La masiva concentración de Podemos se convierte en un mitin por el cambio

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Buena parte de las decenas de miles de personas que se manifestaron en Madrid llegaron de toda España en 226 autobuses.
Buena parte de las decenas de miles de personas que se manifestaron en Madrid llegaron de toda España en 226 autobuses. SERGIO PEREZ | Reuters

Entre 100.000 y 300.000 personas secundaron la convocatoria del partido

01 feb 2015 . Actualizado a las 12:46 h.

Decenas de miles de personas llegados de toda España participaron ayer en la denominada marcha del cambio, que concluyó con un multitudinario mitin político en una abarrotada Puerta del Sol. Casi cuatro años después de que el 15-M irrumpiera en la vida española, Podemos se presentaba como alternativa al Gobierno del PP con una demostración de fuerza en el mismo lugar donde nació el movimiento de los indignados. La policía estimó la asistencia en 100.000 personas, mientras los organizadores la elevaron a 300.000. Aunque Podemos había insistido en que la marcha era de toda la gente «maltratada», no solo de Podemos, y a que Iglesias y su equipo declinaron situarse en la cabecera de la manifestación, esta concluyó con un mitin a la vieja usanza en el que hablaron todos sus líderes.

«Tic, tac, tic, tac»

En la marcha, que discurrió entre la Plaza de Cibeles y Sol en un ambiente festivo, se vieron numerosas banderas moradas de la formación y republicanas, pero también algunas griegas. El grito más repetido fue «¡Sí se puede!», aunque se corearon otros como «¡Es ahora!», «¡El pueblo unido jamás será vencido!» o «Tic, tac, tic tac», para decir al Gobierno de Rajoy y a «los privilegiados» que su tiempo se ha agotado.

«Qué bonito, qué bonito es ver a la gente haciendo historia, es emocionante ver a un pueblo sonreír en la Puerta del Sol, un pueblo con voz de gigante que pide cambio, justicia social y democracia». Aclamado con gritos de «¡presidente, presidente!», Pablo Iglesias comenzó así un discurso vertebrado en torno a la frase «soñamos, pero nos tomamos muy en serio nuestros sueños», en el que afirmó que los que llenaban la Puerta del Sol son los herederos del levantamiento del 2 de mayo de 1808, de los que proclamaron la II República en 1931 y de los que se indignaron en mayo del 2011, a los que llamó «gentes valientes, humildes, los de abajo», que «están en nuestro ADN y estamos orgullosos».

El secretario general señaló que España necesita «locos dignos que se enfrenten a los poderosos», «soñadores valientes que sepan soñar un mundo mejor», «quijotes que se atrevan a defender a los de abajo y enfrentarse a los de arriba». Aunque repitió el latiguillo: «Soñamos como Don Quijote pero nos tomamos muy en serio nuestro sueños».

«Este año comenzamos algo nuevo, este año es el año del cambio y vamos a ganar las elecciones al PP», proclamó. «El viento del cambio empieza a soplar en Europa», señaló antes de elogiar las medidas del nuevo Gobierno heleno, que «ha hecho en seis días más que muchos gobiernos en años». «¿Quién decía que no se puede, que un Gobierno no puede cambiar cosas?», se preguntó.

«Hoy no estamos aquí para protestar, estamos aquí porque sabemos que el momento es ahora», dijo. «Al cambio, los de arriba le llaman experimento y caos, los de abajo le llamamos democracia», señaló. De las acusaciones de corrupción a sus líderes, incluido él mismo, nada. Solo denunciar a «la casta que insulta y miente». Defendió una reestructuración de la deuda «solvente, rigurosa y honesta, acorde con la cuarta economía del euro», y arremetió contra el «totalitarismo financiero», al tiempo que advertía de que «la soberanía no está en la troika». «Podemos soñar, podemos vencer», concluyó.

«La marcha que comienza en Cibeles tendrá como siguiente hito la Moncloa y como tercer hito la recuperación de la soberanía popular», afirmó Íñigo Errejón.

Monedero, recibido con una ovación, elude toda alusión a las acusaciones que pesan sobre él

La semana política más complicada de Juan Carlos Monedero culminó con un doble espaldarazo. El primero se lo brindó su partido que pese a la polémica levantada en torno a su cofundador por sus elevados ingresos lo mantuvo entre los grandes protagonistas de la marcha. El segundo empujón vino de la mano de las decenas de miles de simpatizantes de Podemos que le arroparon con una sonora ovación. Pero lo que no hubo fue la más mínima explicación ni justificación sobre las acusaciones que pesan sobre él en relación con las supuestas irregularidades en el trabajo de asesoría a varios gobiernos iberoamericanos para cobrar 425.000 euros que después tributó a través de una sociedad, constituida con posterioridad, y no como un rendimiento del trabajo personal.

El acto en la Puerta del Sol fue un reconocimiento más parecido a una absolución. A Monedero no le hizo falta exhibir ningún documento que acredite la legalidad de sus ingresos como le solicitan al unísono todos los partidos del arco parlamentario. Haciendo uso de un verbo perfeccionado a lo largo de décadas de docencia, Monedero ni habló de lo suyo y se ganó al público primero con versos León Felipe, y con una apelación al corazón de los más veteranos: «La democracia no la trajo el rey ni Suárez ni Fraga. La trajisteis vosotros, que tenéis canas». No realizó ninguna alusión la investigación abierta por Hacienda contra él ni trató de defenderse de las acusaciones que le han llovido desde otras fuerzas políticas.

Ilegítimo

Pero sí aludió a él el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quien ayer en Valencia señaló que «el lunes yo no hice referencia a nadie, ha sido ese alguien quien ha contestado y yo tengo que explicarme como ministro: el uso de esos tipos de sociedad, unipersonales, es ilegítimo», que así no se puede eludir el pago de impuestos». Y añadió que la inspección tributaria está funcionando con objetividad, sin criterios ni intromisiones políticas. «Y por eso lo digo en términos generales -agregó-, que sobran ese tipo de sociedades llamadas profesionales o no profesionales, da igual, son realmente pantallas para no pagar impuestos en este país y no hay ningún criterio nuevo por parte de Hacienda», zanjó en respuesta a las acusaciones de Podemos sobre la inspección fiscal que se realiza a Monedero.