresponderá resolverlo a un próximo CGPJ, con unos miembros diferentes a los actuales.

Ante este conflicto y la ausencia de antecedentes -Robles es la primera integrante del Supremo que pide una excedencia para presentarse a unas elecciones- se ha optado por entender que los magistrados del Supremo lo son «en ejercicio efectivo», por lo que pierden tal condición cuando dejan de cumplir con su labor jurisdiccional. En cambio, Margarita Robles, que irá de número dos en la lista del PSOE por Madrid, entiende que se trata de «una venganza personal» del presidente del CGPJ, Carlos Lesmes, por las críticas que ella ha realizado a su gestión. La candidata afirmó que el tema no le preocupa porque ahora ella está centrada en su compromiso con los ciudadanos.