Pablo Iglesias pone a prueba a Pedro Sánchez con un tripartito «del cambio»

EFE

ESPAÑA

Atlas TV

El líder de Podemos rompe los tiempos,  adelantando al rey y a la prensa que quiere ser el vicepresidente de un Gobierno presidido por el PSOE y en el que también estaría IU. El socialista, que se enteró de la oferta por Felipe VI, le entra al juego y accede a negociar cuando fracase la investidura de Rajoy

22 ene 2016 . Actualizado a las 20:42 h.

Llevaba unos días medio desaparecido, como si estuviera velando armas para el golpe de efecto que ha asestado y que se podría resumir en tres titulares: Pablo Iglesias toma la iniciativa. Pablo Iglesias ofrece un pacto de Gobierno a Pedro Sánchez. Pablo Iglesias quiere ser vicepresidente.

Muchos preveían un discurso más bien ambiguo y sin demasiadas pistas de los planes que tenía en la cabeza el líder de Podemos, y se han encontrado con un misil informativo dirigido directamente a la sede del PSOE y al despacho de Pedro Sánchez, que sólo algunos habían siquiera sospechado.

Hay quien dice que Pablo Iglesias ha ofrecido un acuerdo al PSOE para que salga adelante y haya un Gobierno de «cambio». Otros para que fracase y sean inevitables nuevas elecciones generales, donde espera adelantar a los socialistas. Cuentan que Pablo Iglesias tenía pensado regalar al rey unos capítulos de Borgen, una serie danesa sobre intrigas políticas y líos de despachos. En la ficción, la primera ministra del país es la líder del tercer partido más votado, igual que Iglesias.

Parece claro que el líder de Podemos encuentra inspiración en la televisión, el espacio que le ha visto crecer en política y, por eso, también quiere que la televisión sea el escenario de las negociaciones para la formación del nuevo Gobierno y no las conversaciones discretas en hoteles y reservados. De momento, para ir empezando, Iglesias y Sánchez se han emplazado a hablar este fin de semana sobre la posibilidad de conformar gobierno.

Las condiciones de Iglesias

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha acudido por primera vez al Palacio de la Zarzuela para reunirse con Felipe VI con un as bajo la manga, la propuesta de «formar un Gobierno del cambio con el PSOE e IU». Un Ejecutivo «plural» que debería tener una composición «proporcional» a los resultados del pasado 20 de diciembre. Pablo Iglesias ocuparía la vicepresidencia del Gobierno, pese a que el pasado mes de julio negó tajantemente cualquier posibilidad de entrar en un gobierno que él no presidiese. «Hemos decidido tomar la iniciativa y dar un paso adelante. En este momento no caben medias tintas. O se está por el cambio o por el inmovilismo y el bloqueo», ha dicho Iglesias en rueda de prensa en el Congreso tras su audiencia con Felipe VI.

Entre sus condiciones está que En Comú Podem, la candidatura catalana con la que concurrió a las elecciones generales, ocupe una cartera ministerial que plantee soluciones al conflicto catalán en el Gobierno que aspira a conformar con el PSOE e IU. Iglesias ha subrayado que su marca territorial en Cataluña ganó las elecciones en esa comunidad el pasado de diciembre porque los ciudadanos apoyaron la «propuesta de diálogo» que En Comú Podem ha puesto encima de la mesa, que incluye la fórmula del referéndum. «No debatimos con líneas rojas, pero todo el mundo entenderá cómo han votado los catalanes el 20 de diciembre», ha insistido, al ser preguntado por la insistencia del PSOE en rechazar esta consulta en Cataluña.

Por tanto, considera «de sentido común» que sean sus socios en esta comunidad los que ocupen un Ministerio que asuma el planteamiento de «soluciones» a la realidad plurinacional del país. «No es una línea roja, es lo que marca el sentido común», ha apostillado. 

Aunque no ha querido poner nombre a esta cartera, ha admitido que estaría encantado de que se denominara 'Ministerio de Plurinacionalidad', como le ha propuesto un informador, y que no vería mal que la ocupara el portavoz de En Común en el Congreso, Xavier Domènech, muy próximo a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

El rey se lo ha dicho a Pedro Sánchez

El anuncio se ha producido mientras el líder del PSOE, Pedro Sánchez, se reunía con Felipe VI y fue él el que le ha trasladado las intenciones de Pablo Iglesias. En su comparecencia ha explicado que ha expuesto al jefe del Estado su disposición a intentar formar un gobierno de cambio y de progreso alternativo al del PP tras la sesión de investidura a la que desea someterse Mariano Rajoy. Pedro Sánchez le ha trasladado que no apoyará «ni un Gobierno de Mariano Rajoy ni del PP». Y ha respondido al ofrecimiento de Pablo Iglesias que solo se presentará a la investidura una vez que lo haya hecho el candidato de los populares y una vez que haya fracasado». «Es el turno de Rajoy, y no le quepa duda a los españoles que si Rajoy fracasa el PSOE hará todo lo posible para que haya un Gobierno progresista», ha dicho Sánchez. Ha pedido ser «muy escrupulosos y cuidadosos con los procedimientos y los tiempos en democracia» y esperar a ver si el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, logra ser reelegido.

