El superviviente del accidente en Marruecos dice que el rescate «no fue normal»

EFE

ESPAÑA

MIGUEL ANGEL MOLINA | EFE

«La camilla de una de las víctimas cayó al río con riesgo de que se ahogara. Tras una noche en el agua falleció» afirma Juan Bolívar

10 abr 2015 . Actualizado a las 07:18 h.

El policía nacional y espeleólogo Juan Bolívar Bueno, que llegó a España tras sobrevivir al accidente de Marruecos en el que murieron dos compañeros de expedición, ha dicho hoy en Granada que el rescate llevado a cabo por miembros de la gendarmería marroquí «no fue normal». Acompañado por su padre y por miembros de Club de Espeleología Lliberis, Juan Bolívar ha detallado en rueda de prensa los seis días que transcurrieron desde que se despeñaron por un barranco dos de los tres miembros de su expedición hasta que fueron rescatados. De este grupo formaban parte Gustavo Virués, José Antonio Martínez y él, y fueron estos dos los que se despeñaron por causas a las que no encuentra explicación.

El primero en despeñarse fue Virués, que murió en el impacto, mientras José Antonio Martínez, quedó colgado en las cuerdas a metros del suelo y con heridas. «Cinco días después acudieron dos gendarmes con cuerdas a rescatarnos. Me dijeron que no tenían maquinaria y que todo sería a pulso. La camilla en la que pretendía rescatar a Martínez cayó al río con riesgo de que se ahogara. Al día siguiente, tras una noche en el agua falleció», ha explicado Bolívar, rompiendo a llorar y muy emocionado.

El accidente se produjo en el barranco de Wandrass, en el Alto Atlas marroquí y los restos de José Antonio Martínez llegarán esta noche a Granada y los de Gustavo Virués a Chiclana, en la provincia de Cádiz.

Bolívar ha contado que de la expedición formaban parte seis personas, acompañadas de un guía local y que una vez en el barranco se dividieron en dos grupos de tres, «y nos despedimos hasta dentro de tres días», ha proseguido. «Nosotros tres caminamos juntos, tranquilos, durante muchas horas. No éramos un grupo que va de excursión, llevábamos todo punto por punto, dossier, un plano topográfico, que nos decía que a 500 metros que nos quedaban habría una cascada y a cinco metros un atajo», ha agregado Bolívar.

Una vez superada la cascada y hallada la pared, Gustavo Virués fue el primero en comenzar la escalada. Martínez desde abajo comenzó a darle la cuerda y él quedó abajo recogiendo el material de las mochilas. Bolívar añadió que con el ruido de la cascada no se oía bien y que Martínez subió un poco para ver como iba Virués, si estaba todo bien, etcétera, y que después los vio hablando.

«En un momento dado, que miras para abajo y te despistas, miras para arriba y ves a los dos cayendo. Ese momento es una película no piensas que sea la realidad», ha continuado Bolívar, rompiendo a llorar. Virues falleció del impacto. «No tenía movimiento. Los ojos, blancos. Estaba muerto», ha dicho Bolívar, que vio que no podía hacer nada por él; y fue hacia Martínez, que estaba herido, le ayudó a desprenderse del arnés y lo bajó. «Le hice una especie de iglú en la nieve con toda la ropa que encontré, incluida la de Gustavo, ya que desgraciadamente a él no le hacia falta, y cubrí a José Antonio», ha comentado Bolivar, que ha incidido en que los siguientes días Martínez se recuperó y él todos los días le llevaba comida y agua.

Bolívar mandó mensajes «a todo el mundo» a modo de despedida, según ha señalado, esa misma noche. Así aguantaron seis días. Un día escucharon voces y eran dos personas con cuerdas, que identificó como miembros de la Gendarmería marroquí, que venían a rescatarlos. Con una camilla procedieron a sacar a Martínez, pero de un tirón de las cuerdas, cayó a la catarata. El español, según le dijeron los marroquíes, estaba vivo. Pero al día siguiente, tras una noche en el agua falleció, ha explicado Bolívar, que ha contestado afirmativamente a la pregunta de si cree que la muerte de José Antonio fue «un asesinato».

