Las sentencias por delitos contra la seguridad vial subieron un 11 % en el 2014
31 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.El alcohol y las drogas siguen siendo una lacra que eleva las estadísticas de la accidentalidad en España. El 63 % de las condenas a conductores en el 2014 -58.607 de 92.682- corresponden al delito de haber conducido bajo la influencia de este peligroso cóctel. El binomio alcohol y drogas sigue siendo una de las principales causas de siniestralidad en la carretera. Esta semana, el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses presentó un informe en el que se refleja que de 614 de los fallecidos en accidente de tráfico durante el año pasado dieron positivo por el consumo de este tipo de sustancias, un 39,09 % del total.
Las cifras «hablan por sí solas de la necesidad de mantener la eficacia penal en este ámbito», según el fiscal coordinador de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, que presentó ayer el informe sobre las actuaciones judiciales en materia de seguridad vial. La estadística revela que de cada diez escritos de acusación presentados por el Ministerio Fiscal por delitos de homicidio imprudente, cinco están relacionados con la influencia del alcohol al volante.
Cabe destacar el espectacular incremento de pruebas de detección de drogas realizadas en los últimos dos años, aumentando en un 550 %, ya que se ha pasado de las 4.563 en el 2013 a 29.643 en el 2014. «Por cada control que se realiza se evita una tragedia», señaló Vargas. La segunda causa de las infracciones penales al volante se debe al manejo de un vehículo sin permiso de circulación -por no haberlo tenido nunca o por pérdida total de puntos-, un hecho que supone el 28 % del total de sanciones recogidas en el trabajo.
Diseccionando los datos, Cataluña aparece como la comunidad donde se dictaron más sentencias, (21.107), seguida de Andalucía (17.081) y Madrid (11.801). Galicia se encuentra en la parte alta de la tabla y ocupa el quinto puesto (6.188) en el número total de sentencias.
Más vigilancia
Según los datos de la Fiscalía, las condenas en España por delitos contra la seguridad vial ascendieron en el 2014 a 92.682, 9.300 más que en el 2013, lo que supone un incremento de un 11 %. La mayor subida se registró precisamente en las sentencias a conductores con tasas elevadas de alcohol en sangre, que pasaron de 53.793 a 58.607, un 9 % más.
Según Vargas, la Fiscalía será especialmente combativa con quienes excedan la velocidad permitida y conduzcan bajo los efectos de alcohol y drogas. También se refirió a los conductores exhibicionistas que se graban vídeos al volante o se sacan selfies para subirlos a las redes sociales. «Merecen un reproche ético y seguirán siendo perseguidos por la Justicia», sentenció el fiscal de Seguridad Vial.
Otro de los objetivos prioritarios de la Fiscalía es intentar agilizar los procesos para que las víctimas reciban más rápidamente las indemnizaciones, sobre todo las que tengan menos recursos económicos, así como que sean atendidas cuanto antes en asistencia sanitaria y moral.
Entre los datos destacados por Vargas se encuentra que casi cuatro de cada diez condenas dictadas por juzgados y tribunales en el último año fueron por delitos viales, que el 0,35 % del total de conductores han sido autores de este tipo de delitos y que hay 742 presos entre cuyas penas algunas se deben a los mismos, de los que 150 están reclusos solo por delitos viales.
Quinto en Europa
Vargas subrayó que España es el quinto país de la Unión Europea (UE) con menos víctimas de muertos en carretera por millón de habitantes, con una cifra de 36 en el 2014. Añadió que esta dato supone un aumento anual del 0,4 %, inferior al de países que se sitúan por delante de España en dicho «ránking trágico» como Reino Unido, con una subida del 2,1 %, y Suecia, con un incremento del 3,8 %. Pero estas cifras, según el fiscal de Seguridad Vial no llevan a lecturas triunfalistas, «sino a nuevos empeños para intentar alcanzar el objetivo de la UE para 2050 de cero víctimas».
Según las estadísticas oficiales de la Dirección General de Tráfico, en el 2014 murieron 1.688 personas en las carreteras españolas en accidentes de tráfico, lo que supone ocho víctimas más que el año anterior, un cambio en la tendencia de mortalidad descendente registrada en los últimos años.