Ciudadanos pinta de naranja el cinturón rojo de Barcelona

MARILUZ FERREIRO LA VOZ EN BARCELONA

ESPAÑA

CESAR MANSO | afp

Gana en el feudo electoral del PSC y borra al PP como alternativa unionista, sumando más de 88.000 votos en ese primer anillo

29 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Hubo un tiempo en que Barcelona tenía una doble muralla. La arquitectónica y la política. Esta última estaba marcada por el área metropolitana, territorio urbano y obrero repleto de inmigrantes del resto de España que no comulgan con los burgueses barceloneses. Feudo tradicional del PSC. Pero Ciudadanos ha pintado de naranja el famoso cinturón rojo de la capital catalana. Los Ayuntamientos que rodean Barcelona siguen sin sumarse a la causa independentista y no se dejan conquistar por el centralismo más crudo del PP, pero han encontrado un nuevo contrapeso que no es socialista. La lista encabezada por Inés Arrimadas ha sumado más de 88.000 votos en ese primer anillo. Ha ganado en Hospitalet, la segunda ciudad de Cataluña, con más de 250.000 habitantes. Y es también la primera fuerza en Castelldefels, Esplugas, Gavá, El Prat, Ripollet, Sant Adrià de Besós, Sant Boi y Viladecans. Seguramente en estos municipios Ciudadanos ha desbaratado gran parte de las opciones de mayoría absoluta con la que soñaban Junts pel Sí.

La candidatura unitaria soberanista no ha estado sobrada ni siquiera en Sant Vincenç dels Horts, municipio en el que es alcalde el líder de Esquerra y uno de los impulsores del proceso separatista, Oriol Junqueras, y donde se lanzó la plataforma soberanista de castellanohablantes Súmate. Y es que, como dicen algunos vecinos de esta localidad, «una cosa son las elecciones municipales y otra todo lo demás». En esta localidad con gran peso charnego, Ciudadanos se ha quedado a solo tres puntos de Junts pel Sí.

Ciudadanos se ha consagrado definitivamente como la gran marca de la oposición en Cataluña, el llamado «voto útil unionista». El PP solo ha logrado unos resultados presentables en Badalona, donde fue regidor Xavier García Albiol, pero incluso aquí se ha impuesto la coalición de Convergència y Esquerra. El mensaje duro e inmovilista de los populares no encuentra encaje en el complejo rompecabezas catalán.

Algunos integrantes del PSC ven a Ciudadanos como el principio del fin de su partido en Cataluña, una formación que defiende la unidad sin complejos de España pero sin el estigma de aquel PP aznarista que gritaba sin complejos «Pujol, enano, habla castellano» y sin los peajes que han tenido que pagar los socialistas en esta comunidad por intentar dar una imagen de equilibrio entre dos frentes polarizados.

El partido de Albert Rivera también ha calado en la ciudad de Barcelona. Le ha arrebatado al PSC el primer puesto en Nou Barris, por encima de los independentistas y, además, logró la segunda posición en todos los distritos excepto en Gracia.

Queda la duda de qué hubiera pasado si, en lugar de presentar como candidata a Inés Arrimadas, Ciudadanos hubiera acudido a estos comicios con la artillería pesada, con Rivera como cabeza de lista. Pero este ha preferido las generales. Y hay que concederle que su formación sale reforzada de cara a esa cita.