Los jueces aíslan a los gemelos yihadistas y encarcelan a su madre

Melchor Sáiz-Pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

El padre quedó en libertad con cargos
El padre quedó en libertad con cargos Javier Lizon | EFE

Ruz ordena el secreto de las actuaciones para intentar desmantelar con ayuda de Marruecos la célula que apoyaba a la familia desde Tetuán

01 abr 2015 . Actualizado a las 21:16 h.

Los adolescentes yihadistas de Badalona pasarán los próximos seis meses en un centro de reforma de menores sin ningún tipo de contacto con el exterior y sin posibilidad ninguna de tener, por el momento, acceso a permisos de salida ni a visitas. Aislamiento casi puro en un régimen semicarcelario, reservado a los jóvenes de entre 14 y 18 años acusados de los delitos más graves. No obstante, los dos chavales marroquíes, cuyo cambio de régimen se revisará periódicamente mientras esperan juicio, sí tendrán acceso a profesores, educadores, clases, libros, actividades deportivas y entretenimiento, supervisado en todo momento por la Fiscalía de Menores. Fue precisamente el fiscal quien, tras «explorar» (interrogar a menores, en el argot jurídico) a los dos gemelos de 16 años, el que pidió el régimen cerrado para Ch. A. y Ch. A, (conocidos en el barrio de Llefià como Los Chaquis) detenidos el pasado martes en su casa de Badalona horas antes de que emprendieran viaje a Tetuán para, desde allí, desplazarse a Turquía y entrar en Siria a fin de incorporarse a las filas del Estado Islámico.

El titular de juez central de Menores, Jose Luis Castro, autorizó su ingreso inmediato en el más duro régimen de reclusión que se puede someter a un «no adulto» en España, tras acusarles de sendos delitos de integración en organización terrorista «con fines yihadistas».

Poco antes, el magistrado de Audiencia Nacional Pablo Ruz, en sustitución de su compañero Santiago Pedraz, que había coordinado la operación Tebas contra la familia Atanji, había decretado el ingreso en prisión incondicional por un delito de colaboración con organización terrorista a la madre de ambos, verdadero cerebro del plan de convertir a sus dos hijos menores en mártires al servicio del califato de Abu Bakr al-Baghdadi antes de que siquiera llegaran a la mayoría de edad. Ruz imputó el mismo delito, colaboración con organización terrorista, al padre de los chavales. No obstante, el juez le dejó en libertad con cargos y con medidas cautelares: comparecencias semanales, retirada de pasaporte y prohibición de abandonar el territorio nacional.

«Facilitó gestiones»

El juez, por contra, sí mandó a la cárcel a la matriarca a instancias de la Fiscalía. El Ministerio Público, según explicaron fuentes judiciales, considera que la mujer «facilito a los hijos las gestiones necesarias para el desplazamiento a la zona de conflicto». De acuerdo con la investigación de la Jefatura de Información de la Guardia Civil, la matriarca fue la que obligó a sus dos hijos menores a viajar el pasado septiembre a Tetuán, donde mantiene vínculos familiares, para que ambos ingresaran en una escuela coránica (madrasa) de la ciudad, conocida por sus prédicas salafistas radicales. Fue ella también la que le hizo volver a ambos a Badalona en febrero para completar su radicalización en familia, prohibiéndole expresamente que regresaran a sus clases en el instituto público Enric Borràs y continuar sus entrenamientos en los clubes locales de fútbol.

Los documentos encontrados en los registros de los dos domicilios que ocupaba la familia confirman que el adoctrinamiento de la madre fue siempre focalizado al mismo mantra: los dos chavales debían seguir los pasos del mayor de los cinco hermanos del matrimonio, Yasinne Atanji.

Un precoz terrorista que ya muy joven, en enero de 2007, fue detenido en Marruecos en una redada de contra la denominada «célula de Tetuán» de captación de muyahidines y que, tras su salida de la cárcel en 2011, se unió a la organización terrorista Harakat Sham al Islam (Movimiento Islámico del Levante), una de las precursoras del Estado Islámico, en cuyas filas murió el año pasado en Siria. Precisamente, el juez Ruz decretó el secreto del sumario para intentar, en colaboración con los servicios antiterroristas marroquíes de la Direction Générale de la Surveillance du Territoire (DGST), localizar los contactos que la madre yihadista tenía en Tetuán y que usó para adoctrinar a sus hijos. Contactos que iba a volver a utilizar para enviar a sus dos vástagos menores a engrosar las hordas terroristas que asolan amplios territorios de Siria e Irak.