Gestión económica, eludir la corrupción y discurso del miedo

e. c. MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

BENITO ORDOÑEZ

Mariano Rajoy sitúa a la formación de Pablo Iglesias como enemigo a batir

27 ene 2015 . Actualizado a las 05:23 h.

El contundente discurso con el que Mariano Rajoy clausuró ayer una convención nacional marcada por la irrupción de Bárcenas, que lo acusó de conocer la existencia de una caja B en el PP desde el principio y de cobrar sobres, puede servir como guía para saber cuál va a ser su estrategia de cara al decisivo año electoral. Por encima de todo, se centrará en vender la recuperación económica, basada especialmente en los datos de crecimiento y creación de empleo y las buenas previsiones para este año, que dijo notarán cada vez más ciudadanos. Lo que llamó el «cambio hacia la prosperidad». A glosar los éxitos económicos del Gobierno dedicó una gran parte de su intervención. También forma parte de la táctica pasar de puntillas por la corrupción y, por supuesto ignorar a Bárcenas, en un intento de dar los casos por amortizados; atizar a Artur Mas por su intento de subvertir la legalidad a través de unas elecciones supuestamente plebiscitarias; dar por acabado como principal adversario al PSOE, al que ninguneó el sábado y vapuleó ayer; y centrarse en descalificar a Podemos. Cónclave propagandístico Porque lo que ha quedado claro después de estos tres días de cónclave propagandístico, como lo son todos los de este tipo, es que Rajoy considera a la formación que lidera Pablo Iglesias su gran enemigo a batir. Se basa en las encuestas propias y en muchas de las publicadas, que señalan que las elecciones generales se convertirán en un duelo entre ambos partidos, con los socialistas en tercer lugar. Para Rajoy no hay ninguna «alternativa creíble» al PP y por eso hizo un llamamiento a los votantes tradicionales que se han alejado del partido por diferentes motivos a no jurase el futuro en la «ruleta rusa» y el «saltó al vacío» que supondría el populismo. El mensaje del miedo apareció ayer y, sin duda, va a ser uno de los ejes del discurso popular para tratar de frenar el ascenso de Podemos.