Duran Lleida rompe su silencio y responsabiliza a Mas de la ruptura de CiU

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

ALBERTO ESTÉVEZ | EFE

Convergència y Unió dan por hecho que tendrán dos portavoces en el Congreso

20 jun 2015 . Actualizado a las 13:52 h.

Soraya Sáenz de Santamaría y Josep Antoni Duran Lleida tienen una opinión similar sobre quién es el responsable de la ruptura de CiU, Artur Mas. El dirigente democristiano, que durante la crisis que desembocó en la defunción de la federación nacionalista, cedió todo el protagonismo público a su número dos, Ramón Espadaler, rompió ayer su silencio para cargar las tintas contra los convergentes, y sobre todo contra Mas, quien en el pasado le birló la posibilidad de ser el delfín de Jordi Pujol y candidato a la presidencia de la Generalitat.

Aunque el presidente catalán ha expresado su deseo de que la separación sea lo más amistosa posible, como en todos los matrimonios los divorcios no son sencillos. El de CiU se antoja tormentoso porque entre otros objetos del ajuar se tienen que repartir una casa con una deuda financiera de 12 millones de euros. En Unió tienen la sensación de que Convergència les ha lanzado una OPA hostil sobre el 50 % del partido, el que es independentista, una cuña que no permite una separación tan amistosa como apuntó Mas. Por ello, en su primera aparición pública Duran disparó contra los dirigentes convergentes, por sus formas y por sustituir el diálogo por el ultimátum, extremo que para el democristiano es «inaceptable» e «inasumible» y que es la causa de la ruptura de CiU 37 años después. «No se puede actuar con estas formas si realmente se quiere llevar al país a la independencia», afirmó el líder democristiano.

De manera velada, Duran acusó a sus exsocios de sectarios, de mantener un discurso de buenos y malos catalanes, y de defender que solo se puede ser «patriota» desde una posición independentista. El hecho de que la deriva secesionista de Mas haya provocado que el frente soberanista cuente cada vez con menos efectivos lleva al presidente de Unió a avisar a Mas de que, si no cuenta con el catalanismo no secesionista, esto es PSC, Iniciativa y Unió, no conseguirá celebrar la consulta que, a su juicio, es la clave para solucionar el pleito catalán.

«Debemos tener claro que sin recomponer el catalanismo, la consulta que necesitamos no llegará», dijo. Está por ver si Duran estaba lanzando una oferta de lista común por una tercera vía de corte federalista a socialistas y ecosocialistas. En cualquier caso, el líder de Unió aprovechó su carta semanal para advertir a Mas de que su proyecto independentista está destinado al fracaso. «Ni [es] posible ni deseable».

En el Congreso

El otro punto de fricción tiene que ver con el grupo del Congreso, que encabeza Duran Lleida. Hay dirigentes convergentes que se la tienen jurada desde hace tiempo y desean descabalgarlo cuanto antes como líder de la minoría catalana en el Parlamento español. La cúpula de Convergència celebró ayer una reunión en Barcelona con sus parlamentarios en Madrid y sentaron las bases para que la separación de la federación se haga efectiva en el Congreso. No cerraron ninguna decisión, pero delegaron en Pere Macias (Congreso) y Josep Lluís Cleries (Senado) las negociaciones con sus compañeros en Madrid.

Previsiblemente, la ruptura implicará que Duran deje de ser el portavoz de CiU en la Cámara baja y habrá dos voces. Tanto Josep Rull, de Convergència, como la portavoz de Unió y diputada en el Congreso, Montserrat Surroca, defendieron ayer que el grupo se divida en dos, con dos portavoces. «Que nadie tenga ningún tipo de duda, quedará reflejado perfectamente en el funcionamiento ordinario, en los discursos y en la tramitación de iniciativas legislativas que hablamos de dos proyectos políticos diferentes», afirmó Rull. Macias pasaría a ser portavoz convergente; Josep Sánchez Llibre, del de Unió.