Jueces y fiscales defienden su trabajo anticorrupción de las críticas políticas

mateo balín MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Angel Díaz | EFe

Las causas por este tipo de delito casi se han triplicado en diez años

09 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Las causas abiertas por delitos de corrupción casi se han triplicado en una década. De 122 asuntos se ha pasado a 340 el pasado año. La razón de este incremento se debe, entre otros motivos, a la complejidad de los procedimientos, la limitación de los medios humanos y su trascendencia jurídica y mediática, que hacen languidecer durante años las investigaciones penales para hastío de los ciudadanos.

Este estado, con la corrupción como segunda preocupación de los españoles tras el paro, invita a reflexiones de todo tipo en el mundo judicial. Ayer lo hizo el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, en el acto de apertura del año judicial. Defendió la plena independencia de la actuación judicial y aseguró que «las críticas interesadas no van a conseguir debilitarla ni a corroer la confianza de los ciudadanos en las distintas instancias judiciales».

La mención del también presidente del Consejo General del Poder Judicial (órgano de gobierno de los jueces) se puede contextualizar en el debate político sobre los miembros del tribunal de la Audiencia Nacional que juzgará el caso Gürtel y la causa de la caja B del PP, también conocida como los papeles de Bárcenas. Dos de los tres magistrados han sido recusados por las acusaciones populares por su «amistad y cercanía» al PP o a sus dirigentes.

También se pueden enmarcar las palabras de Lesmes en las críticas recibidas por la magistrada de Sevilla Mercedes Alaya, quien fuera instructora del caso de los ERE fraudulentos en Andalucía.

Un paso más de Lesmes dio la fiscala general del Estado, Consuelo Madrigal, quien defendió que los fiscales anticorrupción trabajan «en clave jurídica» y no política y pidió que se les deje hacerlo sin la «presión agobiante» de los medios. «Los reclamos mediáticos, a veces incompatibles con la serenidad de la investigación, las críticas partidistas o interesadas, e incluso el hostigamiento pueden constituir una presión agobiante», dijo Madrigal, para quien «en ocasiones asistimos al injusto cuestionamiento del trabajo y la imparcialidad de la Fiscalía, que actúa -aseguró- cuando tiene sospechas bien fundadas» sin atender a otra razón.