Anova reaccionó tarde en su intento de no quedarse fuera del Congreso si hay elecciones

C. P. VIGO / LA VOZ

ESPAÑA

MARCOS MÍGUEZ

Su intención era deshacer el reparto de funciones entre los diputados de En Marea, desalojar a Yolanda Díaz y pasar por delante de Gómez-Reino

21 abr 2016 . Actualizado a las 13:17 h.

Los desajustes internos con los que ha tenido que lidiar la coalición En Marea desde su llegada al Congreso -«falla de axilidade» y «desfases», como los denominó Xosé Manuel Beiras- se han vuelto a reproducir en los que pueden ser los instantes finales de la legislatura. Anova trató in extremis de no quedarse fuera de la Cámara baja desde que se convoquen las elecciones hasta la constitución de la próxima legislatura ocupando la plaza asignada a la coalición tripartita en la Diputación Permanente. La intención de la formación nacionalista suponía deshacer el reparto de funciones entre los seis diputados de En Marea y desalojar así a Yolanda Díaz (EU) de dicho puesto del órgano de gobierno del Congreso, y pasar por delante de Antón Gómez-Reino (Podemos), su suplente.

La petición de Anova fue planteada el viernes a la mesa de coordinación de la coalición, que, sin llegar a votarlo, acordó hacer una consulta al Congreso para saber si aún era posible cambiar al representante de En Marea en la Diputación Permanente. Pero de nuevo el tiempo se volvió a echar encima de la coalición tripartita, quedando el reparto de funciones como se había acordado y con Díaz como su representante en la Cámara baja hasta después de las elecciones.

Los tiempos no han permitido, sin embargo, a Anova efectuar el cambio planteado, como tampoco llegó a tiempo la coalición cuando Podemos presentó al PSOE sus requisitos para negociar la investidura, o cuando se quedó fuera del debate sobre los refugiados, o ahora con una consulta a sus bases sobre un acuerdo para formar Gobierno, que ya carece de negociaciones.