Los españoles, pese al paro y la política, se declaran «notablemente» felices

Ni el paro, ni la corrupción, ni la amenaza yihadista y ni tan siquiera la falta de gobierno y repetición de las elecciones hacen perder la calma a los españoles, y mucho menos la dicha. Los ciudadanos son notablemente felices. En el sentido literal, porque esta es la nota media, justo un 7,34, que ha salido de la última encuesta realizada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), en la que además de por sus preferencias políticas y la valoración de los candidatos también se les preguntaba, entre muchas otras cuestiones, en qué medida se consideraban una persona feliz o infeliz.

Es una cuestión habitual en los formularios del CIS que refleja la evolución de la dicha del país, solo que en estos momentos de incertidumbre política, paro y trabajos precarios sorprende la respuesta. Es más, el 11,7 % de las personas sondeadas se declara «completamente feliz», mientras que otro 10,5 % alcanza una nota de nueve en un baremo de 0 a 10 y un muy apreciable 27,8 % se sitúa en un notable alto, con un ocho.

En el extremo opuesto un insignificante 0,3 % de los consultados son los que se declaran completamente infelices, y un 0,1 % muy infelices. La alegría natural de los españoles parece imponerse al panorama sombrío que ofrece la economía y la política.

Es, de hecho, llamativo que los españoles sigan manteniendo su felicidad cuando en otras respuestas a la misma encuesta del CIS el 41,4 % de los preguntados considera que la situación económica general del país es «mala». Le sigue un 28,2 % a los que le parece que es simplemente «regular», mientras que para un 27 %, casi uno de cada tres, la situación es «muy mala». Es, quizás, la aplicación real del refrán que apunta a que al mal tiempo hay que ponerle buena cara, aunque en este caso el aguacero sea protagonizado por una economía que no se acaba de recuperar.

También puede parecer contradictorio el hecho de que casi el 53 % de los ciudadanos piense que la situación no se ha mejorado en nada con respecto a hace un año, pese a que las cifras macroeconómicas puedan indicar lo contrario.

Menos que hace un año

A los españoles les queda el consuelo de que la situación no irá a peor. Es lo que considera el 40 % de los consultados y quizás sea esa la base de su felicidad. Mejor agarrarse a lo que se tiene.

El notable en felicidad puede parecer una nota alta. Y de hecho lo es, pero o bien las opiniones son volubles o la dicha general estaba mucho mejor hace casi un año. Porque justo en la misma pregunta que hizo el CIS en julio del 2015, el 84 % de los españoles se consideraba feliz. Lo más llamativo es que un 51 % decía que era «completamente feliz», un porcentaje muy superior al actual. Quizás sea el reflejo del cansancio político. O de la precariedad laboral.

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