Todo es posible en Barcelona

Beatriz Pérez BARCELONA / E. LA VOZ

ESPAÑA

Las fuerzas emergentes, con Ada Colau a la cabeza, y la previsible caída de PSC y PP dibujan un resultado incierto el 24-M, abierto a pactos de todo tipo

06 may 2015 . Actualizado a las 08:46 h.

Nadie sabe qué pasará en las elecciones municipales de Barcelona del próximo día 24, pero lo que es seguro es que medirán las fuerzas de CiU y ERC de cara a las autonómicas del 27 de septiembre. Para ese día están anunciadas unas elecciones en las que ambos partidos tratarán de desbloquear el proceso independentista. Las municipales de Barcelona presentan, con todo, dos grandes novedades: el desmarque de Xavier Trias, alcalde de la ciudad y candidato de CiU a la reelección, del soberanismo («el cariz independentista de elecciones no me conviene; si es por mí, serán municipales», reconoció él mismo a principios de abril) y la entrada en el tablero del juego político de los movimientos ciudadanos que se han ido fraguando en los últimos años y que representa Barcelona En Comú (BComú), plataforma liderada por Ada Colau en la que confluyen Guanyem Barcelona, Iniciativa per Catalunya Verds-Esquerra Unida i Alternativa (ICV-EUiA), Podem, Procés Constituent y Equo.

Según los sondeos -que apuntan a una pérdida de concejales de las formaciones tradicionales y a un gran auge de las nuevas-, Trias y Colau parten como favoritos en un escenario de gran igualdad y mayor fragmentación (ambos obtendrían resultados muy igualados, entre nueve y diez concejales). Para muchos, lo que está en juego es el modelo de ciudad, lo que se refleja en el debate en torno al peso que debe tener el turismo en Barcelona (este sector oscila entre el 12 y el 14 % del PIB municipal).

Obligados a pactar

El consultor político Antoni Gutiérrez-Rubí opina que los dos alcaldables de CiU y BComú simbolizan no solo dos modelos opuestos de «gobernabilidad», sino también de «entender la política». No se arriesga a predecir quién ganará el 24-M, pero se muestra convencido de que lo que ocurra en Barcelona tendrá un «efecto espejo» dentro y fuera de Cataluña.

En cuanto a las coaliciones, cree que lo más probable es que haya un tripartito de izquierdas formado por ERC, BComú y el PSC, o bien una coalición de CiU, ERC y el PSC. Opina, eso sí, que si CiU y ERC no sacan el apoyo esperado y, más aún, si CiU pierde la alcaldía, tendrá repercusiones negativas el 27-S. Ada Colau, en todo caso, ya ha descartado cualquier coalición con CiU, el Partido Popular y Ciudadanos, mientras que Trias se ha mostrado abierto a pactar con todas las formaciones políticas, incluida Barcelona En Comú.

Habrá pactos, eso seguro. Entre quiénes es otro asunto. El politólogo Jordi Muñoz, una de las voces de referencia en Cataluña a la hora de hacer cálculos en materia electoral, avanza: «Lo único que sabemos es que habrá un ayuntamiento muy fragmentado y nadie tendrá mayoría absoluta [esta se consigue con 21 concejales]». Para él, la irrupción en la escena de la plataforma BComú ha imprimido a estas elecciones un carácter «más local», lo que ha obligado a los partidos a centrarse más en temas que conciernen específicamente a la ciudad.

Ciudadanos sube, el PSC baja

Ciudadanos (C?s), el partido de Albert Rivera, que actualmente carece de representación en el Ayuntamiento de Barcelona, se podría situar como la tercera fuerza política, con unos seis o siete concejales. Su alcaldable, Carina Mejías, una de las caras más visibles del partido, fue portavoz del PP en el Parlamento catalán. La entrada de C?s en el consistorio significaría a su vez la irrupción de una nueva fuerza inequívocamente contraria a la independencia de Cataluña.

El PSC, en plena refundación, aprovechará el próximo día 24 para medir su fuerza de cara al 27-S, aunque su apuesta tiene más que ver con un proyecto de bicapitalidad entre Barcelona y Madrid como alternativa al fuego cruzado del independentismo catalán. Jaume Collboni, cabeza de lista en Barcelona, ha recuperado en los últimos meses un discreto protagonismo al pactar con Trias ciertas medidas sociales, como la rebaja de la tarjeta del metro y la construcción de nuevas guarderías. Pero los datos siguen sin ser alentadores, pues algunos sondeos sitúan al PSC como la cuarta fuerza municipal con cinco o seis concejales. En 2011, fue la segunda con 11 concejales (CiU obtuvo 14).

Para quien las municipales de Barcelona sí medirán el pulso del soberanismo es Alfred Bosch, alcaldable de ERC. «Es el candidato más independentista. Para él, el tema central de estas municipales es el sí», dice Gutiérrez-Rubí. El miércoles pasado retó a Ada Colau a pronunciarse sobre si quiere o no que Barcelona sea la capital del futuro Estado catalán. En la actualidad, Esquerra tiene dos concejales en el Ayuntamiento de Barcelona, pero es probable que su ascenso no sea el esperado, ya que los sondeos revelan que podría quedarse en cinco o seis (situándose así como la quinta fuerza política, muy cerca del PSC). ERC y la Candidatura d?Unitat Popular (CUP), cuya alcaldable por Barcelona es María José Lecha, son los dos partidos que han expresado abiertamente su apoyo al soberanismo en estas elecciones.

Candidaturas fantasma

El PP, cuya cabeza de lista en el Ayuntamiento de Barcelona es Alberto Fernández Díaz, parece abocado a quedarse sin gran parte del apoyo recibido en el 2011. Varios sondeos indican que perderá concejales y podría pasar de los nueve actuales a cuatro el próximo día 24. La caída del PSC y del PPC y su consiguiente pérdida de militantes y simpatizantes se refleja en el hecho de que ambos hayan decidido recurrir a las listas fantasma en algunos de los 947 municipios de Cataluña. Se trata de candidaturas de personas sin ningún vínculo con el municipio que representan y que en ocasiones residen incluso fuera de Cataluña. Es un procedimiento legal. Entre socialistas y populares, el 24-M habrá entorno a unas 200 listas fantasma en Cataluña.