Rajoy, sobre su nivel de inglés: «Ahora no soy Shakespeare, pero vamos...»

EFE

ESPAÑA

Telecinco

El presidente del Gobierno admite que tiene poca vida fuera de Moncloa y que esa situación no es justa para su mujer

14 sep 2015 . Actualizado a las 21:44 h.

Mariano Rajoy ha protagonizado el segundo reportaje de El programa de Ana Rosa, que ha pasado 24 horas con los cuatro aspirantes a la Moncloa para las próximas elecciones generales. El primero lo protagonizó Pablo Iglesias, en el que se dejó ver con su melena suelta, causando gran revuelo

El presidente del Gobierno comenta en el reportaje algunos aspectos de su vida personal y reconoce que sale poco fuera de la Moncloa junto a su familia, algo que dice que no es justo para su mujer, Elvira Rodríguez. Presenta a su perro, «Rico», que le regaló un vecino cuando se fue a vivir a la Moncloa y explica que se pelea a veces en el desayuno con su hijo Mariano por el Marca y que se levanta todos los días a las siete menos cinco y hace ejercicio antes de empezar a trabajar.

Además, habla de sus avances con el inglés, enseña el «tocho» de ejercicios que tiene sobre su mesa y señala que si cuando se vio por vez primera con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no podía mantener con él una conversación en esta lengua, ahora ya sí. «Ahora no soy Shakespeare, pero vamos...», añade antes de reconocer que aún no tiene nivel para una conversación profunda en este idioma y, por ello, sigue utilizando intérprete. 

Aspira a la reelección en solitario

El jefe del Ejecutivo reiteró que lo más probable es que las elecciones sean el 20 de diciembre, comenta diversas facetas de su vida personal y muestra su día a día en el Palacio de la Moncloa. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aspira a que el PP consiga en las próximas elecciones generales los suficientes votos para que él pueda ser reelegido en ese cargo sin necesidad de acuerdos con otros partidos, pero asegura que si finalmente precisara de algún pacto, lo buscará.

Rajoy cree que el proyecto del PP es lo que más le conviene a España aunque aborda la posibilidad de hipotéticos pactos. Considera «poco probable» que el PP llegue a un acuerdo con el PSOE después de la actitud de este partido tras las municipales al dar alcaldías a formaciones como la independentista CUP en vez de permitir que lo fuera un representante popular, y no ve razonable un entendimiento con Podemos.

Al plantearle un pacto con Ciudadanos, garantiza que va a dar la batalla por el proyecto del PP porque cree que es lo mejor para el país. «A partir de ahí, si es necesario buscar un acuerdo, lo buscaré», asegura antes de indicar que se dicen «muchas tonterías» como que Ciudadanos es la «marca blanca» del PP.

Rajoy cree que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, comete el error de hablar siempre mal de él y le aconseja que intente explicar qué es lo que quiere hacer, mientras que dice no conocer personalmente a Pablo Iglesias y señala que «lo bueno» es que es eurodiputado y «ya forma parte de esa casta que critica».

El jefe del Gobierno recalca que al PP le han hecho más daño los casos de corrupción de algunos que formaban parte de sus filas que las decisiones económicas que ha tenido que adoptar. Preguntado por el caso de Rodrigo Rato, reconoce que ha sido «duro» conocer todas las noticias al respecto, pero recuerda que el exvicepresidente no está condenado por nada y hay que dejar que la Justicia funcione y todas las personas puedan defenderse. «A veces te cae una avalancha, luego te absuelven ¿y quién te resarce de lo que han dicho de ti?», se pregunta.

Rajoy aborda las acusaciones de haber abusado del «plasma» y señala que lo que ha hecho el Gobierno durante la legislatura es dar prioridad al trabajo de despacho para estudiar los asuntos que debían aprobarse. «Reconozco que haya habido alguna carencia por mi parte. Pero eso no ha sido fallo en la política de comunicación del Gobierno. Soy yo, que era el que tenía que comunicar», asume.

Asegura no sentirse incomprendido y explica que las decisiones duras que ha tenido que tomar no las adoptó para fastidiar, sino porque no había más remedio. Asume que la oposición le «atiza inmisericordemente», aunque duda de que a estos partidos esa actitud le pueda servir para mucho. Y ante las criticas de que es él quien ha generado que muchos catalanes se hayan vuelto independentistas, las niega y advierte de que él no va a ceder nunca en la unidad de España.