Miles de guardias civiles y sus familiares exigen la mejora de sus condiciones laborales

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Víctor Lerena | EFE

Denuncian «la remilitarización» del cuerpo, de la que culparon al actual Gobierno

15 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Miles de guardias civiles y familiares de toda España -unos diez mil, según los organizadores, entre ellos unos 250 procedentes de Galicia-, se manifestaron ayer por las calles de Madrid para exigir la equiparación de sus condiciones laborales a las que tienen los agentes del Cuerpo Nacional de Policía. Pese a los ataques terroristas de París, los convocantes mantuvieron la marcha, que dedicaron a las víctimas de los atentados, de forma que sus reivindicaciones perdieron un tanto de su protagonismo. En la cabeza de la marcha iba una pancarta en la que incorporaron un gran crespón negro. Además, cientos de agentes portaron crespones en sus chalecos. No obstante, las delegaciones de las distintas comunidades mantuvieron el tono reivindicativo con numerosas pancartas en las que podía leerse «basta ya de abusos» y «justicia».

«El apoyo social a los franceses se va a repetir en todos los sitios, lo único que hacemos en solidarizarnos ahora con ellos porque nos tocaba hoy», argumentó el secretario general de la AUGC, Alberto Moya. «No podíamos dejar de venir porque se ha movilizado a mucha gente de todos los puntos de España», añadió.

La manifestación arrancó al mediodía con una pancarta bajo el lema de «Por un futuro con derechos», flanqueada por dos banderas españolas junto a sendas enseñas francesas con crespón negro, según informa Efe. Tras el cartel, una marea de petos verdes.

«Somos funcionarios, no lacayos», «Basta ya de abusos» y «derechos laborales justos», eran algunos de los carteles que presidían distintas comitivas de la manifestación, a la que se sumó el líder de UPyD, Andrés Herzog, representantes de Ciudadanos y el Sindicato Unificado de Policía (SUP).

Al igual que sucedió en la manifestación de hace cinco años, los guardias civiles reclamaron derechos básicos. Además, denunciaron «la remilitarización» del cuerpo, de la que culparon al actual Gobierno. Asimismo, se quejaron de la desigualdad laboral, económica y social de los guardias civiles respecto al resto de cuerpos policiales. «No podemos ser agentes de segunda», afirmó Alberto Moya.