Sánchez e Iglesias coinciden en que es necesario «un Gobierno de cambio»

La Voz LA VOZ | EUROPA PRESS

ESPAÑA

Sergio Barrenechea | Efe

El líder del PSOE le reprocha al de Podemos que hable de sillones antes que de política

25 ene 2016 . Actualizado a las 07:27 h.

Después del órdago lanzado por Pablo Iglesias el pasado viernes, y que desencadenó la decisión de Mariano Rajoy de no presentar su candidatura (al menos por ahora), los contactos entre el líder de Podemos y Pedro Sánchez parecía que no acababan de fraguarse. Ha sido este domingo, y tras un tira y afloja a través de las redes sociales, cuando ambos se han animado a levantar el teléfono para analizar la situación de su pacto.

El secretaro general de los socialistas daba cuenta durante la tarde del domingo en su perfil de Twitter del resultado de los últimos intentos de establecer una conversación entre ambos. «He intentado contactar con Pablo Iglesias pero no ha sido posible. Hablaremos en los próximos días de políticas progresistas, no de sillones», aseguraba en su perfil.

Poco después de su dardo, Iglesias recogía el testigo y decidía llamar al secretario general socialista para poner final a los dimes y diretes a través de toda clase de medios. Sobre las nueve de la noche, el líder de Podemos comunicaba, también en su cuenta de Twitter, la llegada de la tan manida llamada: «Acabo de llamar a Pedro Sánchez. Hemos hablado 20 minutos. En breve informaremos».

Según un comunicado conjunto, la conversación entre los líderes del PSOE y de Podemos se ha desarrollado en un tono cordial y ambos se han emplazado a seguir los contactos en los próximos días. Ha habido numerosos puntos de encuentro, entre ellos la necesidad de formar un Gobierno de «cambio progresista». Pero quizás uno de los puntos en los que más se han acercado ambos ha sido las críticas directas hacia el Partido Popular, al que han reprochado su decisión de declinar el encargo del rey para presentar la candidatura de Mariano Rajoy en el Pleno de Investidura del Congreso de los Diputados. 

Además, durante los 20 minutos que ha durado su primer contacto, Pablo Iglesias ha insistido en la importancia de «no dilatar más en el tiempo» la formación del próximo Gobierno, un mensaje que ha tenido una respuesta algo ambigua por parte del socialista. Sánchez le ha dicho que, antes del reparto de puestos en el Ejecutivo, tienen que llegar a un acuerdo sobre las políticas que impulsarán desde esta hipotética coalición.

No todo ha sido cordialidad. En la conversación, Sánchez ha mostrado a su interlocutor su «desagrado» por la forma en que pidió una vicepresidencia y varios ministerios estratégicos como condición para firmar un pacto. Iglesias ha justificado su tono y ha insistido en que, «por encima de todo», lo importante es que haya un «gobierno de progreso». Sánchez, por su parte, le ha dicho que él está dispuesto a hablar con todas las fuerzas políticas que quieran «un cambio progresista y reformista», aunque, en línea con lo anterior, ha pedido que primero se hablen de políticas y luego de sillones.

En el comunicado conjunto, Iglesias también apuesta por el diálogo «con las fuerzas que no comparten la hoja de ruta del PP» y subraya la importancia de «no dilatar más en el tiempo» la alternativa al Gobierno de Mariano Rajoy. Además, insiste en que el Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez tiene que contar con ministros de Podemos e IU con un peso proporcional a los resultados del 20 de diciembre. La prioridad, según Iglesias, es apostar por «políticas económicas redistributivas» y por la «plurinacionalidad», eludiendo hacer mención explícita al referéndum que defienden desde su partido como respuesta al proceso independentista en Cataluña. Sánchez ha mostrado su «indignación» por el uso partidista que ha hecho el Partido Popular de las instituciones tras declinar el encargo del rey para presentar la candidatura de Mariano Rajoy en el Pleno de investidura del Congreso de los Diputados. «Se puede dar un paso o al frente o atrás, pero nunca al lado», ha defendido.

La conversación se producía después de que se hiciera público un artículo firmado por Iglesias en El País, en el que el líder de Podemos aseguraba que «aún» no había hablado con su homólogo socialista, pero en el que dejaba clara su férrea defensa a conseguir una cuerdo entre PSOE, Podemos e IU para conformar un Gobierno «plural y progresista». Según él, esta sería la única garantía de que se consiguiera la aplicación de un «programa de rescate inmediato para los primeros cien días» y lleve a cabo los «cambios constitucionales que demandan los ciudadanos». Conformar este gobierno que él defiende tiene una base, dice en su artículo, que pone en valor los once millones de españoles que han votado a partidos de izquierda: «La coalición de PSOE, Podemos e IU sería uno de los Gobiernos con mayor base electoral en la historia de España». Al otro lado de la balanza se sitúan PP y Ciudadanos. A ellos dedica calificativos como «bisagra» y niega que «representen cambio o progreso».

El rey recibe hoy a Patxi López para que le facilite la lista de portavoces

El rey recibirá hoy al presidente del Congreso de los Diputados, Patxi López, en una audiencia en la que este le facilitará la lista de representantes designados por las formaciones políticas presentes en la Cámara para acudir a una nueva ronda de conversaciones de cara a la sesión de investidura.

Felipe VI emprenderá esa nueva ronda de consultas con los partidos políticos a partir del miércoles, tras la decisión del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, de declinar su oferta para ser el candidato en el debate de investidura. El pasado viernes, don Felipe comunicó a López la decisión de Rajoy y le convocó a una nueva reunión, hoy a las cinco de la tarde, en la que le facilite la preceptiva relación de portavoces designados por los formaciones con representación parlamentaria. La anterior ronda de consultas comenzó el pasado lunes, a partir de una lista entregada a la Casa del Rey por el Congreso, en la que figuraban representantes de 15 formaciones, todas salvo ERC, que supeditó su asistencia a que el monarca, previamente, hubiese atendido al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y recibido a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell.

Una vez iniciada la ronda, a la negativa de ERC se sumó la de EH-Bildu, cuyos militantes acordaron en asambleas que no acudiera a la Zarzuela porque no se sentían representados por la monarquía.