Chaves y Zarrías presentan su renuncia al escaño tras la inculpación del Supremo

Paula de las Heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Gaspar Zarrías, junto a Manuel Chaves y Trinidad Jiménez
Gaspar Zarrías, junto a Manuel Chaves y Trinidad Jiménez Zipi | EFE

El tercer diputado imputado es José Antonio Viera, que se ha negado a dejar el escaño por lo que deja el PSOE y se pasa al Grupo Mixto

30 jun 2015 . Actualizado a las 00:56 h.

Al PSOE le queda la «vergüenza», según el término empleado por el propio Pedro Sánchez, de la negativa a dejar el escaño de José Antonio Viera, el exconsejero andaluz de Empleo al que el juez Alberto Jorge Barreiro considera el ideador del esquema fraudulento de subvenciones del caso de los ERE. Pero la dirección del partido pudo respirar al menos ayer tranquila con Manuel Chaves y Gaspar Zarrías. Cuatro días después de que el magistrado del Tribunal Supremo los imputara por un delito de prevaricación administrativa, el expresidente y el exconsejero de Presidencia de la Junta de Andalucía presentaron ante el Congreso un escrito de renuncia a su acta de diputados que se hará efectiva este jueves.

Su marcha había sido adelantada el pasado jueves, el día en el que el juez dio a conocer su intención de solicitar al Congreso el suplicatorio preceptivo para poder continuar el procedimiento en su contra, por el secretario de organización socialista, César Luena. Y ellos mismos ratificaron el viernes, en un comunicado, que habían trasladado a los máximos responsables del PSOE su consentimiento. Pero aún cabían ciertas dudas sobre el momento en que darían el paso. Sobre todo, después de que, a pesar de haber hablado con el portavoz del grupo parlamentario, Antonio Hernando, y de haberle dado a entender que accedían a dejar el escaño, Viera se descolgara con que prefería abandonar el PSOE y mantener su acta en el Grupo Mixto.

Ni Zarrías ni mucho menos Chaves -historia viva de la centenaria formación política, de la que ha sido presidente- habrían dado semejante paso, pero en su entorno sí se planteaba otra posibilidad: concederse un plazo hasta ver si la imputación se hacía firme.

Con el tiempo en contra

En principio, contra la demoledora exposición razonada del juez Barreiro no cabe recurso, pero ambos han presentado ya alegaciones sobre las que se tendrá que pronunciar previsiblemente la sala de admisiones, encargada de asumir o no la propuesta de solicitar autorización a la Cámara baja para proceder penalmente contra uno y otro exalto cargo. El problema es que eso podría tardar un tiempo que políticamente la dirección del PSOE no se podía permitir. No era ya solo por el compromiso asumido por la actual presidenta de la Junta en su pacto de investidura con Ciudadanos. Es que mucho antes de eso, tanto Susana Díaz como el secretario general del partido habían asegurado, yendo mucho más allá del recién aprobado código ético de la formación, que no permitirían la presencia de imputados en sus escaños y cualquier dilatación en el cumplimiento de esa promesa habría ensuciado su discurso de regeneración.

Fuentes de Ferraz ya garantizaban, de hecho, el pasado viernes que no pasaría esta semana sin que se formalizaran los ceses. Una afirmación formulada después de que Pedro Sánchez, a quien le iba mucho en ello, mantuviera una conversación telefónica con el expresidente andaluz.

La renuncia al acta implica la pérdida del fuero parlamentario que impide que los diputados y senadores sean juzgados por tribunales ordinarios, pero aún así Chaves reclamó ayer, igual que hizo hace unos días Zarrías, la paralización del suplicatorio porque aún espera que no se ratifique la imputación, como le ocurrió en el caso Campeón al exministro de Fomento José Blanco, cuya causa resultó archivada.

En un escrito de su defensa en el que reitera que, como presidente de la Junta de Andalucía, nunca fue el destinatario de los informes que remitió la Intervención General para advertir de la ilegalidad del sistema de subvenciones de los ERE, Chaves alega que su imputación demuestra un claro desconocimiento del procedimiento legislativo por parte del juez.

Sánchez dice estar «avergonzado» por la decisión de Viera de pasarse al Grupo Mixto

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, pidió «perdón» por la «deslealtad» del exconsejero de Empleo y diputado nacional, José Antonio Viera, que, pese a ser imputado por el Tribunal Supremo en el caso de los ERE no renunció a su acta en el Congreso y se ha pasado al Grupo Mixto. «Me siento avergonzado por este comportamiento, es un acto de deslealtad», señaló el líder socialista en una entrevista en una cadena de televisión. «Además quiero pedir perdón a los ciudadanos porque este señor ha sido elegido diputado con las siglas del PSOE», matizó Sánchez.

Causa en el Supremo

La decisión de José Antonio Viera, exconsejero de Empleo de la Junta de Andalucía, de no renunciar a su acta de diputado nacional y, por consiguiente, a su aforamiento en el Tribunal Supremo alumbra un nuevo paisaje procesal sobre el resto de imputados en el caso de los ERE fraudulentos. Si mantiene su tesis, el juez instructor del alto tribunal, Alberto Jorge Barreiro, considerará en una próxima resolución que la «conexidad» de los imputados Manuel Chaves, José Antonio Griñán y Gaspar Zarrías, quienes han renunciado al blindaje judicial, con Viera hace que la denominada «pirámide funcionarial» del sistema de ayudas ilegales -en vigor desde el 2000 al 2010- siga investigándose en el Supremo. El precedente ya fue Griñán. El expresidente de la Junta dejó el acta de senador, el aforamiento y reclamó la devolución de su causa a los juzgados ordinarios de Sevilla. Sin embargo, el juez Jorge Barreiro rechazó su escrito el pasado jueves porque la conducta de Griñán era «inescindible» de la de los coimputados de los que se solicitó el suplicatorio.