Rajoy encara el final de su mandato bajo presión: Mas, crisis y corrupción

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

La irrupción de Podemos amenaza el bipartidismo a un año de las generales

23 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras cumplirse este jueves tres años de la espectacular victoria del PP en las urnas, España entra en un período decisivo para su futuro, doce meses que culminarán con las elecciones generales. Por primera vez desde que se implantó la democracia, el bipartidismo está seriamente amenazado por el surgimiento de Podemos, que según la última encuesta del CIS es ya la tercera fuerza política, aunque la primera en intención directa de voto.

Por otro lado, el desafío independentista catalán entra en una nueva fase tras la consulta alternativa del 9-N, que ha dado nuevos bríos a un Artur Mas que parecía en sus horas más bajas. Si, como todo apunta, no es posible el acuerdo entre el Gobierno, que rechaza de plano pactar un referendo de autodeterminación, y la Generalitat, que lo ha convertido en su única reivindicación, se producirá otro hecho inédito: la convocatoria de unas elecciones plebiscitarias en Cataluña. La querella criminal presentada por la Fiscalía contra Artur Mas, su vicepresidenta y su consejera de Educación por no respetar la suspensión del Tribunal Constitucional hace casi inviable el diálogo.

El dato clave del paro

A estos dos escenarios sin precedentes, la probable quiebra del bipartidismo y la ruptura institucional de los gobiernos central y catalán, se suma la ya larguísima crisis económica que no termina. La incipiente recuperación, cuyo signo más visible es el crecimiento del PIB, no acaba de llegar a amplias capas de la población. Mariano Rajoy se lo va a jugar todo a esa carta, a la espera de que las cosas mejoren más, a pesar del parón de la zona euro. El dato clave por el que se va a medir su gestión, como él mismo ha reconocido, es el paro, aún por encima del que se encontró cuando llegó a la Moncloa. El presidente del Gobierno está convencido de que será menor cuando acabe la legislatura.

Pero a solo seis meses vista, hay ya una cita trascendental, las elecciones municipales y autonómicas. Las encuestas señalan que el PP perderá la mayoría absoluta en comunidades como Madrid y Valencia y en las principales capitales de provincia. Estas malas perspectivas están provocando nervios en los barones y los alcaldes populares, que ven peligrar sus puestos. Pero la fragmentación de la izquierda con las candidaturas de Ganemos y la ausencia de Podemos como marca en las municipales favorece al PP y dificulta la formación de mayorías alternativas. Las autonómicas serán el primer test serio para la formación que lidera Pablo Iglesias, que tendrá que mojarse y decidir con quien se alía o a quien permite gobernar.

El alcance de la corrupción

El factor más importante, junto a la crisis económica, que explica el tsunami de Podemos es la corrupción. Los analistas demoscópicos aseguran que si continúa la cascada de escándalos de los últimos meses, seguirá subiendo en detrimento del bipartidismo. Los casos de las tarjetas black, la operación Púnica, los viajes de José Antonio Monago o la investigación en el Tribunal Supremo de Manuel Chaves y José Antonio Griñán por los ERE muestran que tanto el PP como el PSOE van a remolque de los acontecimientos, muy por detrás de las exigencias de la opinión pública.

Los socialistas encaran un panorama político que les es claramente adverso con un liderazgo totalmente renovado. El reto de Pedro Sánchez es difícil, ya que Podemos le disputa duramente el electorado y cuenta con la ventaja de no haber gobernado nunca. Pero en Ferraz confían en lo que consideran radicalidad y falta de concreción de sus propuestas pueda provocar un corrimiento del voto que actualmente opta por Podemos hacia el cambio moderado que representa el PSOE.

De momento, el secretario general tendrá que concretar su propuesta de reforma federal de la Constitución que plantea como solución a la cuestión catalana, que incluye blindar determinadas competencias. Rajoy desdeña esta iniciativa, que no parece vaya a tener recorrido legal en lo que resta de legislatura.