Puigdemont pide a Rajoy celebrar el referéndum y un déficit del 1,07 %

Efe

ESPAÑA

Atlas TV

El presidente del Gobierno reitera su defensa de la unidad de España y le advierte de que «sin ley, no hay democracia», tras el documento con 46 puntos que reclaman cumplir desde la Generalitat

21 abr 2016 . Actualizado a las 08:27 h.

El presidente de la Generalitat catalana Carles Puigdemont, ha admitido este miércoles que el jefe del Ejecutivo en funciones, Mariano Rajoy, le ha dicho que no hay ningún tipo de margen para llevar a cabo su hoja de ruta independentista ni para celebrar una consulta soberanista. Puigdemont ha comparecido en rueda de prensa en la sede del centro cultural Blanquerna en Madrid, sede oficiosa de la Generalitat catalana, después de la reunión de dos horas que ha mantenido con Rajoy en el Palacio de la Moncloa.

Según ha asegurado, el encuentro se ha desarrollado en un ambiente «cordial y amable», pero que ha evidenciado unas «profundas discrepancias», sobre todo ante las reivindicaciones soberanistas de la Generalitat catalana, donde «no hay ninguna posibilidad de atisbo de acuerdo». Ha confesado el presidente catalán que no se ha sorprendido de la posición de Rajoy ante lo que Puigdemont ha considerado como «el elemento fundacional» del proyecto político que lidera para convertir a Cataluña en un estado independiente. No obstante, según su versión, durante la reunión ha dejado la puerta abierta a que «si en ese camino hacia la independencia» el Gobierno español considera «posible» hablar y negociar la celebración de una consulta, ambas partes se sienten.

Sin embargo, ante semejante opción, y tras «escuchar amablemente», Rajoy ha confirmado que está en las «antípodas» de cualquier formulación hacia la independencia, ha precisado el president.

En este escenario, ha subrayado que no ha obtenido ninguna oferta de Rajoy a sus planteamientos, si bien se ha mostrado satisfecho sólo por el mero hecho de que le haya escuchado personalmente, teniendo en cuenta que es el único presidente catalán que ha sido investido en el Parlament con una mayoría absoluta independentista. «Y que sepa de mi compromiso de cumplir el mandato de las urnas y del Parlamento catalán» de avanzar en la construcción de unas estructuras de estado y de un marco legal que les permita tener un estado independiente.

Rajoy le ha respondido que no es posible esa hoja de ruta y que tampoco es factible un referéndum, una vía que, según Puigdemont, el Govern catalán estaría dispuesto a negociar para que los catalanes puedan expresar libremente su opinión.

No es optimista ni siquiera aunque haya nuevas elecciones y otro presidente del Gobierno, porque otros líderes políticos, como Pedro Sánchez (PSOE) o Albert Rivera (Ciudadanos), con quienes se ha reunido semanas atrás, tampoco son partidarios de la consulta. «Hay que ser un poco iluso» para pensar que unos nuevos comicios van a cambiar las cosas, ha dicho.

En cuanto a otros ámbitos, que constan en el documento con 46 incumplimientos e interferencias que el Govern catalán cree que ha cometido el Ejecutivo central, Puigdemont ha afirmado que han encargado a los vicepresidentes de ambos gobiernos que se reúnan en los próximos días para estudiarlo. Ha sido una propuesta suya que ha aceptado Rajoy, según ha dicho a los medios, y se ha mostrado confiado en que pueda haber algún acuerdo en varios de los asuntos en litigio para que «ni un gobierno en funciones ni una situación política pasen factura a los ciudadanos».

En este sentido, espera que haya acuerdo para que el Gobierno no recurra ante el Tribunal Constitucional la ley catalana contra la pobreza energética. «Nosotros tenemos interés en que haya un contacto estable», ha dicho, antes de insistir en que espera que de ese encuentro entre Soraya Sáenz de Santamaría y Oriol Junqueras salga un calendario de trabajo que a corto plazo lleve a acuerdos y decisiones para resolver «los incumplimientos, las deudas pendientes y la asfixia financiera de la Generalitat». 

Las reclamaciones de Puigdemont

El documento contiene 46 puntos, entre ellos 28 que la Generalitat catalana considera «incumplimientos del Estado con Cataluña, invasión de competencias e interferencias en la acción del gobierno». Se queja, por ejemplo, del recurso del Gobierno a la conselleria de Asuntos Exteriores de Raül Romeva y de la «judicialización» de la política, al considerar que la delegación del Gobierno en Cataluña «ha practicado la persecución de múltiples actuaciones contra los consistorios y municipios catalanes».

