La defensa de la infanta afirma que ella se limitaba a firmar porque no tenía tiempo para más

M. S. P. MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Los abogados insistirán en que no puede ser juzgada solo con la acusación de Manos Limpias

09 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Cristina de Borbón se parapeta tras su condición de madre trabajadora, de cabeza de familia numerosa y de sus numerosos compromisos oficiales para sostener contra viento y marea que «no tuvo ni tiempo ni capacidad ni motivos» para ocuparse de la «gestión» de Aizoon, la sociedad que comparte al 50 % con su marido, y que Iñaki Urdangarin usó supuestamente para desviar a sus bolsillos más de un millón de euros de dinero público, amén de utilizarla para defraudar al fisco en los ejercicios fiscales del 2007 y el 2008. En su escrito de defensa contra la decisión del juez José Castro de sentarla en el banquillo como cooperadora necesaria de esos dos fraudes, la infanta asegura tajante que «no tuvo absolutamente ninguna intervención» en la administración de esa compañía, y que, por tanto, no hay base para considerarla cómplice de delito alguno.

Los abogados Miquel Roca y Jesús María Silva avanzan que en las cuestiones previas del juicio intentarán salvarla del banquillo porque siguen sosteniendo que Manos Limpias, sin el apoyo de la Fiscalía, no tiene legitimidad para acusar a la hermana del jefe del Estado. Tras esa cuestión procesal, los juristas se vuelcan en tratar de demostrar que su cliente no era «ni remotamente consciente» de que su esposo podía estar cometiendo irregularidades penales al frente de Aizoon porque por entonces la duquesa no tenía ni un segundo libre. Era, sostienen los abogados en el escrito, «madre de cuatro hijos de muy corta edad», como «miembro de la familia real colaboraba con las actividades institucionales propias» y, además, «prestaba sus servicios profesionales para una fundación dedicada a la cooperación internacional».

«Tan intensa vida personal, institucional y profesional impedía a doña Cristina estar al corriente de múltiples gestiones directamente vinculadas con la economía familiar», aduce la defensa, que recalca que, «en ese escenario, Aizoon desempeñaba un papel absolutamente marginal, al que ella ni dedicaba ni podía dedicar la menor atención»

Los letrados de la infanta sostienen que ella, aunque era copropietaria a mitad de la sociedad, «se limitó a rubricar sin pedir explicaciones aquellos escritos que, muy ocasionalmente, se le solicitó que firmara en su condición de socio». «Desde el día de su constitución, el único administrador de Aizoon fue Iñaki Urdangarin», por lo que su cónyuge estuvo «completamente al margen de la dirección y gestión cotidiana de la compañía».

«No tuvo absolutamente ninguna intervención en el cumplimiento de las obligaciones contables y fiscales de Aizoon», apunta el escrito. Los abogados de la hermana de Felipe VI insisten en que ella tuvo un papel irrelevante en Aizoon. «Desde el punto de vista activo, la principal contribución de Cristina de Borbón en relación con Aizoon consistiría en haber prestado su consentimiento a la constitución de la compañía y desembolsado el 50 % del capital inicial», apunta el escrito de los abogados, que reiteran que la infanta no estaba en el día a día de la sociedad. Ella, por lo tanto, solo estuvo en la fundación de Aizoon.