Ha relatado cómo la camilla en la que fue rescatado su compañero cayó a la catarata, y tras interpelar al gendarme éste le dijo: «Está bien, tiene la cabeza fuera del agua», según Bolívar, que mantiene que escuchó a su compañero decir: «Me ahogo».

A la mañana siguiente, cuando él ya daba a José Antonio «por perdido», la camilla cayó al río, donde quedó «hundida». «El de la gendarmería se largó, se fue para arriba y a las dos horas llegó Protección Civil de Marruecos, que ayudó a sacar la camilla del río. José Antonio había fallecido», ha relatado. Sobre su situación, ha negado que le rescatara la gendarmería, pues ha explicado que hizo cuatro horas de caminata y que «cien metros antes de la ambulancia le metieron en una camilla». Bolívar, que dice sentir «rabia e impotencia» porque a su compañero «lo dejaron en el río», ha calificado como «un consejo de sabios» el interrogatorio al que fue sometido en Marruecos.

Segunda autopsia

El Instituto de Medicina Legal de Granada practicará mañana una segunda autopsia al cadáver de José Antonio Martínez, el policía granadino fallecido junto a otro compañero de expedición en el accidente de montaña en Marruecos, después de que así lo haya autorizado un juez a petición de su familia. Ha sido el Juzgado de Instrucción 7 de Granada, en funciones de guardia, quien ha autorizado la autopsia, que le será practicada mañana, según han informado a Efe fuentes del entorno de la familia.

Está previsto que el cuerpo sin vida del policía nacional, de 41 años, llegue este jueves a Granada tras aterrizar en Madrid, procedente de Casablanca en un vuelo regular junto al otro fallecido, el abogado gaditano Gustavo Virués.

El gobierno de Marruecos, en cumplimiento de su legislación, exigió que se realizase una autopsia a los dos cadáveres, que tuvo lugar ayer en la morgue municipal de Marrakech, la ciudad más cercana a Uarzazate con instalaciones adecuadas.

«Habrá acciones judiciales para que muertes no queden impunes»

José Morillas, uno de los integrantes de la expedición a Marruecos en la que murieron dos compañeros, ha asegurado hoy que habrá actuaciones judiciales para que lo ocurrido «no quede impune». Durante una extensa comparecencia junto a Juan Bolívar, el único superviviente de los accidentados, y otros miembros del grupo, Morillas ha señalado que ya han contactado con el juez Baltasar Garzón en busca de asesoramiento.

La decisión de emprender acciones judiciales está tomada por parte de la expedición y probablemente la llevaría a cabo el club Ilíberis, que desconoce si las familias de los fallecidos se sumarán a ella. Ha reiterado su consideración de que la muerte de José Antonio Martínez, uno de los dos fallecidos, ha sido «un asesinato con negligencia del Gobierno marroquí por prepotencia». Ha responsabilizado también al Gobierno español por «creerse» a Marruecos y «no poner los medios necesarios» y ha manifestado que las actuaciones judiciales «se llevarán a cabo porque esto no debe quedar impune». Por su parte, Juan de Dios Pérez Villanueva, coordinador del club Ilíberis, ha considerado que en este asunto hay tres niveles de responsabilidad, el menor de los cuales correspondería a los gendarmes que intentaron rescatar a Martínez y que se emplearon «hasta el límite de sus fuerzas».

El segundo nivel de responsabilidad sería, en su opinión, el del mando directo de los gendarmes por destinar «solo dos personas al rescate» y por último el Gobierno de Marruecos por «no aceptar la ayuda del Gobierno español», que, en su opinión, debió haber ideado «un plan B», que pasaría por el ofrecimiento de ayuda del grupo de socorro de espeleología que supuestamente rechazó Marruecos. Precisamente, un miembro de este grupo ha relatado en la rueda de prensa sus intentos infructuosos por «ayudar» ante la Gendarmería marroquí, que les instó, dice, a que regresaran al hotel.