Técnicos de Hacienda niegan que Isabel Carrasco ordenase acosar fiscalmente a Triana

Efe LEÓN

ESPAÑA

Atlas TV

El jefe de Raquel Gago asegura que no tuvo conocimiento de que se bloqueara, lo que contradice el principal argumento esgrimido por la policía a la hora de explicar por qué no dijo que había visto a su amiga Triana y a su madre Montserrat el día del crimen 

01 feb 2016 . Actualizado a las 16:31 h.

Varios técnicos de Hacienda han afirmado este lunes que en ningún momento la presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco ordenó que se persiguiera fiscalmente a Triana Martínez, una de las tres acusadas de su muerte, ocurrida el 12 de mayo del 2014.

Tanto el jefe de la delegación de Hacienda en el León como el jefe del servicio de la dependencia de gestión tributaria han negado ante el tribunal que juzga a las tres acusadas del asesinato de Isabel Carrasco que la entonces presidenta de la Diputación -inspectora de Hacienda de profesión- les conminase a que se acosara a Triana Martínez sobre la base de una supuesta enemistad con la joven.

El responsable ha asegurado que ni siquiera conocía a la presidenta de la Diputación de León, mientras que su compañero ha defendido la «limpieza» en la gestión de la Agencia Tributaria y ha precisado que no es tan fácil tomar decisiones arbitrarias.

Triana Martínez declaró ante el tribunal que tras negarse a mantener relaciones sexuales con Isabel Carrasco la inicial amistad se trocó en animadversión y empezó a sufrir una serie de inspecciones de hacienda que supuestamente ordenó la presidenta de la Diputación porque «tenía mucha mano» en Hacienda.

Los técnicos de Hacienda han recalcado que la joven no sufrió ningún tipo de persecución y que las inspecciones que se le hicieron fueron fruto de comprobaciones habituales. También han negado que cuando eran amigas Carrasco ordenase que se le levantase una sanción por las irregularidades en la compra de su coche en Alemania, y han explicado que se hizo así simplemente porque se tuvieron en cuenta las alegaciones de la joven.

Triana Martínez declaró que tras negarse a las pretensiones sexuales de Carrasco la presidenta de la Diputación primero la echó de la institución, donde ocupaba una plaza de ingeniera de telecomunicación como interina, y luego ordenó que se la persiguiera fiscalmente.

Su madre, Montserrat González, autora confesa del asesinato, declaró que fue entonces cuando urdió el plan para matar a Isabel Carrasco. «O la mataba o iba al entierro de mi hija», explicó la autora confesa del asesinato, que declaró ante el tribunal que su hija llegó a perder 25 kilos y sufrió una fuerte depresión. 

Otro testigo que ha comparecido este lunes, ha sido Rosa Larrainzar, funcionaria jubilada de la Diputación de León que ejerció como jefa de Triana Martínez durante varios años, que ha afirmado que la joven estaba «hecha polvo» tras su salida de la institución provincial y que «estaba convencida» de que Carrasco «la estaba perjudicando». La testigo ha explicado que tenía «cariño» a Triana tras trabajar varios años con ella y que seguía viéndola tras su salida de la Diputación, aunque muchos interinos no se atrevían a mantener contacto con la joven «por miedo a Isabel Carrasco».

Según su testimonio, Triana se llevaba bien con Isabel Carrasco en sus primeros tiempos en la Diputación, aunque posteriormente la relación cambió y se trocó en animadversión. Larrainzar también ha explicado que en ningún momentoTriana le dijo que Isabel Carrasco había intentado mantener relaciones sexuales con ella y que ella se había negado, aunque recordó que «pasó de ser llamada para casi todo a no ser tenida en cuenta».

