Rajoy intenta mantener viva su imagen de presidenciable

P. H. MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Alberto Estévez | EFE

El líder del PP intenta trasladar el mensaje de que su tiempo no ha pasado y de que aún tiene posibilidades de convertirse en el próximo jefe del Ejecutivo sin unas nuevas elecciones

10 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

No solo se reunirá con Pedro Sánchez. Mariano Rajoy lo hará un día después de entrevistarse con Albert Rivera y volverá a la carga, según anunció ayer la vicepresidenta en funciones, con su «oferta» para un pacto de Gobierno que ya sabe imposible. El líder del PP intenta trasladar así el mensaje de que su tiempo no ha pasado y de que, pese a su renuncia a presentarse a la investidura, aún tiene posibilidades de convertirse en el próximo jefe del Ejecutivo sin que medien nuevas elecciones.

Es un movimiento en clave externa pero también, y mucho, interna porque el modo en que ha gestionado hasta ahora el resultado de las elecciones ha dejado perplejo a buena parte del PP, que desde hacía semanas cuestionaba su parálisis a la hora de buscar un acuerdo que le permitiera formar Gobierno. Rajoy se amparó el no inamovible del PSOE, pero algunas fuentes sostienen que podía haber armado un pacto con Ciudadanos para, desde la solidez que dan 163 diputados (ya no los 123 del PP en solitario), presionar a los socialistas. Sobre todo, dicen, sabiendo que algunos históricos del PSOE veían con buenos ojos pactar una legislatura de reformas corta.

En la segunda ronda de contactos, empezó a correr otra especie en los círculos políticos: la posibilidad de que el monarca no propusiera a nadie. Tampoco fue así. Felipe VI optó por poner en marcha el contador y por ahorrarse una situación sin precedentes ni solución constitucional prevista. Dio la oportunidad a Sánchez y este la está aprovechando al máximo.

«El primero, no el último»

El descontento con la táctica de Rajoy empezó a hacerse patente en las filas populares y ahora el jefe del Ejecutivo trata de enmendarla. El vicesecretario de Organización, Fernando Martínez Maíllo, ya argumentó que «el partido no ha acabado» y que el hecho de que Pedro Sánchez sea hoy el candidato a la investidura no quiere decir que sea «el último» sino que es «el primero».

El líder del PP, además, dejó claro que no se somete a la agenda de quien, como dicen con tono ofendido en el PSOE, «tiene el mandato constitucional de formar Gobierno», al anteponer su cita con Rivera a la «invitación» de Sánchez. Soraya Sáenz de Santamaría, sonriente, argumentó que no es lógico que el secretario general del PSOE se moleste por el orden fijado, teniendo en cuenta que él no ha querido hasta ahora verse con Rajoy y que ahora pretende hacerlo por puro trámite.