Año y medio de intensa batalla dialéctica

La Voz

ESPAÑA

El juez Castro y el fiscal Horrach han ido de la mano hasta que en su investigación se cruzó la infanta Cristina

09 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Un cordobés de 68 años y juez desde 1976, Jesús Castro. Un mallorquín de familia bien, de 47 años y fiscal desde 1992, Jesús Horrach. Ambos fueron de la mano hasta que en su investigación se cruzó la infanta Cristina. Empezó entonces una batalla que se ha ido agriando auto a auto.

Abril del 2013

El juez imputa por primera vez a la infanta. «El procedimiento judicial persigue la búsqueda de la verdad material, no ajustarla a expectativas o sospechas personales, deformándola», escribe el fiscal en un recurso en el que acusa al juez de dar un trato discriminatorio a la infanta por ser quien es. Noviembre del 2013

Ante la segunda imputación de la infanta. Antes de que el juez Castro decida volver a imputarla, el fiscal se opone con el argumento de que considerar que la infanta conocía el origen ilícito del dinero de su marido es «una especulación huérfana de sostén indiciario, que tendría cabida solo en el ámbito de la rumorología, ajena, claro está, al ámbito penal».

Junio del 2014

El juez cierra la causa y mantiene imputada a la infanta. El fiscal acusa al juez Castro de «despreciar indicios de notable fuerza exculpatoria» de la infanta, en un proceso instructor que Horrach califica de «espiral inquisitiva, sin neutralidad, falta de imparcialidad y objetividad, mera especulación y pura ficción». Insistía en que la imputación se basaba en «meras conjeturas» fruto de la «contaminación judicial por la influencia de los medios de comunicación». El juez llega a retar públicamente al fiscal a denunciarlo por prevaricación.