Sánchez ha ironizado sobre el paso dado por Podemos ante los periodistas. «El rey me ha informado de la propuesta de Iglesias. Entré en Zarzuela sin un gobierno y parece que tengo ya todos los ministros nombrados», ha dicho Sánchez en rueda de prensa en el Congreso.

En todo caso, Sánchez ha explicado al rey que está «dispuesto a tender la mano a izquierda y derecha para forjar consensos», pero ha insistido en que «no valen atajos» y ha subrayado que Rajoy tiene «el derecho, el deber y la obligación de presentar su investidura». Ha apostado así por llegar a consensos con Podemos, Ciudadanos y otras fuerzas políticas y propondrá «ocho grandes acuerdos» con ellos. El primero, ha dicho, por una «recuperación económica justa»; el segundo por la cultura y la educación derogando la Lomce; el tercero la reconstrucción del Estado de bienestar «dañado por el PP». Además apuesta por consensos en el Pacto de Toledo para garantizar las pensiones, por un pacto para regenerar la vida democrática y otro contra la violencia de género. El séptimo acuerdo será para que España vuelva a recuperar el papel perdido en la construcción europea y el último la reforma constitucional que viene proponiendo el PSOE, ha explicado Sánchez.

Los «ministros» de Podemos

Llegue a convertirse en realidad o no, parece que Pablo Iglesias tiene muy claro cómo quiere que sea el próximo Gobierno y quiénes de su partido deben estar en ese Ejecutivo, en el que le 'cede' la presidencia al líder del PSOE, Pedro Sánchez, por tener algunos votos más. Y no hace falta que apunte los nombres, basta mirar la foto de quiénes le han escoltado este viernes en esa comparecencia en el Congreso.

A su izquierda su número dos y secretario Político, Íñigo Errejón, a quien ya había presentado como su futurible vicepresidente; y a su derecha, el portavoz de En Comú Podem, Xavier Domenech, a quien también había prometido públicamente en campaña una portavocía en el Congreso. Otras cuatro personas de su máxima confianza completaban la imagen. Allí estaba la diputada gallega Carolina Bescansa, profesora de Metodología de la Investigación en Ciencias Sociales en la Universidad Complutense de Madrid, responsable de la Unidad de Análisis Político de Podemos y considerada como la número tres de la formación. Y otra de las mujeres fuertes de Podemos, Irene Montero, coordinadora entre áreas y del equipo del secretario general y, según Iglesias vaticinó en un mitin en diciembre, también su futura vicepresidenta.

Junto a ellos, dos de los fichajes de los que Podemos presumió en la campaña: la juez Victoria Rosell, exportavoz de Jueces para la Democracia (JpD), y diputada de Podemos por Canarias; y el exjefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), Julio Rodríguez. Rodríguez, anunciado también en periodo electoral por Iglesias como futuro ministro de Defensa, es el único de todos ellos que no cuenta con escaño -se presentó como número dos por Zaragoza-.

La respuesta del PP

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha instado al líder del PSOE, Pedro Sánchez, a aclarar si acepta las condiciones de Podemos para formar Ejecutivo y si, con ello, está dispuesto «a jugar con la vida, el futuro y la tranquilidad de los españoles». Sáenz de Santamaría se ha referido a la propuesta del líder de Podemos en la conferencia de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros. «Ahora le corresponderá al señor Sánchez opinar sobre la propuesta de acuerdo que le acaban de poner encima de la mesa», ha recalcado la vicepresidenta. No obstante, ha insistido en que los españoles han de saber si algunos, en referencia al secretario general socialista, están dispuestos a «jugar» con su futuro.

Sáenz de Santamaría, ha contestado con un «sí» rotundo al plantearle si la candidatura de Mariano Rajoy como presidente es una condición «sine qua non» para un Gobierno encabezado por el PP. Así se ha referido al proceso que debería desembocar en la investidura de un jefe del Ejecutivo en la conferencia de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros y después de declaraciones como las realizadas por la presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre.

Aguirre ha señalado ante el proceso de formación de Gobierno que no es «hora para las ambiciones personales», ha recordado que ella llegó a ofrecer su retirada del grupo municipal en el Ayuntamiento de Madrid para facilitar un pacto con el PSOE y ha subrayado: «argumentos de entonces son los mismos argumentos de hoy».

Por su parte el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, ha preguntado al líder del PSOE, Pedro Sánchez, si está dispuesto a nombrar como vicepresidente de su futuro Gobierno al secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, «al servicio de los intereses de un empleado de Maduro e Irán». «Sánchez tiene que explicar si está dispuesto a poner la Vicepresidencia de España y el CNI al servicio de los intereses de un empleado de Maduro e Irán», ha alertado Hernando, en referencia los supuestos vínculos del líder de Podemos con los gobiernos de Venezuela y de Irán.

En su cuenta de Twitter, Hernando salía así al paso de la oferta lanzada hoy por Iglesias al PSOE e IU para conformar un Gobierno «de cambio» en el que él sería vicepresidente.