Además, ha asegurado que la joven estaba convencida de que le darían la plaza que ocupaba de forma interina como ingeniera de telecomunicaciones en la Diputación «porque decía que se lo había prometido la presidenta», y que, al contrario, poco después señalaba que «sería para un enchufado de Carrasco de Burgos». Esta persona fue quien finalmente logró el puesto, aunque después renunció a él y se amortizó.

El jefe de Raquel Gago niega que se bloqueara

El jefe de la Policía Local de León, Martín Muñoz, ha asegurado que nunca tuvo cocimiento de que su subordinada Raquel Gago, una de las acusadas por el asesinato de la presidenta de la Diputación provincial Isabel Carrasco, se bloqueara en situaciones de estrés o de especial exigencia. Muñoz, que ha declarado esta mañana como testigo en el juicio que se celebra en la Audiencia de León por este crimen, ocurrido el 12 de mayo de 2014, ha explicado que Gago era una «buena» agente y que accedió al Cuerpo tras superar unas pruebas «difíciles», que incluían un test psicotécnico.

Lo declarado por Muñoz contradice el principal argumento esgrimido por esta acusada a la hora de explicar por qué no acudió a la Policía para decir que había visto a su amiga Triana Martínez y a su madre Montserrat González el día del crimen cuando ya estaban detenidas como sospechosas.

La acusada explicó ante el tribunal el 20 de enero pasado que no encuentra una explicación lógica para el hecho de no haber acudido a la Policía, mientras que algunas personas de su entorno han testificado que se bloquea en situaciones de estrés. Muñoz ha insistido en que Gago era una buena policía que tenía buen trato con los ciudadanos y ha señalado que lo normal hubiera sido que, como superior suyo que era, le hubiera comunicado que había estado con Montserrat y Triana el día del crimen.

Raquel Gago ha negado su participación en el crimen, que el fiscal y las acusaciones ven, sin embargo, necesaria, pese a que le exculpen tanto Montserrat como Triana. Durante su declaración, Raquel respondió a la pregunta que siempre se le ha hecho: ¿por qué no se impuso su faceta profesional y acudió a la Policía ese mismo día para decir que había visto a Triana después del crimen?. Su explicación es que no podía creer lo que había sucedido y se bloqueó.

Gago entregó el arma homicida en Comisaría 30 horas después del crimen y aseguró que no sabía como había llegado hasta ahí, si bien explicó que la debía haber dejado su amiga Triana Martínez, con quien se encontró «casualmente» minutos después del crimen.

Tras prestar declaración en Comisaría quedó en libertad, aunque dos días después la jueza la envió a prisión el considerar que había numerosas evidencias de su implicación en el crimen y, tras ocho meses en la cárcel, quedó en libertad provisional hace un año. En su declaración Montserrat González, asesina confesa de Isabel Carrasco, afirmó que ella es la única responsable de su muerte, y explicó que lo hizo movida por el odio debido a que la dirigente del PP llevaba años haciendo la vida imposible a su hija.

En casa de Triana había información sobre Carrasco

Un policía nacional que participó en la investigación del asesinato de la presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco ha explicado que en el registro de la casa de Triana Martínez, una de las acusadas de este crimen, se halló numerosa munición e información sobre la víctima. Este agente, que ha declarado como testigo en el juicio por este asesinato que se celebra en la Audiencia de León, ha explicado que tanto la documentación como la «abundante cartuchería» se encontraban en cajones de muebles ubicados en el salón y en una de las habitaciones.

Este testigo ha sido solicitado por la letrada de la acusación particular, Beatriz Llamas, que ha tratado de probar que Triana Martínez tenía que conocer su existencia tanto de la documentación sobre Carrasco como de la munición aunque no se encontrasen a simple vista. Con esta estrategia, la letrada que representa a Loreto Carrasco, hija de la víctima, trata de demostrar que Triana Martínez tenía conocimiento del plan urdido por su madre, Montserrat González, autora confesa del asesinato, para matar a Isabel Carrasco y que fue partícipe del mismo.

