Habló el actor clave de la economía

Rubén Santamarta Vicente
RUBÉN SANTAMARTa REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Pilar Canicoba

Cataluña concentra el 20 % de todo el dinero prestado en España, pero la banca es allí algo más que un financiador: es un soporte social y empresarial

19 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La banca en Cataluña es algo más que un negocio. Forma parte de su ADN, con una larguísima tradición y una expansión notable por sectores sociales y empresariales de todo ese territorio. La banca no es un actor más. Es clave. De ahí que la importancia del posicionamiento que hicieron ayer las patronales del sector financiero, advirtiendo de las implicaciones que una separación tendría para todas entidades que trabajan en esa comunidad. Allí están todas las grandes, medianas y casi también las pequeñas. Estas son claves.

El negocio

El 135 % del PIB en crédito. Es normal que haya más dinero prestado en una comunidad que todo el producto interior bruto de esa comunidad (aunque Galicia es una excepción). Pero solo en Madrid y Cataluña se da con semejante desproporción. A orillas del Mediterráneo, los fondos prestados a familias, empresas y administraciones supera los 272.000 millones de euros; en cambio, el dinero depositado no llega a los 170.000. Otra desproporción importante que atestigua el enorme peso de este negocio. Tampoco conviene perder de vista su impacto laboral: la banca da empleo a unas 82.000 personas repartidas entre 5.000 oficinas (el triple que en Galicia) y grandes sedes centrales y delegaciones de los bancos principales del Estado.

Los actores

Una entidad fortísima al frente. Cataluña no ha vivido ajena a la fortísima reestructuración bancaria de los últimos seis años. Arrancó ese proceso con una docena de entidades, Mas propició la fusión de casi todas las cajas (diez), y de toda aquella atomización terminaron quedando dos bancos con sede en Barcelona: Caixabank y Sabadell. La primera con un poder tremendo, por cuota de mercado y por su presencia social y empresarial, a través de su fundación y de sus participaciones empresariales. La entidad que preside Isidro Fainé tiene casi la mitad del crédito y de los depósitos en la comunidad. Por detrás, BBVA con algo más del 26 % del negocio, gracias a las compras de Unnim y de Catalunya Caixa en sendas subastas. Le sigue el Sabadell (que en Galicia se hizo con el Banco Gallego), con un 16 %, y a distancia Santander y Bankia (una de sus cajas fundadoras era catalana).

La estrategia

Crecimiento fuera de Cataluña. Los dos bancos catalanes, Caixabank y Sabadell, sea premeditado, sea por oportunidad, han desarrollado en los últimos cuatro años una estrategia clara de expansión comercial fuera de Cataluña. La primera creció comprando Banca Cívica (ganó mercados en Andalucía y Navarra) y Banco de Valencia. La segunda, con la CAM, el Banco Gallego o el inglés TSB. Hoy día, entre el 70 y el 80 % de su negocio bancario está lejos de su lugar de origen.

El frente empresarial

En las grandes corporaciones. La relevancia de la banca catalana va más allá de las cifras de negocio. Por su implicación en el tejido empresarial de la comunidad. El caso más evidente es el de Caixabank: tiene el 12 % de Repsol, y otro 4 % en Gas Natural. Además, está presente en media docena de empresas cotizadas, desde Telefónica hasta Prisa. En el Sabadell, lo relevante está en su consejo, donde se sientan importantes empresarios, de Mapfre, Planeta, Titán... y popes de la sociedad catalana como Miquel Roca. La extensión más allá del negocio tradicional también abarca el terreno social, con la implantación que tienen las fundaciones bancarias en la sociedad civil catalana.

Pronunciamiento inédito, pactado en apenas diez días y promovido por Isidro Fainé

Al igual que en empresas, asociaciones, comunidades de vecinos... en el interior de la banca catalana hay sensibilidades muy encontradas ante la independencia. Sus cúpulas directivas han evitado por ello un pronunciamiento directo ante el desafío de Artur Mas. Por falta de posición unánime, sí, pero también por algo más importante: el impacto entre clientela y accionistas. Decenas de miles de personas que podrían mandar su dinero a otro lugar según la posición de su banco.

En Escocia, cuando se iba a votar su marcha del Reino Unido, sí hubo manifestaciones bien contundentes de los bancos. Aquí había que hilar más fino. La solución, coinciden cuatro fuentes, pasaba por hablar a través de las patronales, un paraguas para fijar posición sin exponer la marca. Hay también coincidencia en señalar al artífice de tamaña declaración: Isidro Fainé. El presidente de Caixabank, muy interesado en un manifiesto así, es a la vez máximo responsable de la CECA. De ahí salió hace unos diez días el primer borrador. Ese texto se discutió con el resto de bancos y antiguas cajas y se llegó a una redacción final. La primera propuesta era mucho más explícita: citaba la palabra independencia (que ya no aparece) e invocaba a la Constitución. El texto se pulió y fue aceptado por los socios de la CECA y de la AEB, donde están todos los bancos españoles y las filiales de los extranjeros.

La elección de la fecha fue discutida. Algunos querían esperar al día siguiente a la votación, pero finalmente se optó por el viernes 18, en mitad de la campaña catalana y ante un fin de semana clave. Y aunque algún directivo sugería ayer que quizá llegaba tarde, la nota es inédita por poner a toda la banca de acuerdo en un tema político.