El plazo límite antes de que se convoquen nuevas elecciones

La Voz REDACCIÓN

ESPAÑA

Atlas TV

El socialista Pedro Sánchez da un paso al frente y será el primer candidato que buscará ser investido presidente

02 feb 2016 . Actualizado a las 22:05 h.

Rajoy fue el primer candidato propuesto por Felipe VI para que se presentase a la investidura, pero el todavía presidente en funciones declinó la invitación. A principios de la pasada se retomaron las consultas regias de las fuerzas políticas con representación en el Parlamento, unas consultas que han finalizado este martes, con la visita a Zarzuela de Pedro Sánchez y Mariano Rajoy. El líder del PP ha expuesto que, en esta ocasión, el monarca no le ha propuesto formar Gobierno, un escenario que, según anunció el socialista Pedro Sánchez esta misma mañana, aprovecharía para dar un paso al frente sometiéndose a un pleno de investidura. Y que así se lo había trasladado al monarca durante su encuentro. Algo que ha confirmado en rueda de prensa el presidente del Congreso, su compañero de partido Patxi López: el rey ha propuesto a Pedro Sánchez. Estos son los plazos a los que se enfrentan.

Cuando un candidato cree que cuenta con posibilidades de ser elegido presidente, y le expone al monarca la situación, será Felipe VI, en el caso de que lo considerase oportuno, el encargado de proponer a esa persona como candidato para ser investido. El primero en intentarlo será Pedro Sánchez. La fecha será fijada en el calendario por el presidente del Congreso Patxi López (todavía no hay, pero calculan que será para dentro de tres semanas o un mes). En la sesión de investidura Pedro Sánchez necesita una mayoría absoluta para ser nombrado presidente, es decir, 176 votos a favor. Si no los lograse, a partir de este día comienza una cuenta atrás de dos meses, plazo en el que si no se consiguiese investir a un presidente, se disolverían las Cortes y se convocarían nuevas elecciones.

Volviendo al día del primer pleno de investidura, el candidato que no lograse la mayoría absoluta disfrutaría de una nueva oportunidad a las 48 horas en una votación en la que solo requeriría de una minoría simple, es decir, tener más votos a favor que en contra.

En caso de que no lo consiguiese, la partida volvería a empezar. Se restablecen las conversaciones entre partidos y el rey vuelve a recibir a los candidatos en Zarzuela, aunque ahora ya con el plazo de dos meses comentado anteriormente.

El proceso sería exactamente el mismo, el nuevo candidato se enfrentaría a una primera vuelta en la que se necesita mayoría absoluta o una segunda ronda en la que bastaría con una mayoría simple. Todo igual al primer proceso, pero en este caso con una cuenta atrás de fondo que amenazaría con la disolución de las Cortes y la convocatoria de unas nuevas elecciones. En el caso de que se cumpliesen dos meses desde la primera votación, España volvería a vivir una nueva jornada electoral.