¿Hay riesgo de tsunami en el mar de Alborán?

EFE

ESPAÑA

La Península Ibérica puede considerarse como una zona «moderada» en cuanto a movimientos sísmicos aunque hay puntos concretos donde las placas subterráneas chocan «con más fuerza»

25 ene 2016 . Actualizado a las 19:15 h.

Tras el terremoto de 6,3 en la escala Richter que sembró el pánico en Ceuta, Melilla y varios puntos de Andalucía, muchos se preguntan si podría volver a producirse un seísmo de la misma fuerza o incluso mayor. Y ¿hay riesgo de que se pueda sufrir un maremoto? Algunos expertos ya han alertado en varias ocasiones de que España podría sufrir un tsunami, aunque otros descartan esa posibilidad. 

La falla de fricción entre las placas euroasiática y africana es «activa» y «actúa como una válvula de escape de forma similar a una olla a presión», pero no hay riesgo importante de que genere maremotos, ha asegurado José Benito Bravo Monge. Este sismólogo del Instituto Geográfico Nacional (IGN), ha recordado que la Península Ibérica puede considerarse como una zona «moderada» en cuanto a movimientos sísmicos aunque hay puntos concretos donde las placas subterráneas chocan «con más fuerza» como sucede en la región donde se ha registrado un terremoto de 6,3 en la escala de Richter a las 04.22 horas de este lunes.

Este lugar se considera de «alta actividad sísmica» desde el punto de vista tectónico, según ha confirmado Luis Suárez, presidente del Colegio Oficial de Geólogos (COG), quien ha subrayado que a lo largo de la semana pasada se produjeron otros movimientos de tierra de una magnitud inferior pero que demuestran que «la placa del mar de Alborán está liberando energía lentamente». No obstante, el seísmo ha desatado una cantidad de energía equivalente a la explosión de más de 20.000 toneladas de TNT.

En los últimos veintidós años se han producido en la misma región tres terremotos importantes con una media de 6 grados de magnitud, en 1994, en el 2004 y este lunes, aunque ninguno de ellos causó graves daños personales o materiales.

El seísmo que afectó Lorca (Murcia) en el 2011 sólo alcanzó los 5,1 pero provocó 9 víctimas mortales y más de 130 heridos, además de importantes desperfectos materiales: la diferencia con el de esta madrugada es que en aquella ocasión el epicentro se localizó en la falla de Alhama mientras que en este último caso sucedió a 120 kilómetros de la costa sur de la península, en aguas próximas a Alhucemas (Marruecos).

Precisamente a raíz de lo ocurrido en Lorca, el COG envió a todas las administraciones españolas un «Decálogo para minimizar el riesgo sísmico en España» donde incorporaba entre otras medidas la propuesta de abolición de la Norma de Construcción Sismorresistente vigente en España para incorporar las aportaciones de paleosismicidad de las fallas activas pero «aún no se ha tomado medida alguna», según ha lamentado Suárez.

A pesar de estar localizado en una de las fallas más activas de España, el terremoto no ha generado riesgo alguno de maremoto, según ha insistido Juan Tomás Vázquez Garrido, geólogo del grupo de Geociencias Marinas del Instituto Español de Oceanografía (IEO). Vázquez Garrido ha detallado que «existen tres tipos de fallas, pero este caso ha afectado a dos, las inversas o compresivas y las que producen elevación o dirección de movimiento horizontal, por lo que se ha generado un salto oblicuo en lugar de horizontal» y ello ha evitado el tsunami.

Además, para que se produzca un maremoto de este tipo «es necesario que la magnitud sísmica supere los 6,5 en la escala de Ritcher», lo que no ha llegado a ocurrir. En las horas posteriores al terremoto de mayor magnitud se han registrado cerca de treinta réplicas con una intensidad progresivamente menor desde 4,6 hasta 2,9.

El sur de España está especialmente amenazado por los movimientos de tierras debido al proceso de convergencia entre las placas euroasiática y africana con dirección «noroeste-sureste», cuyo origen se estima en unos 5.000 millones de años y que en su día creó cadenas de montañas como la Cordillera Bética en la península ibérica o El Rif en el norte de África.

Todos los expertos consultados coinciden en la escasa probabilidad de que en las próximas horas se desate otro terremoto de magnitud similar.