Un pacto que violaría todas las líneas rojas

Gonzalo Bareño Canosa
G. Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

GERARD JULIEN

Un Gobierno de coalición iría contra lo establecido por el comité federal y provocaría una división en el PSOE

23 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La fórmula de Gobierno que ayer le propuso el líder de Podemos, Pablo Iglesias, al socialista Pedro Sánchez sitúa al secretario general del PSOE ante una encrucijada que podría provocar un verdadero cisma entre los socialistas, ya que su aceptación supondría no solo traspasar todas las líneas rojas que el propio líder del PSOE se ha marcado hasta ahora, sino también una clara desobediencia a lo que acordó el comité federal, máximo órgano entre congresos del partido. El pacto implicaría además la pérdida del espacio de centralidad que el PSOE ha venido ocupando desde la transición.

¿Puede pactar Sánchez con un partido que defiende el derecho a decidir de Cataluña?

Hacerlo supondría incumplir el acuerdo adoptado en el último comité federal, en el que los barones del PSOE le marcaron los límites para una negociación. Ese documento dice textualmente que «la autodeterminación, el separatismo y las consultas que buscan el enfrentamiento solo traerán mayor fractura a una sociedad ya de por sí divida. Son innegociables para el Partido Socialista y la renuncia a esos planteamientos es una condición indispensable para que el PSOE inicie un diálogo con el resto de formaciones políticas». A día de hoy, Podemos no ha renunciado a su propuesta de celebrar un referendo, por lo que, en puridad, Sánchez ni siquiera podría sentarse a negociar con Iglesias sin que haya una renuncia expresa.

¿Qué implicaría para el PSOE aceptar el ministerio de plurinacionalidad que plantea Podemos?

La cuestión de la plurinacionalidad ha sido ampliamente debatida en el PSOE. La declaración de José Luis Rodríguez Zapatero de que la nación española era algo «discutido y discutible» provocó una reacción negativa en amplios sectores del partido. Tras ello, y después de que el PSC llegara a defender el derecho a decidir de Cataluña, la llamada Declaración de Granada, aprobada en julio del 2013, fija la posición oficial, con el acuerdo del PSC, en la que se rechaza el derecho a decidir y no se habla de plurinacionalidad, sino que se plantea una reforma de la Constitución para «incorporar los hechos diferenciales y las singularidades políticas, institucionales, territoriales y lingüísticas que son expresión de nuestra diversidad». Otorgar a los catalanes de En Comú Podem el ministerio de plurinacionalidad, como reclama Iglesias, además de incumplir esta declaración, supondría un agravio para el resto de comunidades que no comparten ese criterio e incluso con aquellas en las que, como el País Vasco, una parte significativa de su población reclama también el derecho a decidir.

¿Puede gobernar el PSOE con quienes tachan la Constitución de «candado» y prometen acabar con el «régimen de la transición»?

Hacerlo supondría vulnerar la defensa del sistema constitucional que siempre ha hecho el PSOE y renunciar al papel de principales artífices, junto con UCD y AP, que los socialistas tuvieron en la redacción de la Carta Magna. El último comité federal estableció también que en las negociaciones para formar Gobierno el PSOE rechazaría «cualquier planteamiento que conduzca a romper con nuestro ordenamiento constitucional y que amenace así la convivencia lograda por los españoles durante estos últimos 37 años».

¿Es compatible el programa económico del PSOE con el de Podemos?

No. Aunque hay puntos de acuerdo, en muchos aspectos son antagónicos y un Gobierno entre estos dos partidos daría lugar a fuertes contradicciones económicas que lastrarían no solo la posición de España en la UE, sino también la credibilidad ante los mercados. Aunque el PSOE rechaza las tesis de la austeridad de la alemana Angela Merkel, está firmemente comprometido a cumplir los objetivos de estabilidad presupuestaria usando la flexibilidad que permiten las normas actuales y a pagar la deuda. Podemos, por el contrario, apuesta por modificar el calendario de reducción del déficit y por reestructurar la deuda, en una línea más próxima a lo que proponía Syriza para Grecia. Podemos tiene también propuestas como la renta básica garantizada muy alejadas del ingreso mínimo vital que plantea el PSOE y de muy difícil viabilidad económica. Sí hay coincidencia en derogar la reforma laboral del PP y el artículo 135 de la Constitución.

¿Qué consecuencias tendría en el PSOE un acuerdo como el que plantea Pablo Iglesias?

Los barones con más poder en el PSOE, los presidentes autonómicos de Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Asturias, son precisamente los que más se oponen a que se llegue a un acuerdo de investidura con Podemos, y mucho menos a un Gobierno de coalición, por el hecho de que, al margen de que Iglesias siga defendiendo el derecho a decidir, necesitaría de la aquiescencia de los independentistas de ERC y CDC, que tendrían que abstenerse para facilitar la investidura. Eso, para muchos dirigentes socialistas, implicaría quedar presos de los soberanistas. Ese pacto podría conducir a medio plazo a la sustitución de Sánchez como líder del PSOE por Susana Díaz.