En materia económica, además del déficit, se pide un mayor margen para la consolidación fiscal y más recursos financieros, así como la revisión del sistema de financiación autonómico y el establecimiento de un interés al 0 por ciento para el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). Se cifra en 842 millones de euros el dinero que, según este documento, ha dejado de recaudar anualmente la Generalitat catalana debido a los recursos presentados por el Gobierno a normas autonómicas, como el impuesto a los depósitos bancarios o el impuesto nuclear.

Respecto a los incumplimientos, se cita por ejemplo el caso del 0,7 % del IRPF para fines sociales, como se pide desde hace años por parte de las fuerzas nacionalistas catalanas, y el respeto al modelo de enseñanza en catalán y de normalización lingüística previsto en el Estatut. También señala que el porcentaje de inversión territorializada en los Presupuestos Generales del Estado está «muy lejos» del peso que tiene Cataluña en el PIB estatal, lo que tiene un impacto directo sobre los servicios esenciales que se prestan a los catalanes.

Así, menciona la disposición adicional tercera del Estatut para equiparar la inversión en Cataluña en infraestructuras al peso del PIB y calcula que el cómputo global que debería haberse recibido en estos años alcanza los 3.811 millones.

El Corredor Mediterráneo, la red de Cercanías, el modelo de gestión de puertos y aeropuertos, el plan hidrológico del Ebro, la ley de garantía de unidad de mercado o los papeles de Salamanca son otros de los «agravios» a los que se refiere la Generalitat. Uno de los epígrafes en los que la Generalitat enumera más reclamaciones es el referido a los «derechos sociales de Cataluña», que integran 11 peticiones.

Entre ellas, la pobreza energética, ámbito sobre el que el Parlament aprobó una Ley para «la mejora de la protección de las personas consumidoras en materia de créditos y préstamos hipotecarios, vulnerabilidad económica y relaciones de consumo». Además, como consta en el texto, creaba el Fondo de atención solidaria de suministros básicos. La norma ha sido cautelarmente suspendida por el Tribunal Constitucional, denuncia la Generalitat.

El documento del Gobierno catalán hace alusión a la llegada de refugiados. Recuerda el texto que Cataluña podría recibir a 4.500 personas, pero denuncia acto seguido que el Gobierno de Mariano Rajoy no ha transmitido ninguna información al respecto, a pesar de que la comunidad tiene competencias exclusivas en esta materia. Asimismo, protesta también porque el Gobierno español haya anulado el Fondo estatal de acogida, que hubiera reportado a Cataluña 43,5 millones de euros.

También reprueba la reducción de la financiación en políticas sociales, que cifra en un 91,7 % desde 2010, así como la financiación «insuficiente» que concede la administración central para el sistema de dependencia, hasta dejar su aportación en algo más de un 18 %. Otra queja se centra en el «déficit estructural de financiación del sistema público de salud», cuyo gasto ha debido reducir la Generalitat, señala en el texto, para acoplarse a los techos de déficit. Esa reducción la precisa en un 14 %.

El Gobierno catalán defiende, además, la cobertura de su modelo sanitario por cuanto alcanza a colectivos que el Ejecutivo en funciones de Rajoy ha excluidos como los inmigrantes irregulares. En Cataluña, más de 137.000 personas son atendidas gracias a dichas medidas, concreta el documento. El recorte en políticas activas de empleo del 56 % en el 2012 o la disminución de las ayudas a asociaciones de personas con discapacidad conforman otras denuncias de la Generalitat.

«El Quijote» de regalo

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha recibido esta tarde al de la Generalitat, Carles Puigdemont, en el Palacio de la Moncloa y, al inicio de su reunión, le ha regalado un ejemplar de El Quijote. Puigdemont ha llegado poco después de las cinco de la tarde al complejo de la Presidencia del Gobierno y en medio de la lluvia y tras descender del vehículo en el que se ha desplazado hasta allí, ha sido saludado por Rajoy en la escalinata de acceso al edificio principal de la Moncloa.

Posteriormente, ambos han posado sonrientes para los informadores gráficos mientras se saludaban de nuevo a petición de los numerosos informadores gráficos acreditados, y flanqueados por las banderas de España, Cataluña y la Unión Europea. Tras conversar de forma distendida y con comentarios de Rajoy a la lluvia persistente que cae sobre Madrid, han accedido al interior del edificio y se han reunido en la sala Tápies.

Sentados en sillones blancos contiguos han seguido charlando y ha sido en ese momento cuando Rajoy ha dicho que iba a regalar al president un ejemplar de El Quijote. En concreto, se trata de una edición facsímil de la primera edición de la segunda parte de la obra maestra de Miguel de Cervantes y en la que el ingenioso hidalgo viaja a Barcelona y allí conoce el mar.

Un regalo en medio de los actos que se están celebrando con motivo del IV centenario de la muerte de Cervantes. Puigdemont ha agradecido el obsequio y ha estado hojeando el volumen.