Los días de vino y rosas de Corinna, Urdangarin y Barberá

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Primer vídeo de la amiga íntima de Juan Carlos I en los Valencia Summits en lugar de honor

08 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Eran los años dorados del Instituto Nóos. Los años de los eventos grandiosos pagados con dinero público sin concurso previo en los que el cuñado de Felipe VI, hoy un apestado, era agasajado por todos, desde políticos a empresarios. Incluso por la amiga íntima de Juan Carlos I, Corinna zu Sayn-Wittgenstein.

Este periódico ha tenido acceso al primer vídeo conocido de la princesa centro europea en el Valencia Summit de octubre 2004, el primer gran pelotazo del Instituto Nóos en la Comunidad Valenciana, cuando se hizo con más de un millón de euros por tres días de jornadas deportivo-empresariales.

Corinna, según se observa en estas imágenes desempolvadas de los archivos de Nóos, ocupó un lugar de honor en la mesa presidencial en la fastuosa cena que ofreció el Ayuntamiento de Valencia a los participantes en el Summit. En esa misma mesa, junto a Urdangarin y la princesa, se sentaron los mecenas del evento: la máxima responsable del ayuntamiento, Rita Barberá, y el del Gobierno autonómico, Francisco Camps.  

Zu Sayn-Wittgenstein, según consta en el sumario, fue invitada con todos los gastos pagados por los organizadores con el dinero público que entregaron a Nóos las instituciones valencianas. 

La princesa, sin embargo, no volvió a las dos ediciones posteriores (2005 y 2006) por las que Urdangarin y su socio, Diego Torres, se embolsaron sendos millones de euros. 

Los que sí repitieron fueron Barberá y Camps. La alcaldesa, que no ha sido imputada en este sumario y que solo declaró como testigo, aparece en otros vídeos de esas ediciones posteriores siempre acompañada del entonces yerno del jefe del Estado.

   Diego Torres, en su escrito presentado el martes, pide que declaren como testigos en el juicio la mayoría de las personas que aparecen en esas grabaciones. Y por supuesto, Corinna, Barberá y Camps. 

  La princesa, desde que estallara el escándalo de la cacería en Botsuana en abril de 2012, no ha vuelto que se sepa a pisar España. Quizás su regreso podría ser directamente a Palma para declarar ante la Audiencia Provincial a fin de explicar su presencia en el costoso evento valenciano.  

Urdangarin se «ganaba el pan como Dios manda»

Los nuevos mails de Diego Torres, al margen de descubrir las supuestas corruptelas en el entorno de Iñaki Urdangarin, revelan la faceta más irreverente del duque con la institución a la que pertenecía. Un ejemplo claro es un mail que remite a Mirian y Kardam de Hungría el 13 de octubre de 2003, horas después de la celebración de la fiesta nacional.

Urdangarin y la infanta, se infiere del mail, han pasado los días anteriores a los eventos del 12 de octubre de vacaciones con los nobles húngaros en Jordania. Y no parecen, al menos el duque, muy felices de tener que volver a Madrid para ocuparse de su papel institucional. «El domingo fue de esos días que te ganas el pan como Dios manda ... Desfile y recepción y de propina Cristina se metió un puente aéreo», se queja el principal imputado del caso Nóos. «Hoy estamos en plena rutina. Con ganas de recuperamos pero con una sonrisita puesta pensando en nuestros bailoteos en Jordania y en las tonterías que somos capaces de decir en un estado abstemio total», se lamenta el exdeportista.

En otros mails se refiere en tono de chanza a Juan Carlos I como el «jefe», envía chistes muy duros sobre el entonces Príncipe de Asturias o llama capullín al secretario de las infantas, Carlos García Revenga, al que manda bromas continuas sobre su sexualidad.

También el duque se dedica a hacer de chivato de la que parece ser su gran rival, la recién llegada Letizia Ortiz. El 3 de marzo de 2004, instantes después de que los primeros confidenciales publiquen la noticia, le reenvía al entonces príncipe los textos que dan cuenta de que la madre de la futura reina había sido pillada copiando en un examen de Historia de la UNED.

Los correos también dan cuenta de cómo se va deteriorando poco a poco la relación entre el matrimonio Urdangarin-Borbón y los futuros Reyes, hasta el punto de que encarga a García-Revenga gestiones para «normalizar las cosas» con Felipe de Borbón.