El PP piensa ya en elecciones y trata de cargar las culpas sobre Sánchez

Nuria Vega / Colpisa MADRID

ESPAÑA

Benito Ordóñez

Rajoy prepara el pleno de investidura con «conversaciones discretas» y pocas esperanzas

09 ene 2016 . Actualizado a las 09:51 h.

El tiempo que resta para formar Gobierno es tiempo que corre hacia la repetición de las elecciones generales. En los despachos del palacio de la Moncloa y en los de la dirección del PP se da prácticamente por perdida la posibilidad de conservar el Ejecutivo y se trabaja ya con un escenario de precampaña. Solo una hipotética, lejana e improbable abstención del PSOE en uno de los intentos de investidura de Mariano Rajoy podría salvar a los populares. Pero de las últimas declaraciones del presidente en funciones se deduce que Rajoy ha terminado por asumir el rechazo de los socialistas.

«La disponibilidad del señor (Pedro) Sánchez ya la conozco, en ningún caso va a favorecer un Gobierno del PP», zanjó el líder de los populares tras acreditarse como diputado en el Congreso. Aun así, el teatro político puesto en marcha desde que en la noche del 20 de diciembre los partidos intuyeron que había pocas posibilidades de llegar a entendimientos, llevará a Rajoy a mantener un «proceso constante» de «conversaciones discretas» con el resto de líderes, por ahora sin especificar, para procurar atraer sus voluntades hacia el PP.

Fuentes del partido explican que se trata del «primer acto» de una obra en tres tiempos en la que Rajoy y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, jugarán todas sus bazas para no ser señalados como los responsables del fracaso de la legislatura. Así, el presidente tiene previsto proponerse en la ronda ante el rey como candidato a ser investido y avanza que planteará su proyecto a las demás fuerzas políticas «cuando llegue al debate de investidura».

El rey iniciará las consultas con los portavoces parlamentarios una vez que se constituya el Congreso, el próximo miércoles, y después propondrá un candidato para que se someta al debate de investidura, que con toda probabilidad será Rajoy.

«No lo hace nadie»

Todos los esfuerzos parecen ser, sin embargo, en vano para mantenerse en la Moncloa cuatro años más. La negativa de Sánchez que tanto indignó a Rajoy en su primera reunión tras los comicios es hoy un hecho que ya nadie cuestiona en el PP. «Eso de no intentar ni tan siquiera negociar, no lo hace nadie», reprochan algunos dirigentes populares, que recuerdan que en el momento de estrecharse las manos, el secretario general del PSOE ya estaba anunciando su «no rotundo» al jefe del Ejecutivo sin «ninguna voluntad de escuchar».

Cuando esa oposición se escenifique en el hemiciclo será el turno de los socialistas y de la segunda parte de la puesta en escena. Rajoy admitía que «los números» permiten el Gobierno entre las fuerzas de la izquierda que Sánchez pretende forjar. «Pero estaríamos ante una coalición de ocho o nueve partidos, algunos con planteamientos claramente independentistas, otros partidarios del derecho de autodeterminación, y no me parece que eso sea lo más conveniente para España», censuró el presidente, que pese a todo ve «capaz» a su adversario de aspirar a liderar esa alternativa.

Factor de desgaste

En privado, sin embargo, fuentes de su entorno reconocen que las probabilidades de un consenso entre el PSOE, Podemos y los grupos nacionalistas son bajas, y entienden que las tentativas de aproximación solo jugarán como factor de desgaste de los socialistas. De hecho, en el PP algunas voces ven con buenos ojos que se evidencie que el PSOE está dispuesto a pactar con fuerzas que defienden un referendo para Cataluña y políticas económicas que «han resultado fallidas en los países de nuestro entorno».

En este extremo incidió la vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, tras el Consejo de Ministros del viernes, cuando instó a Pedro Sánchez a explicar a los españoles «por qué es partidario de una agenda radical» con escasos éxitos en otros países de Europa. Un comentario que forma parte de la estrategia para desacreditar la figura del líder del PSOE.

A través de un argumentario interno, la cúpula del PP ha llamado a sus cargos a incidir en que el secretario general de los socialistas «solo piensa en salvar su carrera política a cualquier precio», incluso a cambio de un acuerdo «con los separatistas». No hubo ningún representante del PP que no incidiera en esta idea.

Una táctica que pone de manifiesto que la máquina electoral de los partidos no dejó de funcionar el 20D. En la práctica, cada uno de ellos se prepara para ese «tercer y último acto» que podrían ser las nuevas elecciones generales. Desde el Ejecutivo incluso se ha dado la orden a los ministerios de reactivar su agenda institucional y pública. «Sería un desastre -insisten fuentes gubernamentales- no aprovechar la visibilidad que da el Gobierno cuando no sabemos si estamos de precampaña».

Goldman advierte de las consecuencias económicas de la incertidumbre política

El banco de inversión Goldman Sachs lanzó el viernes su primera advertencia oficial sobre las consecuencias que para la economía española puede tener la «incertidumbre política» actual, que «pesará sobre las empresas y sobre la confianza de los consumidores, y en última instancia también sobre las perspectivas económicas». El mensaje se incluye en el primer informe que ha publicado el equipo de economistas europeos de la compañía, en el que las buenas perspectivas que los analistas otorgaban a la economía a finales del 2015 han dejado paso a un tono de prudencia ante las dificultades que se perfilan para formar Gobierno tras las elecciones del 20 de diciembre y por «las incertidumbres políticas en torno a la independencia de Cataluña».