En la sesión inaugural del juicio, el 19 de enero, Montserrat González declaró que ella era la única responsable de la muerte de Isabel Carrasco, y explicó que lo hizo movida por el odio debido a que la dirigente del PP llevaba años haciendo la vida imposible a su hija. La principal acusada por la muerte de Isabel Carrasco, de 60 años, recalcó que no se arrepentía de haberla asesinado y admitió que estaba «obsesionada» con ella. También sostuvo que su hija e Isabel Carrasco se llevaron bien durante dos años hasta que la dirigente del PP acosó sexualmente a la joven y ésta la rechazó, por lo que la echó de la Diputación y sacó a concurso la plaza de ingeniero de telecomunicación que Triana Martínez ocupaba como interina y que le había prometido que la daría en propiedad.

El coordinador del Policía Judicial de León ha asegurado que nunca escuchó al marido y padre de dos de las acusadas por el asesinato de Isabel Carrasco decir que habían sido engañadas en las horas posteriores a su detención para forzar una declaración. Este agente, que ha declarado como testigo en el juicio por este asesinato que se celebra en la Audiencia de León, ha explicado que conoce al inspector jefe Pablo Antonio Martínez, marido y padre de Montserrat González y Triana Martínez, respectivamente, y que en el momento de los hechos estaba al frente de la comisaría de Astorga (León).

Pablo Antonio Martínez declaró el pasado jueves ante el tribunal que su mujer y su hija fueron «engañadas» tras su detención para forzar una declaración, y cuestionó los métodos seguidos por los dos policías llegados a León al día siguiente del crimen desde la comisaría de Burgos para dirigir la investigación por orden del jefe superior de Policía de Castilla y León.

Según explicó, fue el primer abogado que representó a su mujer y e hija, Fernando Cornejo, amigo personal suyo, quien le alertó de que el procedimiento seguido en Comisaría estaba plagado de irregularidades y que las habían «engañado como a chinas» para forzar su declaración. El coordinador de la Policía Judicial de León ha precisado que en ningún momento su colega le hizo llegar sus críticas por el desarrollo de la investigación, de la que dijo que había seguido los cauces habituales para un caso de tanta gravedad y que levantó tanta expectación.

La defensa de Montserrat y Triana sostiene que ambos policías les ofrecieron un pacto si declaraban que la primera había entregado un bolso con el arma homicida a su hija en un pasadizo para que la hiciera desaparecer. Según explicó Montserrat González ante el tribunal le prometieron que si firmaba esa declaración su hija quedaría libre ese mismo día.

Aunque inicialmente firmó esa declaración en Comisaría, día después la cambió ante la jueza instructora y precisó que había arrojado el bolso con el arma a la rampa de un garaje nada más abandonar la pasarela peatonal sobre el río Bernesga en la que mató a Isabel Carrasco. Triana explicó que recogió el bolso al ver al su madre tirarlo porque tuvo la intuición de que podría haber hecho algo malo con la pistola reglamentaria de su padre. 

Por otra parte, el coordinador de la Policía Judicial de León ha explicado que fue la tercera acusada por este crimen, la policía local Raquel Gago, quien se puso en contacto con un amigo policía nacional cuando encontró el arma homicida en su coche, supuestamente sin saber como había llegado hasta allí, y que por ese motivo se personaron en su domicilio. Ha sostenido que en el atestado no conste el nombre de todas las personas que estuvieron presentes porque no se trató de un registró «al uso» para justificar que no aparecieran los dos policías de Burgos, que aunque si estuvieron lo negaron ante la jueza instructora.

Estos agentes explicaron que lo hicieron para no desprestigiar el trabajo realizado por sus compañeros de León, ya que no les habían incluido en el atestado. También ha explicado que tuvo conocimiento de que se permitió que madre e hija se viesen en Comisaría al día siguiente de su detención y ha defendido que esa decisión no contraviene ningún protocolo de actuación policial.