Rivera advierte a Rajoy que Sánchez está más cerca que él de formar Gobierno

Paula de las heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Benito Ordóñez

El presidente llama sectario al socialista y este le replica que no es capaz de dialogar

20 ene 2016 . Actualizado a las 15:28 h.

La bronca interna en el PSOE, durante los días que sucedieron a las elecciones, quizá convenciera a Mariano Rajoy de que si él no era presidente del Gobierno habría nuevos comicios y de que esa amenaza sería suficiente para convencer a los socialistas de un acuerdo in extremis. Albert Rivera, que antes del 20 de diciembre ya adelantó su disposición a abstenerse para facilitar que gobierne la fuerza más votada, lo ve, en cambio, de otra manera y, desde su partido, advirtieron el martes al líder del PP de que, tal y como están las cosas, Pedro Sánchez tiene más posibilidades que él de acabar ocupando la Moncloa con un Ejecutivo en minoría.

La fórmula que a ojos del partido de centro va tomando forma pasaría por el apoyo de Podemos y el PNV al secretario general del PSOE, el no del PP y de Ciudadanos -que tiene como línea roja cualquier cuestionamiento a la soberanía nacional como el que plantearían esos eventuales socios con su defensa de un referendo sobre la independencia-, y la abstención del resto de las fuerzas parlamentarias. Eso permitiría a Sánchez ser investido en segunda vuelta. En primera es necesario lograr el apoyo de la mayoría absoluta de la cámara, es decir, de 176 diputados, pero en última instancia basta con obtener más síes que noes; y en ese caso serían 165 frente a 163.

El análisis parte de una evidencia: mientras Sánchez no para de moverse para ganarse el favor de los partidos minoritarios, Rajoy ha entrado, según admiten los suyos, en una especie de compás de espera y su plan se reduce a esperar que termine la ronda de consultas del rey para someterse al debate de investidura y ver si el programa que allí presente conmueve a alguien. No tiene intención de volver a convocar a nadie a la Moncloa, según dijo el lunes en la radio pública, ni de lanzar globos sonda sobre sus posibles cesiones para ver si en el PSOE pican el anzuelo. Y eso que, en su partido, la semana pasada aseguraban que es posible hablar de todo, incluida la reforma de la Constitución, y sin descartar siquiera la reforma laboral.

El líder de los populares aduce que de los compromisos que se está dispuesto a alcanzar con otro partido se habla solo cuando uno está sentado a una mesa y, como Pedro Sánchez se niega en redondo a mantener cualquier conversación que implique explorar la posibilidad de un Gobierno del PP, Rajoy ha reducido su estrategia a la protesta y a la crítica a su rival. «Desde el sectarismo y la renuncia a hablar no se construye nada», reprochó el martes ante la prensa. En la misma comparecencia, defendió que «la España del 2016 es mejor que la del 2011» y que ahora hay que «afianzar ese cambio con la fórmula que lo hizo posible».

Desconcierto

Todo tiene un componente humano y el caso es que el presidente en funciones está ciertamente contrariado desde que se reunió con Sánchez en la Moncloa, el 23 de diciembre, y este le dijo que no tenía nada que pactar con él sin dejarle tiempo siquiera a hacer propuesta alguna. Su desconcierto fue mayúsculo porque, según fuentes tanto del PP como del PSOE, había sido el propio líder de los socialistas el que había reclamado un encuentro. Le hizo pensar que estaba dispuesto a hablar y se encontró con un portazo.

El secretario general de los socialistas sigue convencido, casi un mes después, de que el entendimiento con Podemos es posible, por más que hasta ahora todo haya sido rifirrafe a cuenta de la formación de grupos parlamentarios. Y en Ciudadanos también lo ven. Creen que, como ocurrió en Cataluña, a la hora de la verdad es difícil que nadie vaya a querer una repetición de elecciones y que, aunque a priori parezca que las cosas se polarizarían a favor de su formación, es posible que Pablo Iglesias prefiera pájaro en mano a una aventura en la que podría no contar ya con En Comú, En Marea y Compromís como compañeros de viaje.

Sánchez ha cuidado además los otros flancos. Dio un puesto en la Mesa del Senado al PNV (con el que ha tenido contactos «exploratorios», según sus responsables) y prestó diputados a ERC y Convergència para que tengan grupo propio en la Cámara alta; aunque la dirección del partido alegue que estos gestos son mera «cortesía» y que no buscan contrapartidas.

El dirigente socialista replicó a los reproches de Rajoy que la estabilidad a la que tanto apela es buena «si se utiliza para aplicar políticas en beneficio de la mayoría de los españoles». «Y con el PP, esto no es posible», adujo. Además, sacó pecho sobre su capacidad de diálogo. «Rajoy -dijo- es un político con un proyecto agotado, asediado por la corrupción e incapaz de acordar con nadie más que consigo mismo».

FMI y empresarios avisan del peligro que la inestabilidad política tiene para la economía

El FMI incrementó el martes en dos décimas la previsión del crecimiento económico de España para el año en curso, del 2,5 % que auguró en octubre a un 2,7 % del PIB ahora. Un escenario optimista sobre el que, según esta institución, se cierne un negro nubarrón: la incertidumbre política. El economista jefe y director del departamento de investigación del FMI, Maurice Obstfeld, advirtió de que la inestabilidad política «podría afectar» a la evolución de la economía, por lo que una «pronta resolución de la incertidumbre política sería positiva para España».

Unas estimaciones que permitieron al Gobierno en funciones sacar pecho. «España es el único país del mundo al que el FMI le mejora su previsión», resaltó el presidente en funciones, Mariano Rajoy. También el ministro de Economía, Luis de Guindos, recordó que es «la novena revisión al alza» que hace el organismo sobre el crecimiento del país. «En España hay recuperación, una recuperación que es intensa, la mayor de las grandes economías de la zona euro; es una recuperación que todos tenemos que cuidar», expresó en alusión a un pacto poselectoral que no cambie la política económica.

También el presidente de la Cámara de Comercio de España advirtió contra los peligros de la inestabilidad política. José Luis Bonet pidió altura de miras a los políticos para que vuelvan a la senda del diálogo y sean capaces de alcanzar pactos razonables. «Hay que tener cuidado con cómo se hacen las cosas para que no se den procesos de freno en el crecimiento», señaló. Y el presidente del Círculo de Empresarios, Javier Vega de Seoane, reclamó asimismo un acuerdo entre partidos, que es el mandato que tienen de los ciudadanos, y resaltó que la inestabilidad daña especialmente a las pequeñas y medianas empresas.